La protección legal de los vestigios militares de la II Guerra Mundial en el Campo de Gibraltar (I)

Instituto de Estudios Campogibraltareños

Las líneas defensivas estaban hechas con hormigón armado y se establecían conforme a los presupuestos tácticos del siglo XX

Fortín número 310 del Parque del Centenario (punta de San García, Algeciras). A pesar de encontrarse  seriamente deteriorado y con riesgo de desplome, en 2016 se le colocó un banco en el techo, para que la ciudadanía  pudiese contemplar, plácidamente, el bello paisaje de la bahía de Algeciras.
Fortín número 310 del Parque del Centenario (punta de San García, Algeciras). A pesar de encontrarse seriamente deteriorado y con riesgo de desplome, en 2016 se le colocó un banco en el techo, para que la ciudadanía pudiese contemplar, plácidamente, el bello paisaje de la bahía de Algeciras.
Sebastián Marqués Bautista Y Ángel J. Sáez Rodríguez

26 de diciembre 2022 - 05:00

En los años treinta del siglo XX, Europa se llenó de líneas defensivas basadas en fortificaciones hormigonadas. Corría el período de entreguerras y los tratados firmados, entre 1918 y 1920, dejaron muchas inseguridades en el Viejo Continente. Tantas que, ya en 1922, la Commission de Défense des Frontières de Francia, presidida por el mariscal Pétain, empezó los estudios de lo que veintidós años más tarde sería la Línea Maginot, desde la frontera suiza a la luxemburguesa.

En todos los casos, se optó por hormigón armado como material constructivo, cierto mimetismo en los acabados y diseños tanto subterráneos, como enclavados en laderas o completamente superficiales. Además, se concibieron verdaderos sistemas fortificados con diverso grado de complejidad, con frecuencia de apariencia inconexa, pero interdependientes funcionalmente. De tal forma que la obra considerada de manera individual carecía de la relevancia que le confería su carácter de nodo de una red establecida conforme a los presupuestos tácticos más extendidos en el primer tercio del siglo XX.

Como herencia de la Gran Guerra, se mantenían las tácticas de combate consolidadas en ese conflicto, enfrentadas a las basadas en la movilidad de las unidades que habría de tener en la blitzkrieg su exponente más acabado al finalizar la década de los treinta.

Antecedentes

Una característica diferencial de los elementos constitutivos de estos sistemas fortificados era su diversidad funcional dentro de una aparente homogeneidad tipológica. El más conocido fue, junto al francés, el sistema defensivo de la costa atlántica del III Reich, la ingente obra de la Organización Todt conocida como el Muro o la Muralla del Atlántico. Esta estructura ingenieril nazi dispuso de hasta 700 modelos estandarizados de obras blindadas, de los que se aplicaron 250 diseños diferentes en la Atlantikwall en su trazado de 5.500 kilómetros desde el cabo Norte, en la costa ártica de Noruega, hasta la frontera española del golfo de Vizcaya.

El establecimiento de la Línea Maginot, el más conocido de los sistemas erigidos en esta etapa histórica, constituyó todo un paradigma de los principios de la defensa estática que se extendieron por Europa. Desde 1914, las democracias liberales se encontraban en retroceso en el Viejo Continente frente al desarrollo de sistemas autoritarios y fascistas, y la Maginot se anticipó a la amenaza que la constante reivindicación territorial alemana supuso para el mantenimiento del statu quo europeo. Era ya una realidad cuando el temor ante el expansionismo de la Alemania nazi impulsó una nueva carrera armamentista y la fortificación de diversas fronteras con otros sistemas, como las líneas Stalin, Molotov, Metaxas, Benes...

La prensa de la época se hacía eco de la gran actividad constructiva, con iniciativas tan tardías como la erigida por Turquía “a todo lo largo de la costa del Mar Negro y con el objeto de que sirva de contención a los posibles ataques por tierra a los Dardanelos”. También en este caso era denominada con el topónimo francés: “otra Línea

de Maginot en Turquía”.

Los alemanes, que habían levantado durante la Primera Guerra Mundial y en el norte de Francia su Línea Sigfrido (Siegfriedstellung), construyeron frente a la Maginot francesa la Muralla Occidental Alemana. Antes habían erigido, entre 1934 y 1938 frente a Polonia, su Ostwall, East Wall o Muralla Oriental.

