Pompeyo en Carteia. Relaciones de la colonia libertinorum con la gens pompeia (y II)
Instituto de Estudios Campogibraltareños
La ciudad de Carteia estaba del lado pompeyano en los momentos difíciles de la derrota en Munda del año 45 a. C.
Si de Córdoba se dirigió a Carteia es porque la ciudad le recibiría con las puertas abiertas
Pompeyo en Carteia. Relaciones de la colonia libertinorum con la gens pompeia (I)
Una vez sometida la Provincia, César reunió en Corduba a los representantes de las ciudades a los que reprochó su comportamiento y su ingratitud. Llevó a cabo una política de colonización de los territorios, con gentes favorables a su causa y neutralizó las aspiraciones pompeyanas mediante castigos ejemplares. Confiscó tierras e impuso pesadas cargas fiscales a las ciudades que le habían sido hostiles. También premió a los munícipes partidarios de su partido. Esto creó las bases del nuevo esquema colonial de la Ulterior, que consolidará Octaviano, otorgando el derecho de ciudadanía a numerosos habitantes de la Provincia y privilegiando a los núcleos urbanos fieles a su causa.
Parecería que todo acabó aquí; sin embargo, la causa pompeyana no estaba del todo finiquitada. Sexto se hizo fuerte en la región pirenaica y decidió atacar la Ulterior. Ante esta eventualidad, César envió a su legado Cayo Carrinas que no pudo derrotar a Sexto, pues este no presentó batalla en campo abierto, conocedor de la supremacía del ejército cesariano. Ante esta eventualidad, César envió a la Ulterior a Asinio Polión.
La guerra sonreía a Sexto, que se atrevió a sitiar Cartago Nova y conquistó Baria donde tuvo noticias del magnicidio de César. Envalentonado por este hecho, presentó batalla a Polión al que inflingió una derrota decisiva. Sin embargo, la muerte de César lo cambió todo. Se llegó a un acuerdo por el que se ponía fin a las hostilidades, garantizando la amnistía y la devolución del patrimonio familiar a Sexto. Era septiembre del año 44 a. C.
Las hostilidades pronto comenzarían de nuevo. En líneas anteriores se ha hecho hincapié en la decisión de la Ulterior de tomar partido por la facción pompeyana; pero, ¿qué pasó con Carteia? Para Presedo, el haber apoyado Carteia la causa de los pompeyos marcó el signo político de la ciudad. El Bellum Hispaniense es bastante explícito al respecto. Comenta que, tras la derrota en Munda, Gneo con algunas tropas a pie y caballería, partió hacia Carteia, donde estaba concentrada su flota, la cual dista de Corduba 170 millas. Cuando se halló a 8 millas de esta plaza, le escribió Cayo Calvicio, que había mandado antes su campamento y que, por hallarse enfermo, le enviasen una litera para conducirlo a la ciudad. En vista de esta carta, Pompeyo fue llevado a Carteia. Sus partidarios de juntaron en la casa donde se hospedó (aunque sospechan que venía escondido) para recibir órdenes sobre la guerra. Habiéndose juntado una gran multitud, Pompeyo desde la litera les pidió su fidelidad.
Queda claro que la ciudad de Carteia estaba del lado pompeyano en los momentos difíciles de la derrota en Munda del año 45 a. C. Si de Córdoba se dirigió a Carteia es porque la ciudad le recibiría con las puertas abiertas. Es probable que aquí le esperara Publio Atio Varo, comandante de la flota pompeyana. Tampoco tuvo problema alguno en hospedarse en una de sus casas, lo que provocó gran júbilo entre la población, la cual le mostró su fidelidad.
Sin embargo, la cruda realidad se impuso y pronto en la ciudad el partido cesariano tomó un cierto protagonismo. César se dirigió tras la victoria de Munda a Corduba, lo cual provocó una encarnizada lucha entre partidarios de las dos facciones, lo que prueba que en las propias ciudades comenzaban a desarrollarse luchas internas. De Córdoba prosiguió su triunfante recorrido hacia Hispalis, donde acampó extramuros, en espera de que las cosas se normalizasen en la ciudad.
El desconocido autor del Bellum Hispaniense continúa hablando de nuestra ciudad y nos informa de que "mientras andaban en esto (se refiere a la estancia de César en Hispalis) llegaron representantes de Carteia para notificar a César que tenían prisionero a Pompeyo, esperando con este servicio purgar la falta que habían cometido anteriormente al cerrarle las puertas de la ciudad".
