La reina del Estrecho

Desde hace unos años la mariposa monarca, procedente de América tiene presencia en la comarca · La Universidad de Córdoba, a propuesta de la Fundación Migres investiga el hábitat de esta peculiar especie

Dos mariposas sobre una de las plantas nutricias.
Dos mariposas sobre una de las plantas nutricias.
Y. G. T. / Algeciras

01 de abril 2012 - 01:00

Desde hace 50 años, la mariposa monarca -danaus plexippus- se cita ocasionalmente en la Península Ibérica. Para algunos autores, estos avistamientos corresponden a ejemplares migradores, procedentes de América o los archipiélagos atlánticos (Canarias, Azores o Madeira), donde su presencia se conoce desde el siglo XIX. Desde 1997 se registra su presencia en el entorno más inmediato al Estrecho de Gibraltar. Su tamaño y colorido desde que es oruga no ha pasado desapercibido para los especialistas y aficionados a los insectos lepidóptero.

Un equipo de la Universidad de Córdoba ha realizado un trabajo de campo durante tres años, cuyas conclusiones publica la Fundación Migres en su Revista de Ecología del Estrecho de Gibraltar. Un trabajo que continúa realizándose en la zona de Tarifa y en las proximidades del río Guadarranque. Esta especie se ha asentado en tres zonas, dos franjas costeras, la de Barbate y Tarifa y las proximidades del río Guadarranque. En este área, la mariposa deposita sus huevos y completa su ciclo sobre tres especies de la misma planta -asclepiadaceae-, que son tóxicas para el ganado.

Uno de los profesores que ha trabajado en el proyecto, Juan Fernández Haeger, indica que las orugas de las mariposas están adaptadas a esas sustancias tóxicas y consumen las plantas sin problema, incorporando esta sustancia a sus tejidos y haciéndose ellas mismas tóxicas. "Por eso tienen esos diseños tan llamativos, que los naturalistas llamamos coloración aposemática (advertidora). Esa es una buena estrategia de defensa ante los predadores que aprenden rápidamente que esas orugas no se deben comer. El tóxico también pasa a las mariposas, que le defiende también de sus depredadores".

El estudio trata de conocer los factores fenológicos y biológicos que afectan a la mariposa y su evolución en la comarca, para conocer la relación que existe entre las mariposas y las plantas que utilizan, tanto como fuente de néctar como de lugar donde depositar sus huevos. "Se trata de conocer la distribución de las mariposas en relación con las características de los rodales, su movimientos. Hemos observado que se expanden en verano y en otoño ocupan menos fragmentos", añade Fernández.

El trabajo de campo es laborioso. Se ha explorado una amplia zona -900 kilómetros cuadrados aproximadamente-, localizando rodales de plantas que se visitaron con una periodicidad de 15 días aproximadamente. En cada visita (1.015 en total) se registró el estado fenológico de las plantas (presencia o ausencia de flores, frutos) y la presencia y abundancia de mariposas en vuelo. También se revisaron las orugas y su reproducción. Así se comprobó la fidelidad de las mariposas a las distintas plantas.

Actualmente, los profesores Juan Fernández y Diego Jordano continúan investigando en cómo afecta el viento del Estrecho a estas mariposas para diseñar un modelo de comportamiento. Su trabajo ha llamado la atención de colegas de otras universidades y países. "Un colega australiano se quedó asombrado al conocer la existencia de la mariposa en esta zona", añade Juan Fernández.

Los investigadores destacan que esta especie no supone una mejora o beneficio para el ecosistema, si bien es una especie más, una interacción de la naturaleza que conviene mantener.

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