Fortines y búnqueres en España

En España, al final de los treinta hubo ocasión de aplicar los principios teóricos acuñados desde la Gran Guerra. La Guerra Civil vio algunos de sus frentes largamente estabilizados, permitiendo la creación de líneas fortificadas opuestas de uno y otro bando en Asturias, “cinturón de hierro” de Bilbao, Madrid, líneas del Cinca y del Canal de Urgell en Cataluña entre otros lugares. La singularidad de la respuesta ofrecida por los servicios de fortificación a las muy diferentes realidades encontradas en los campos de batalla generó innumerables tipos formales.

Fortín número 250 del Polígono Las Marismas (Los Barrios), modelo de fusileros propio del Campo de Gibraltar,  del que solo quedan otros dos ejemplares. Fue destruido con nocturnidad y alevosía por la empresa urbanizadora, a pesar  de las advertencias que se le hizo, el 16 de junio de 2010.
Fortín número 250 del Polígono Las Marismas (Los Barrios), modelo de fusileros propio del Campo de Gibraltar, del que solo quedan otros dos ejemplares. Fue destruido con nocturnidad y alevosía por la empresa urbanizadora, a pesar de las advertencias que se le hizo, el 16 de junio de 2010. / A. Sáez

Al finalizar la guerra, el nuevo Estado nacional abordó dos proyectos de fortificación de fronteras que serán los últimos creados de su tipo en Europa occidental. La Línea Pirineos y el sistema del Campo de Gibraltar responden a la amenaza que el Estado Mayor del Generalísimo intuía en las potencias vecinas y vencedoras de la guerra mundial. En ambos se concretaron las enseñanzas adquiridas en la guerra y los influjos de los modelos de fortificación aplicados en Europa desde el final de la Gran Guerra.

En la costa sur de Andalucía se erigió el sistema defensivo del Campo de Gibraltar durante el período 1939-1945, que todavía recibió algunos añadidos posteriores. La investigación más solvente sobre este asunto maneja documentación con las órdenes del Generalísimo a Queipo de Llano para establecer un dispositivo defensivo “con toda urgencia” en “los accesos del peñón de Gibraltar a La Línea (…) en evitación de una sorpresa”, ante una supuesta amenaza franco-británica procedente del Peñón. Enseguida, las obras blindadas se extendieron notablemente. Llegaron a cubrir ambas orillas de los cuatro kilómetros finales del río Guadiaro, todo el litoral comarcal y se extendían hasta las inmediaciones de cabo Roche, en Conil de la Frontera. En total, 130 km de costa litoral y fluvial, tanto con playas bajas y arenosas como altas y acantiladas.

El sistema defensivo se vio continuado inmediatamente hacia el oeste, completando en breve espacio de tiempo el resto de las costas de las provincias de Cádiz y de Huelva. En la actualidad existen vestigios de obras similares en casi cualquier punto del litoral español, incluyendo los archipiélagos. La construcción del sistema de defensa contemporáneo del Campo de Gibraltar contó con la participación de, entre otros colectivos, diversos Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores, sistema represivo del bando nacional que encuadraban a los mozos considerados desafectos al régimen.

Estos fortines quedaron pronto incorporados al “Plan Jevenois”, elaborado por la Comisión de Fortificación de la Frontera Sur en agosto de 1939, que se centró principalmente en el emplazamiento de artillería de costa, junto a sus carreteras y obras asociadas.

Restos del fortín número 250 del Polígono Las Marismas (Los Barrios), reproducido en la lámina 1. Fue arrasado  de manera innecesaria y gratuita la noche del 16 de junio de 2010. En la imagen, el mismo lugar, el día 17, con la sombra  de la reportera gráfica del diario Europa Sur.
Restos del fortín número 250 del Polígono Las Marismas (Los Barrios), reproducido en la lámina 1. Fue arrasado de manera innecesaria y gratuita la noche del 16 de junio de 2010. En la imagen, el mismo lugar, el día 17, con la sombra de la reportera gráfica del diario Europa Sur.

El catálogo de las obras que componían este sistema de defensa contemporáneo del Campo de Gibraltar, contemplando todas las que fueron diseñadas y construidas para dotarlo, alcanza en la actualidad las 560, de las que subsisten 327. Equivale a uno de los más numerosos y dispersos conjuntos monumentales de los existentes en el sur de Europa y, con la Línea Pirineos, el último sistema de defensa activa de su tipo del Viejo Continente.