De las palabras del cronista procesariano del Bellum Hispaniense podemos sacar varias conclusiones: en primer lugar, que la ciudad había tomado partido por Pompeyo, pues constata que, anteriormente, le había cerrado sus puertas. Sin embargo, al igual que sucedió en otras ciudades de la Ulterior, a partir del 45 a. C., se produjo una lucha entre partidarios de ambos bandos dentro de la propia ciudad y probablemente, fuese el bando cesariano el vencedor ya que enviaron una delegación a informar a César de que tenían en su poder a Gneo y a pedirle clemencia por haberle cerrado las puertas.
La cosa no acabó aquí pues: Los carteienses, mientras César rendía de paso otras ciudades, empezaron a pelearse entre ellos sobre si apoyar a Gneo; unos eran los enviados a parlamentar con César, otros los que se decantaban por apoyar a Pompeyo. Comenzada la sedición, se ocuparon las puertas; el mismo Pompeyo, herido, se valió del auxilio de 30 galeras y se salvó huyendo. Luego fue avisado Didio, que mandaba la flota en Gades y salió en su persecución. Al mismo tiempo destacó por una parte la caballería y por otra la infantería para que no se escapase. A los cuatro días le alcanzó porque habiendo salido de Carteia sin provisión de agua, hubieron de saltar a tierra. Mientras estaban haciendo aguada se encontró Didio con la flota y apresó a unas naves y a otras las incendió.
Es evidente el destino que corrió la facción pompeyana en la ciudad, ya que el propio Gneo tuvo que salir huyendo de manera precipitada. Se encontraba herido en un hombro y en la pierna izquierda (esto lo sabemos porque se comenta más adelante), aunque pudo embarcar en una importante flota, pues contaba con al menos 30 barcos. Obligado a desembarcar, la flota pronto cayó en manos de Didio. Pompeyo fue capturado y muerto poco después y su cabeza enviada a Hispalis. César tuvo noticias de este hecho en Cádiz. Era el 12 de abril del año 45 a. C.
Estos testimonios prueban que la mayoría de los carteienses estaban del lado de los pompeyos, aunque, tras la llegada de Gneo a la ciudad y las noticias que traía de la derrota, quizás el bando cesariano vio la oportunidad de congraciarse con César y de ahí la embajada que enviaron a las puertas de Sevilla para comunicar que lo tenían prisionero, aunque ya hemos visto que esto no es del todo cierto.
Un año más tarde, sería su hermano Sexto quien, de nuevo, se refugió en Carteia para recabar apoyos. La muerte de César en marzo del 44 a. C. pospuso una nueva contienda y Sexto abandonó Carteia con destino a Roma donde se acogió a la nueva amnistía. Así, tenemos tres años clave en el desarrollo político de los hechos que hemos destacado anteriormente y en su repercusión. Si, como todos los indicios apuntan, se desarrolló una contienda civil dentro de los muros de la ciudad entre pompeyanos y cesarianos, convendría fijar quienes fueron sus protagonistas.
Francisca Chaves, en una obra de referencia para el estudio de la ciudad de Carteia, propuso una cronología sobre la base del estudio de los magistrados monetales de la ciudad. La profesora de la hispalense concluyó que, para el periodo comprendido entre los años 60 a 45 a. C., tuvo lugar la amonedación de 4 emisiones que ella nominó de la 19ª a la 22ª.
En estas emisiones aparecen los quattuorviri como magistrados monetales y lo que a los ojos de la Dra. Chaves es un acusado empleo de motivos marinos en su iconografía. Entre estos magistrados destaca un personaje, Caius Vibius, el cual hace constar en sus amonedaciones que es iure dicundo y no solamente edil. Esto entraña que se trata de la más alta magistratura de la colonia libertinorum. Como colega aparece Caius Minius, nomen oriundo del Piceno y, previsiblemente afecto a la causa pompeyana.
En el estudio que llevó a cabo Aurelio Padilla sobre las élites carteienses, se proponía a estos dos magistrados como oriundos de la región osca, pero señalando que este hecho no probaría, por sí, el decantarse por la facción pompeyana. A este respecto, Juan Sebastián Hernández destacó tres características en el magistrado Minio: que era oriundo de la región de Umbra, que ocupó la más alta magistratura durante los años 46 a 44 a. C. y que en sus monedas aparece una iconografía claramente emparentada con motivos marinos. Para el caso de Vivio, el mismo autor no parece decantarse por ninguna posición, señalando quizás un origen etrusco.
