Ernesto Notari; el resurgir de los 'olterriani' (II)

LOS ITALIANOS DE LA DÉCIMA | CAPÍTULO XVIII

Notari debía comprobar el estado del 'Olterra' y, sobre todo, si había sido descubierto por los ingleses

Pistono había ideado un plan para asaltar el puerto interior utilizando el único maiale superviviente de B.G. 5

Notari en Bocca di Serchio durante su etapa como instructor jefe de la Xª MAS en 1942. Junto a él, un grupo de nuevos especialistas entre los que se encuentra el veterano Vittorio Cella, justo a su derecha, el mismo que le acompañaría durante su posterior destino en el 'Olterra'.
Notari en Bocca di Serchio durante su etapa como instructor jefe de la Xª MAS en 1942. Junto a él, un grupo de nuevos especialistas entre los que se encuentra el veterano Vittorio Cella, justo a su derecha, el mismo que le acompañaría durante su posterior destino en el 'Olterra'. / E.S.
Alfonso Escuadra

04 de abril 2023 - 23:21

"Un día -me dijo-, estando aún en Leros, me encontré con el capitano delle Armi Navale Vincenzo Martellotta, el que luego sería conocido como uno de los héroes de Alejandría y que había sido compañero mío en la Academia de Livorno. Al preguntarle los motivos de su presencia en la Isla, me confesó -insistiéndome en el carácter reservado de la información- que se había presentado voluntario para servir en los medios de asalto y que estaba en Leros sólo para realizar un crucero de instrucción a bordo de un submarino. Inmediatamente, regresé a Italia y me fui directo al Ministerio de Marina a solicitar mi ingreso en la flotilla donde se agrupaban estos medios. Creo recordar que esto que le cuento sucedió poco después de la operación de Malta. Aquella en la que, entre otros muchos marinos italianos, murieron Teseo Tesei y Alcide Pedretti. Estamos hablando por tanto de finales de julio de 1941. Poco después, fui enviado a Bocca di Serchio donde se adiestraban los operadores de los maiali. Y allí me puse rápidamente al día en el manejo y el empleo táctico de estos ingenios".

"La verdad es que yo esperaba ser inmediatamente seleccionado para tomar parte en alguna misión. Sobre todo después de que el grupo de incursores que se había estado formando poco antes de que yo llegara y del que -entre otros- formaba parte mi amigo Martellotta, hubiese efectuado su exitoso ataque contra la base de Alejandría. Pero no fue así. La orden que recibí fue la de permanecer en la base y seguir practicando al tiempo que me dedicaba a formar a los nuevos voluntarios. Por desgracia, fueron las pérdidas sufridas en el ataque de diciembre de 1942 contra Gibraltar, las que finalmente llevaron al mando de la flotilla a decidir mi envío a España, a Algeciras, al Olterra, al llamado barco de los misterios, en calidad de jefe del reconstituido grupo que iba a seguir operando desde aquella base secreta".

Fotografía tomada en Bocca di Serchio en el otoño de 1941, durante los primeros meses de la estancia allí de Notari (de pie, segundo por la izquierda). Junto a él se ven Spacarelli y Manisco, sentados en primer término, de pie están De la Penne, Forza,  Borghese, Marceglia, Ghersi y Feltrinelli. De pie, al fondo, entre Notari y Forza, aparece Vittorio Cella, el único incursor de la Xª MAS que llegaría a operar contra Gibraltar en tres ocasiones.
Fotografía tomada en Bocca di Serchio en el otoño de 1941, durante los primeros meses de la estancia allí de Notari (de pie, segundo por la izquierda). Junto a él se ven Spacarelli y Manisco, sentados en primer término, de pie están De la Penne, Forza, Borghese, Marceglia, Ghersi y Feltrinelli. De pie, al fondo, entre Notari y Forza, aparece Vittorio Cella, el único incursor de la Xª MAS que llegaría a operar contra Gibraltar en tres ocasiones. / E.S.

