Agustín Caballero va con los dos

Agustín Caballero es, posiblemente, el mayor lazo de unión que existe entre los dos equipos que se verán las caras mañana en el Municipal de Lucena: el aracelitano y la Real Balompédica. El centrocampista jugó con los cordobeses antes y después de sus dos andaduras en La Línea, que recuerda con especial cariño, entre otras cosas porque en la primera de ellas vivió el inolvidable ascenso a Segunda B que se consumó en el duelo con el Hellín después de una campaña preñada de récords. Ahora, confiesa, está un poco apartado del fútbol cotidiano, porque su horario laboral le impide dedicarse a la formación de chavales, pero, eso sí, no se perderá el enfrentamiento entre los dos equipos que le marcaron en su trayectoria deportiva.

"Recuerdo mi paso por La Línea con mucha envidia, porque pasé allí dos años extraordinarios", dice. "Todo lo que rodea al fútbol allí es muy diferente, hay más ambiente, hay una gran atención por parte de los medios de comunicación y la gente te trata con enorme cariño. Eres alguien por el mero hecho de ser futbolista de la Balompédica",.

"Es muy difícil olvidar todo aquello, porque además también teníamos un vestuario muy sano, en el que dejé muchos amigos. Fue una experiencia maravillosa", recalca.

Agustín puede que haya sido el mejor centrocampista que haya vestido la guayabera albinegra hasta la llegada de Chema Mato y eso que entre esos dos periodos han pasado más de quince años. El exfutbolista, que la pasada campaña vio el encuentro junto al vicepresidente albinegro Javier Baglietto, entiende que unos y otros están haciendo "una proeza" en las últimas andaduras "sobre todo teniendo en cuenta el presupuesto que manejan ellos y los que tienen el resto de los equipos del grupo".

Agustín no deja pasar la oportunidad de hacer un guiño al preparador albinegro, Rafa Escobar, que fue su mentor en el traslado a La Línea en el verano de 1998. "A mí no me puede sorprender lo que está consiguiendo, porque es muy buen entrenador. Siempre me gustó trabajar a sus órdenes, porque tácticamente te colocaba muy bien y tenía los conceptos muy claros", dice.

"Cuando era más joven le jugó alguna mala pasada su carácter, pero todos maduramos y él ha sabido corregir ese error y ahí están sus números, no hace falta que yo hable por él", abunda.

Antes de despedirse, Agustín Caballero advierte a los albinegros de que el terreno de juego puede ser una de las claves de esos dieciocho compromisos consecutivos que enlaza el Lucena sin conocer la derrota ante su público: "Es que es un césped sintético muy particular, diferente al del resto de los campos y a los rivales les cuesta adaptarse", asegura.