La iconografía de las monedas es reveladora de los intereses de ambos. En primer lugar, tanto en los cuadrantes como en los semis, aparecen con la titulatura de quattuorviri iure dicundo; por otro lado, los motivos empleados en sus anversos presentan una Tyche —diosa griega de la fortuna, adoptada por los romanos— a la que acompaña un tridente, símbolo de Neptuno. Son conocidas las vinculaciones iconográficas del dios del mar con los Pompeyos, en especial el Magno y su hijo Sexto. Los reversos que acompañan esta emisión son únicos de la ceca: un pescador sentado en una roca con sombrero y cesta y caña de pescar.
Las leyendas que acompañan los reversos no dejan lugar a dudas: C MINI IV C VIBI IV IIII VIR. Igualmente, destacan, de estos magistrados, una nueva serie, usando el mismo anverso de la Tyche, pero el reverso está ocupado por un timón y alrededor el nombre y cargo de los magistrados. Para los cuadrantes, ambos personajes cambian los motivos iconográficos, aunque no abandonan la predilección por elementos vinculados con el mar. Es ahora, cuando en el anverso aparece la testa de Neptuno, acompañado de un tridente y la titulatura quattuorviro por tercera vez. El reverso presenta un delfín a derecha enmarcado por el nombre del magistrado, en este caso de C MINI Q F y la leyenda Carteia cuadrantes, estarían señalando el máximo apogeo del apoyo de la ciudad a la causa de Pompeyo. Deberían enmarcarse en esos años o bien, en los inmediatamente anteriores a la batalla de Munda (45 a. C.) o a la llegada de Gneo a la ciudad (44 a. C.) si no en el año 46 a. C., cuando aún no se había producido la debacle pompeyana. Sobre este aspecto, Luis Amela no se decanta, aunque sugiere la propuesta de Chaves como muy tentadora, en lo que respecta a Cayo Minio.
Conclusiones
Siguiendo un desarrollo lógico de los acontecimientos descritos en el Bellum Hispaniense y comentados anteriormente, antes de la batalla de Munda (45 a. C.) se produciría en Carteia un periodo de reflexión sobre de qué manera actuar en la guerra que se estaba produciendo en la Ulterior. La familia de los Minios ya formaba parte de la aristocracia local pues tenemos emisiones desde el año 60 a. C. que lo atestiguan. Sin embargo, el periodo comprendido entre los años 46 a 44 a. C. es crucial porque marcan un hecho de enorme trascendencia para el posterior desarrollo de la ciudad: la lucha fratricida entre los propios carteienses.
La ciudad nunca fue del todo filopompeyana, aunque la lógica apunte a ello. Esto lo sabemos porque, durante la estancia de Gneo, hubo un momento en que los cesarianos se hicieron con el poder y lo retuvieron en la ciudad; también porque huyó cuando tuvo oportunidad, incluso estando herido. Sin embargo, es más que probable que el magistrado más importante de la ciudad en esos años Caius Minius fuese filopompeyano. Lo apuntamos porque Gneo no tuvo ningún impedimento en ser acogido en la ciudad (incluso algunos ciudadanos salieron a acompañarlo para traerlo en una litera ante su estado de salud), hospedarse en una de sus casas (quizás en la del propio Minio) y recibir la confirmación de fidelidad de gran parte de la población.
Si bien Cayo Minio ejercía su magistratura de manera colegiada con Cayo Vibio, éste último parece igualmente acólito pompeyano. Lo intuimos porque en los reversos de sus amonedaciones no deja resquicio a duda alguna sobre los motivos marinos relacionados con Pompeyo. Además de ser procesariano y producirse una lucha entre partidos, difícilmente aparecería en las amonedaciones junto a su colega pompeyano.
Los Minios desaparecen de Carteia tras el año 44 a. C. cuando son sustituidos en los cargos monetales por Publius Falcidius y Caius Maius Polio que desdeñan los tradicionales motivos marinos en los reversos para acuñar con haz de rayos, clavas y caduceos. No obstante, en los anversos de Falcidius aparece la Tyche acompañada del tridente, quizás un guiño a la influencia pompeyana que, tras la derrota total yel restablecimiento de la paz, una vez conocido el magnicidio de César, aún seguía latente en gran parte de la población. A nuevos tiempos, nuevas soluciones. ¡¡Vae victis!!
Artículo publicado en el número 58 de Almoraima. Revista de Estudios Campogibraltareños. Abril de 2023.
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