Borghese le describiría en estos términos: "(Notari) estaba dotado de un físico excepcionalmente robusto. Serio y de pocas palabras, pertenecía -a pesar de haber superado la edad óptima para ese destino- al grupo de “jóvenes” que se estaban preparando para emular a aquellos que tan valerosamente les habían precedido".

Tanto el Estado Mayor de la Regia Marina como los mandos de la Xª MAS habían pasado gran parte de aquel tercer invierno de guerra estudiando lo ocurrido durante la última acción y sacando no pocas conclusiones. Persistía desde luego la voluntad de seguir sirviéndose del Olterra para mantener la ofensiva contra la Royal Navy pero, antes de aprobar su reanudación, Notari debía confirmarles si ello era o no factible. Con este objetivo, antes del final de aquel invierno, se le ordenó trasladarse a Algeciras, cosa que hizo bajo la falsa identidad de Ulderico Nostini, un supuesto empleado de la compañía aérea Ala Littoria, que era la que hacía la ruta Roma-Sevilla.

Una vez en el Olterra, su misión consistiría en comprobar el estado de la nave y sobre todo, cerciorarse de que el secreto de su empleo como base para los medios de asalto seguía intacto. Pero hubo algo más. Durante aquellos meses de inactividad, el siempre inquieto e ingenioso Pistono había ideado un plan para asaltar el puerto interior utilizando el único maiale superviviente de B.G. 5. Pistono venía observando como, cada día a la caída de la tarde, el aljibe británico Blossom atracaba en el puerto de Algeciras procedente de la colonia para cargar agua con destino a la guarnición. Posteriormente, este barco regresaba al puerto de la base penetrando a través del vigilado acceso Norte. La idea consistía en situar el maiale bajo el cisterna, acompañarlo en su travesía de vuelta al Peñón y acceder al puerto interior siempre navegando bajo su casco.

Gracias al testimonio del jefe de máquinas del Olterra Paolo Denegri se sabe que, nada más tener conocimiento del plan, Notari lo descartó sin titubeos. En primer lugar porque no se podía garantizar que la velocidad del Blossom se mantuviese dentro de unos márgenes que permitiesen al maiale poder seguirle. Y cuando el irreductible Pistono intentó salvar esta dificultad proponiendo que el maiale quedase fijado de alguna forma al casco, su respuesta había sido que, en tal caso, el tiempo que la dotación del torpedo tendría que permanecer bajo el agua superaba ampliamente su reserva de oxígeno. De manera que la nueva ofensiva se iba tácticamente a desarrollar siguiendo el mismo método empleado hasta entonces. Aunque, como confirmaría al autor el propio Notari, nadie ignoraba que iban a tener que enfrentarse a un sistema defensivo nuevamente reforzado.

El Dr. Elvio Moscatelli, oficial médico de la Xª MAS destinado en el Olterra.
El Dr. Elvio Moscatelli, oficial médico de la Xª MAS destinado en el Olterra. / E.S.

Lo ocurrido con la operación B.G. 5 había demostrado que las medidas adoptadas para la defensa del puerto interior funcionaban, haciéndolo prácticamente impenetrable. Pero también había puesto de manifiesto que, a pesar del reciente refuerzo de las patrullas de vigilancia y del incremento en el ritmo de lanzamiento de las cargas, los incursores italianos podían atravesar sin grandes dificultades la zona de fondeo de los mercantes. Y eso era algo especialmente preocupante para los británicos desde el momento en que gran parte del soporte logístico del despliegue aliado en el Mediterráneo discurría por las aguas inmediatas a la base.

El jefe de la Xª MAS escribiría en sus memorias: "Se decidió concentrar la ofensiva sobre los buques mercantes de los convoyes que continuaban fondeando en la rada siempre en número creciente... se trataba de reducir en lo posible el flujo de suministros de las tropas que combatían en Túnez contra los restos de nuestro Ejército de África y que se preparaban para un asalto presumiblemente dirigido contra una de nuestras islas mayores: Cerdeña o Sicilia".

