La procesión de la Reina de Los Ángeles cierra las fiestas de la Novena

Las fiestas de la Novena en honor a la patrona de Jimena vivieron ayer su día grande con la salida procesional de la Reina de los Ángeles por las calles del núcleo que lleva su nombre. Centenares de vecinos de la localidad y personas venidas de fuera acudieron al último de los rezos del rosario de la Novena 2010, el que daría paso a la procesión de la Virgen.

Entre ellos, muchos padres, a la espera del primer encuentro de sus hijos con la imagen de la virgen. Poco después de las 19.30 horas, comenzaban a repicar las campanas del convento en el que vive la patrona de Jimena, que aún sorprende por su inmaculado aspecto después de los trabajos de restauración a los que fue sometido recientemente. Era una señal conocida por todos y que indicaba que, en breve, la reina de los jimenatos saldría por la puerta de su templo a su encuentro con sus fieles, algo que ocurriría poco después cuando la imagen, a hombros de miembros de su hermandad y sobre un trono que data del año 2004, iniciaría su habitual recorrido. El acompañamiento musical correspondió este año a la Banda de Música de Puerto Real. En su camino desde el Santuario hacia las calles de Los Ángeles, la procesión volvería a encontrarse con el tren que a esa hora circulaba por el tendido férreo que discurre paralelo al camino de entrada y salida al templo. Son dos símbolos, el Santuario y el tren, identificativos de lo que es el propio pueblo de la Estación puesto que están en el origen mismo de su nacimiento. Una vez cruzado el paso a nivel, la imagen de la patrona comenzó su recorrido por las calles del núcleo, pasando por sus puntos más característicos, desde el Michigán a la travesía, antes de regresar al templo, algo que estaba previsto para las 23.00 horas aproximadamente.

Por la mañana, la actividad comenzó al mediodía. La caseta municipal, instalada en el parque Práxedes Gómez abría sus puertas para la celebración de una nueva edición del Concurso de Platos Típicos de la Novena. Como cada año, la cita sirvió de excusa para que muchas familias y grupos de amigos y conocidos pasaran un mediodía de feria entrañable alrededor de una mesa.

Este concurso pretende incentivar la imaginación cocinera de los jimenatos y, al mismo tiempo, poner un granito de arena en el mantenimiento y recuperación de las recetas más características de la gastronomía de la zona, con premios para los mejores platos.