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Aldana, el chico de San Roque que llegó a la selección

  • El exmadridista se confiesa admirador de Mágico González y de Bebeto y defiende que el fútbol profesional tiene más aspectos positivos que negativos

El sanroqueño Adolfo Aldana es, de largo, el futbolista más laureado del Campo de Gibraltar. Tres títulos de Liga y dos de Copa, uno de ellos con el Súper Dépor, destacan en el palmarés de un centrocampista de muchísima calidad que durante cinco temporadas formó parte del primer equipo del Real Madrid, que vistió la guayabera del Español y que consiguió enfundarse la camisola de la selección española bajo el mando de Javier Clemente. Pero Aldana no se ha conformado con ser un exfutbolista al uso, se ha formado, ha emprendido proyectos, trabaja a diario en la formación de los más jóvenes y sus infinitos conocimientos de la materia deportiva, no sólo futbolística, le convierten en un excepcional compañero de conversación, como quedó patente ayer en la novena entrega de La Tertulia de Europa Sur, en la que compartió mesa y mantel con el director de la factoría que Acerinox tiene en Los Barrios y con un grupo de profesionales de esta casa en una conversación amena que tuvo como escenario, como siempre, los salones de El Cortijo de Guadacorte.

El exfutbolista, que admite que no se ha planteado seguir adelante con la carrera de entrenador a la que puso fin al mando de la selección andaluza ("para hacer algo hay que intentar ser el mejor y creerse con la posibilidad de conseguirlo") está convencido de que el fútbol tiene muchos más aspectos positivos que negativos, pero utiliza para marcar los límites de su argumento uno que toma prestado de un buen amigo suyo, el actual segundo entrenador del Sevilla Fútbol Club, Juan Manuel Lillo: "Lo más sano del fútbol es el balón".

Para el sanroqueño, el papel del futbolista no difiere mucho del que asume "cualquier artista, músico o escritor que pretende transmitir sentimientos".

"El futblista quiere disfrutar con lo que hace, pero también emocionar a los demás", sostiene este admirador del excadista Mágico González, al que recuerda como el futbolista más especial al que ha visto jugar ("me han dicho que Mami Quevedo tiene un vídeo de una hora con sus mejores jugadas y estoy loco por conseguirlo"), mientras que concede al brasileño Bebeto -con el que coincidió en el Deportivo de La Coruña- el papel de más brillante excompañero, a pesar de que admite que tuvo muchos y muy brillantes en su paso por la casa blanca. "Es el que más se acerca a Mágico".

Instado por su compañero de tertulia, Antonio Moreno, Aldana analiza los cambios que se han producido en el fútbol desde la etapa en la que él era profesional a la actual. "No me considero el más indicado para hacer ese tipo de análisis, ese papel quizás lo debería hacer alguien que hubiese jugado en mi época y que aún esté dentro del mundillo, pero es evidente que han cambiado cosas en todos los aspectos, como en cualquier apartado de la vida".

El sanroqueño muestra una oposición directa a la presencia de psicólogos en los vestuarios de los equipos de fútbol. "Si hay un determinado futbolista que en un momento tiene un problema por una cuestión personal puede acudir a ellos como lo hace cualquier otro trabajador, pero su presencia permanente la veo innecesaria, es el entrenador el que tiene que acercarse al futbolista para conocerle y que pueda dar lo mejor de él".

Pero cuando realmente Aldana se abandona es cuando habla por un lado de sus innumerables vivencias en el fútbol, que le dan para recordar que llegó a actuar como gato en un partido del Algeciras en la Copa de la Liga en Huelva y también de sus entrenadores y compañeros.

Futbolísticamente si en algo coinciden los dos comensales es en alabar el patrón del Barça, su filosofía de juego y lo que supuso en la metamorfosis del conjunto catalán la figura de Johan Cruyff, sin olvidar a algunos de los herederos de sus doctrinas como Frank Rijkaard o el mismísimo Pep Guardiola.

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