Los vecinos de las 54 VPO se quejan del deterioro del edificio en poco tiempo
Los habitantes también se lamentan del poco respeto que tienen algunos de los residentes por las normas de convivencia social
Corría el 16 de octubre de 2009 cuando el Ayuntamiento entregaba en un salón de plenos abarrotado de público las llaves a los beneficiarios del proceso de selección y sorteo de la adjudicación de las 54 viviendas de carácter social. Muchas eran las caras de alegrías que hoy se han transformado en algunos casos de rabia ante los constantes problemas que presentan algunas de estos inmuebles.
Las viviendas estuvieron construidas un año y medio antes de su entrega y ya entonces hubo que acometer alguna mejora ante el rápido deterioro. Ahora en algunas zonas comunes como los patios de luz, esos deterioros son más que evidentes y algunos vecinos rinden cuentas al Consistorio.
Humedades, desprendimientos de materiales y una fachada que dan a un pequeño barranco que convierte la zona en un lodazal, son algunas de las lindezas que los vecinos soportan.
Pero además hay que sumar un problema de convivencia con algunos vecinos incapaces de recoger las deposiciones de sus mascotas o guardar en sus viviendas enseres que ocupan zonas comunes. La música alta a deshora y otras cuestiones tienen de los nervios a muchos de los vecinos que exigen al Consistorio la reparación del edificio construido por Abyla y Calpe S. L., y cuyos alquileres no sobrepasarán los 260 euros para las viviendas de 4 habitaciones y de los 140 euros las de un solo dormitorio. Desde el área municipal de Vivienda se apunta a que desde que se entregaron se han ido realizando actuaciones necesarias.
Desde Urtasa se reconoce que las viviendas han tenido problemas "sobre todo con la fontanería. Nos consta que la fachadas y la cubierta tienen problemas y se realizarán las actuaciones necesarias el próximo verano", señala Carlos Rondón, gerente de la empresa municipal del suelo público y apunta a que ha sido el Consistorio el que ha acometido unas obras que correspondían a la empresa constructora. De hecho, Rondón asegura que Urtasa ha invertido 70.000 euros en reparaciones.
Desde el Ayuntamiento se señala también a una difícil situación de convivencia vecinal. Hay vecinos que no pagan las cuotas o carecen de las más mínimas normas de convivencia. Basuras arrojadas a zonas comunes, gritos y peleas son otros problemas que presentan las 54 viviendas. La responsable de Vivienda, Juana Garrido, realizó expresamente un ruego para que "en la medida de sus posibilidades los vecinos atiendan las reglas básicas de vecindad".
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