La desprotección de un patrimonio histórico

La existencia de tales instalaciones militares en la costa norte del estrecho de Gibraltar, limitaron la expansión urbana y preservaron unos paisajes sin parangón situados a la vista del Estrecho. Sobre todos ellos se ejercía la jurisdicción del Mactae, dedicado al control de este espacio geoestratégico de primer orden.

Pero el proceso que concluyó con la disolución del Racta nº 5 en diciembre de 2007 supuso el abandono de las instalaciones que sus baterías ocupaban en diferentes emplazamientos del litoral comarcal, principalmente. Muchos de estos lugares, en perfecto estado de uso hasta esas fechas, fueron rápidamente objeto de allanamiento, vandalismo y sustracción de materiales, perdiéndose en breve plazo de tiempo la oportunidad de convertirlos en espacios de uso público o de explotación turística. Su historia, sus extraordinarios emplazamientos y sus instalaciones así lo merecían, pero la descoordinación entre las administraciones civil y militar dejaron pasar la ocasión.

Fortín número 405, en el extremo septentrional  de la playa de los Lances (Tarifa), en 2013. Actualmente ha  desaparecido.
Fortín número 405, en el extremo septentrional de la playa de los Lances (Tarifa), en 2013. Actualmente ha desaparecido. / A. Sáez

Por su parte, los fortines de hormigón llevaban ya décadas en desuso en esas fechas y, en su inmensa mayoría, separados del manto protector de la jurisdicción militar. Es decir, que seguían siendo impunemente destruidos por iniciativa privada o pública cada vez que “estorbaban” en los proyectos infraestructurales o urbanísticos, vandalizados o, en el mejor de los casos, dejados caer o incorporados a viviendas privadas.

Todos estos elementos monumentales, como bienes patrimoniales públicos que son, se encuentran bajo la tutela y protección teórica de la Junta de Andalucía. En primera instancia, el deber de conservación de tales bienes corresponde al propietario de los terrenos.

Por si fuera poco, es doctrina de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía que, al ser elementos defensivos, tienen protección por ministerio de ley (Decreto de 1949 que asumen las leyes 16/85 del Patrimonio Histórico Español y 14/2007 del Patrimonio Histórico Andaluz). Entendemos que deben ser considerados bienes de interés cultural (BIC), pero no existe unanimidad en la Administración respecto a este asunto.

Restos del fortín número 405 (playa de los  Lances, Tarifa), representado en la lámina 4. A pesar del  riesgo de desplome que presentaba, la desatención de las  administraciones responsables, por ley, de su preservación,  permitió su pérdida en 2018.
Restos del fortín número 405 (playa de los Lances, Tarifa), representado en la lámina 4. A pesar del riesgo de desplome que presentaba, la desatención de las administraciones responsables, por ley, de su preservación, permitió su pérdida en 2018. / A. Sáez

En julio de 2017, la Junta de Andalucía concluyó la fase de valoración para la declaración de 14 nuevos Lugares de Memoria Democrática en la comunidad, de acuerdo con el decreto 264/2011 y la Ley 2/2017 de Memoria Histórica y Democrática, que incluye el sistema de fortificaciones del estrecho de Gibraltar. Los integrantes del Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar impulsaron esta iniciativa, que sigue a la espera del acuerdo de iniciación por la Junta de Andalucía.

Concepto de Patrimonio Histórico o Cultural

La Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (LPHE, en lo sucesivo) señala que el Patrimonio Histórico Español está integrado por “los inmuebles y objetos muebles de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico”, así como “el patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas, los sitios naturales, jardines y parques con valor artístico, histórico o antropológico”, y “los bienes que integren el Patrimonio Cultural Inmaterial, conforme a su legislación especial”.

Por su parte, la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía (LPHA, en lo sucesivo) establece que el Patrimonio Histórico Andaluz “se compone de todos los bienes de la cultura, materiales e inmateriales, en cuanto se encuentren en Andalucía y revelen un interés artístico, histórico, arqueológico, etnológico, documental, bibliográfico, científico o industrial para la comunidad autónoma, incluidas las particularidades lingüísticas”.

El moderno concepto de patrimonio histórico entiende que un bien será patrimonio histórico si ostenta las cualidades y valores que así lo determinan. No se requiere inscripción en catálogo o inventario, ni declaración expresa por parte de la Administración pública. Este concepto es el que mantienen nuestros juzgados y tribunales. Otra cosa son las medidas de protección porque la LPHA (al igual que las restantes leyes autonómicas) concentra su práctica totalidad respecto a los bienes¡ inscritos en los instrumentos de protección.

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