Etapa 4: Benalup-Facinas (31 km)
La Trocha a pie | Diario del camino desde Asta Regia a Algeciras
Europa Sur ofrece en cinco entregas las claves del camino de la Trocha que une la zona de Asta Regia con Algeciras a lo largo de 136,5 kilómetros
Etapa 1: Asta Regia-Jerez de la Frontera (16,5 km)
Etapa 2: Cartuja de Jerez-Medina Sidonia (36 km)
Etapa 3: Medina Sidonia-Benalup (24 km)
Algeciras/Benalup se derrama sobre la Janda.
Desde las cotas más altas del pueblo se muestra el territorio que atraviesa la vía. Los caminantes dejan atrás fachadas doradas por un sol recién nacido y bajan la empinada cuesta de san Francisco. La calle Clavel les lleva directamente a despejados espacios abiertos en busca del río Barbate que a esas horas es destino de algún que otro pescador tempranero. Nada más cruzarlo se tiene la sensación de transitar por un mundo apartado del mundo, un espacio de la memoria y la imaginación, un territorio donde se recuerda lo que fue y donde se imagina lo que pudo haber sido. Lo que antes era el mayor lago de España, ahora es una amplia llanura que no ha perdido su sentido mítico: unos cercados donde pastan bueyes de Gerión y caballos sin alas.
Aves con querencia de agua aprovechan el agua para volver a territorios perdidos. Fochas, garcetas, flamencos, pueblan una llanura donde la antigua marisma es un espejismo barruntado, una ilusión lacustre de leyendas y puertas, de guardianes y barqueros, de monstruos y náyades, de fin del mundo. Lo que fuera laguna Estigia son ahora sembrados donde crecen jóvenes olivos en hilera y apuntan girasoles con brotes a deshora. El camino discurre en paralelo al piedemonte, junto al flysch donde se abren tafonis que custodian pinturas tan antiguas que remiten a tiempos en los que tuvo lugar el origen del arte. Se vislumbra el Tajo de las Figuras, la presa del Celemín y la cueva de las Mujeres antes de que el carril se desvíe hacia el sur, en busca de Tahivilla. Es un paisaje conocido pero contemplado desde una perspectiva diferente: sierra Momia, el Niño, Retín, Fates, la Plata. Sarta de referentes rebosantes de historia presididos por la Silla del Papa que ahora vigila molinos sin alma, manadas de toros bravos y blancos caballos al trote que se acercan. Tras un rodeo innecesario, los caminantes llegan a Facinas que los recibe en alto, en cuesta, silenciosa y clara como una tarde de domingo.