La Asociación de Grandes Industrias del Campo de Gibraltar (AGI) ha aprobado la incorporación de Repsol Butano, que se suma a un colectivo creado en 1991 con el objetivo de promover y coordinar las iniciativas de las empresas asociadas en beneficio de la comarca, defender los intereses comunes de las entidades que la forman y contribuir activamente al desarrollo y mejora del entorno.

La factoría de Repsol Butano San Roque, que inició su actividad en 1968, se dedica principalmente al almacenamiento y distribución de butano, propano y autogas, tanto envasado como a granel. La incorporación de la empresa refuerza el compromiso de la compañía multienergética con la AGI, ya que se suma a la Central Bahía de Algeciras, propiedad de Repsol desde 2018, uno de los centros más modernos de generación de ciclo combinado existentes en España.

Esta compañía se suma a las grandes instalaciones industriales y portuarias que forman parte de la AGI, entre las que ya se encontraban Acerinox, Air Liquide, Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, APM Terminals, Cepsa, Cepsa Química, CLH, Endesa, Evos Algeciras, Indorama, Linde Gas España, Naturgy, Repsol y Viesgo.

El presidente de la AGI, Miguel Pérez de la Blanca, ha valorado esta incorporación: “Damos la bienvenida a Repsol Butano a nuestro colectivo. El crecimiento de la asociación con un nuevo socio tan consolidado en el mercado nacional e internacional demuestra la fortaleza que tiene la AGI trabajando por los intereses conjuntos de las empresas y de la comarca”.

Impacto de la AGI

La Asociación de Grandes Industrias del Campo de Gibraltar registra unos ingresos acumulados en el conjunto de sus asociados de 9.762,5 millones de euros, según los datos de la última memoria anual publicada por el colectivo. Destaca el firme compromiso por el empleo, con una cifra superior a los 9.500 trabajadores en la suma entre empleos directos de las empresas de la AGI y las empresas auxiliares de mantenimiento y otros servicios, así como el capítulo inversor del colectivo. Las empresas asociadas llevan a cabo una apuesta por incrementar la productividad y la competitividad, así como mejorar la seguridad laboral y el impacto ambiental, que se traduce en los 2.639 millones de euros invertidos desde 2009.

El impacto que tienen las empresas de la AGI en su entorno se extiende más allá de la generación de valor añadido y empleo directo. Las interrelaciones productivas de las empresas con la economía de la zona crean unos efectos multiplicadores en la economía a través de las interrelaciones generadoras por el gasto de las asociadas en adquisición de bienes y servicios que producen otras empresas y el gasto de los salarios generados por la industria. Este impacto se cuantifica en términos de Valor Añadido Bruto, que en 2018 se situó en los 2.430,05 millones de euros, y de empleo, cuya cifra fue de 19.172 personas, añadiendo el impacto de efectos directos, indirectos e inducidos.