Si a las nuevas medidas apuntadas se añadía la prescrita revisión de todos y cada uno de los mercantes cuya procedencia fuese un puerto español, es evidente que al Grupo de Trabajos Submarinos de Crabb no les iba a faltar tarea. Así lo pudieron comprobar los propios tripulantes del Olterra que, en no pocas ocasiones, emplearon sus botes para meterse entre los mercantes y los pesqueros españoles a la búsqueda de información.

En relación con ello, Notari recordaría: "Incluso el doctor Moscatelli, el médico de la escuadrilla, resultó de gran ayuda para los hombres de la “Osa Mayor”. Vestido con ropa raída y desgastada, Moscatelli acostumbraba a departir con los pescadores del lugar e incluso con los tripulantes de los mercantes enemigos. Así fue como consiguió hacer un seguimiento de las labores que Crabb y sus hombres realizaban en los cascos de los barcos. De tal suerte que, ya terminada la guerra, Moscatelli se encontró un día en Italia con Crabb y al llegar el momento de las presentaciones le comentó sonriendo: 'No hace falta que me diga usted quien es. Le conozco perfectamente porque, durante la guerra, estuve destinado en Algeciras y pude ver cómo realizaba su trabajo en aguas de la Bahía”.

Pero dentro de la misión encomendada a Notari hubo algo más importante incluso que comprobar el buen estado de las instalaciones de la nave. Como fue el hecho de constatar que, más allá de su poderoso despliegue defensivo y gracias en gran medida a la operación de contra-información desarrollada por los agentes del SIS, los ingleses seguían sin sospechar que el último ataque se había preparado en el interior del Olterra y que ese navío había sido también su punto de partida.

Diploma de concesión del Distintivo Speziale per il personale dei Mezzi d´Assalto del almirante Notari (Colección A. Escuadra).
Diploma de concesión del Distintivo Speziale per il personale dei Mezzi d´Assalto del almirante Notari (Colección A. Escuadra). / E.S.

Una vez que -tras su regreso a Italia- Notari les hubo confirmado este extremo, el Estado Mayor de la Regia Marina tomó la decisión de reanudar su ofensiva desde aquella base secreta. Existía un evidente afán de retomar las operaciones pero, incluso en los medios oficiales de la Marina italiana se llegará a reconocer que, entre los miembros de la Decima, tambiénimperaba el anhelo de vengar a sus camaradas caídos en la BG 5. En este sentido, dando por hecho que atacar el puerto interior de Gibraltar era poco menos que enviar a los hombres a una muerte segura, se dio vía libre a lo que, por otro lado, no era sino una nueva oportunidad de llevar a cabo el plan ideado en su día por Visintini.

Pero para ello, lo primero sería reconstituir la destrozada Escuadrilla del Olterra. No es difícil intuir que, para el mando de la flotilla tuvo que suponer un gran esfuerzo desprenderse de Notari para colocarlo al frente de la misma.Pero las pérdidas sufridas habían sido muy elevadas y ello había obligado a su comandante a tomar decisiones drásticas. No había que darle muchas vueltas, no había nadie más capacitado para hacerse cargo de la base del Olterra que el experimentado capitán de corbeta Notari, el más veterano de cuantos buzos especialistas habían pasado por Bocca di Serchio y uno de los oficiales de más peso dentro del Grupo Submarino de la Decima. Así lo demuestra el hecho de que cuando, el primero de mayo de 1943, el capitán de fragata Borghese dejase el mando de este grupo para pasar a mandar el conjunto de la flotilla, hubiese sido su nombre el que más se había barajado para sustituirle en sus anteriores responsabilidades. Sin embargo, el desastre sufrido en diciembre anterior, si bien había frustrado esa posibilidad, había abierto a Notari el camino que le permitiría dar cumplimiento a su viejo deseo de tomar parte activa de una operación de ataque con los medios de asalto. Muy pronto, en las columnas de Hércules se iba a dejar oír de nuevo el poderoso rugido de la Osa Mayor.

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