Castellar

Pedro, sus cabras y las mariposas monarca

  • La vegetación de la ribera del Guadarranque ya no está como la mantenían Pedro y sus cabras y la abundancia de las mariposas está decayendo sensiblemente

Una mariposa monarca libando en Asclepias.

Una mariposa monarca libando en Asclepias.

Me acabo de enterar del fallecimiento de Pedro, un hombre que, sin saberlo, era con su actividad ganadera el responsable del mantenimiento de la colonia más importante de mariposas monarca existente en el Campo de Gibraltar. Pedro falleció las pasadas Navidades, pero yo no me he enterado hasta ahora. El confinamiento y mi jubilación han sido la causa de que estos últimos tiempos no haya podido desplazarme desde Córdoba hasta allí. Vivía con su familia en una casita situada al borde de la carretera de Jimena, muy cerca de la entrada a la Almoraima, junto a la venta la Cantina. La trasera de la casa daba al río Guadarranque y allí tenían varios corrales con gallinas, un huerto y también una pequeña piara de cabras con alguna oveja. Era un hombre entrañable, menudito, enjuto, algo encorvado por el paso de los años, de manos huesudas deformadas por la artritis. Ceñía el pantalón con una correa de cuero, para que no se le escurriera por sus piernas de extrema delgadez.

Con la ayuda de Álvaro, su nieto, mantenía un pequeño huerto de verano junto a la orilla del Guadarranque, protegido de sus cabras por una valla construida con materiales mayoritariamente reciclados. Las crecidas invernales del río destrozaban el huerto, que tenía que volver a recomponer al año siguiente sobre los sedimentos de las crecidas. Los excrementos de las cabras le servían de abono para las berenjenas, tomates y pimientos, que alguna vez me regaló.

Las cabras de Pedro pastaban en la zona de dominio público del río y con esa actividad mantenían limpia de zarzas, adelfas, juncos y otras plantas de ribera una franja de varios centenares de metros a lo largo de la margen izquierda del rio.

En el verano de 2008 estaba iniciando un proyecto de investigación sobre la mariposa monarca (Danaus plexippus) que había financiado la fundación Migres. Aparecí por primera vez por allí explorando ese territorio a la busca de un buen enclave donde seguir la abundancia de las mariposas y los movimientos de ejemplares marcados. Rápidamente me di cuenta de la excelencia de ese sitio, debido al gran número de mariposas que volaban por allí y la abundancia de plantas que crecían en la ribera del río y de las que dependen las mariposas.

Juan Fernández Haeger, durante un censo invernal en la colonia del Guadarranque. Juan Fernández Haeger, durante un censo invernal en la colonia del Guadarranque.

Juan Fernández Haeger, durante un censo invernal en la colonia del Guadarranque.

Para poder completar su ciclo biológico las mariposas ponen sus huevos sobre Asclepias curassavica y es ésta la única especie de planta que sus orugas pueden comer. Las Asclepias tienen además una vistosa y larga floración (marzo–diciembre) y producen mucho néctar, por lo que las mariposas también liban frecuentemente sobre ellas. Pero esas plantas, sin cuya presencia es imposible la persistencia de las mariposas, crecen fundamentalmente en los sitios pastoreados por las cabras. Se da la circunstancia de que esa especie de planta es tóxica para el ganado, incluyendo las cabras, que son capaces de comer casi todas las restantes plantas de ribera excepto las Asclepias. Es decir, el pastoreo del ganado, al eliminar otras plantas competidoras, favorece el crecimiento de las Asclepias.

Asclepias en flor. Asclepias en flor.

Asclepias en flor.

Por esa razón los mejores rodales para la presencia de mariposas en el Campo de Gibraltar están cerca de cortijos con una apreciable actividad ganadera. El Guadarranque tiene además las ventajas de estar muy protegido del viento durante los temporales de levante y del sombreo de la copa de los árboles de ribera durante el verano, por lo que lo consideramos el mejor enclave para la mariposa monarca de los muchos que prospectamos por esa zona. Durante mis múltiples visitas al Guadarranque a lo largo de muchos años, siempre encontré mariposas allí, aún en los días mas fríos del invierno. A finales del verano la abundancia era espectacular. Pedro me tenía al tanto de la abundancia de las palomitas y de las crecidas del río en invierno, y además vigilaba los aparatos de medición (data loggers) que alguna vez colocamos allí. En alguna ocasión lo mencioné en los agradecimientos de mis artículos científicos.

En febrero de 2017, entre varios compañeros de la Universidad de Córdoba, redactamos para el Ayuntamiento de Castellar un Plan de actuación para la conservación de la mariposa monarca en el río Guadarranque, que incluía el diseño de un trazado del denominado Sendero de la mariposa monarca, que discurre por la margen izquierda del Guadarranque entre la venta la Cantina y la venta Jarandilla, con unos 5 kilómetros de longitud total. El atractivo principal de este sendero es, obviamente, la contemplación de esta espectacular mariposa a lo largo del bosque de ribera y de las plantas sobre las que completa su ciclo biológico.

Jaap de Rode, de la Emory University (EEUU); Diego Jordano, de la Universidad de Córdoba, y Juan Fernández Haeger, en una visita al Guadarranque. Jaap de Rode, de la Emory University (EEUU); Diego Jordano, de la Universidad de Córdoba, y Juan Fernández Haeger, en una visita al Guadarranque.

Jaap de Rode, de la Emory University (EEUU); Diego Jordano, de la Universidad de Córdoba, y Juan Fernández Haeger, en una visita al Guadarranque.

Pero casi simultáneamente se limitó en la zona de dominio público por donde discurre el sendero la presencia de las cabras de Pedro. Por entonces, debido a su avanzada edad, las cabras las había heredado su nieto Álvaro. Como consecuencia de esa actuación restrictiva del pastoreo, las zarzas, los helechos, las adelfas y los juncos han invadido gran parte de los rodales que antes ocupaban las Asclepias, por lo que las mariposas están desapareciendo rápidamente.

Me dicen que el sendero está teniendo mucha aceptación y que son muchos los visitantes que lo recorren. De hecho su descripción puede verse en muchas páginas web de empresas y agencias que se dedican al senderismo y al turismo de naturaleza. A veces vienen autobuses con gente interesada en recorrer el sendero y ver las mariposas. No esperaba que tuviera tanto éxito, pero por lo que observé en mis últimas visitas y la información que recibo parece que la cosa no pinta bien. En los pocos años transcurridos desde entonces la vegetación de la ribera del Guadarranque ya no está como la mantenían Pedro y sus cabras y la abundancia de las mariposas está decayendo sensiblemente.

La vegetación de la ribera del Guadarranque ya no está como la mantenían Pedro y sus cabras y la abundancia de las mariposas está decayendo sensiblemente

Es muy importante entender que cuando se redacta un plan de conservación hay que tratar de cumplirlo en todos sus aspectos. Aunque actualmente se ha facilitado el acceso del público interesado a este área con carteles informativos y publicidad, no se han cumplido otros aspectos relevantes del plan propuesto al Ayuntamiento de Castellar y fundamentalmente los tratamientos de la vegetación mediante desbroces puntuales y la reintroducción de una presión ganadera adecuada.

El manejo humano del territorio es fundamental para mantener los paisajes y la biodiversidad que integran. El pastoreo de las cabras es un aspecto esencial en este caso.

Hace años la cantidad de mariposas existente hacía muy difícil censarlas. Muchos días de verano llegaban a volar entre los comensales de la terraza de la venta la Cantina. La desaparición de Pedro y de sus cabras hará que las mariposas monarca también terminen por desaparecer del sendero que lleva su nombre.

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