Picardo y Bathurst entraron en España sin cumplir el protocolo estipulado por Exteriores

El inspector jefe de la Policía Nacional del puesto fronterizo de Gibraltar subraya que el ministro principal, con sus escoltas, y el gobernador de la colonia pasaron por la Verja sin la autorización pertinente

Un inspector jefe de la Policía Nacional presenta una denuncia por el incumplimiento del Código Schengen en las entradas desde Gibraltar

Fabián Picardo recibe a Benjamin Bathurst a su llegada a Gibraltar, en junio de 2024.
Fabián Picardo recibe a Benjamin Bathurst a su llegada a Gibraltar, en junio de 2024. / Infogibraltar

La entrada a España de los ciudadanos residentes en Gibraltar continúa siendo objeto de polémica por la falta de un acuerdo específico entre la UE y Reino Unido que regule las relaciones entre los 27 y la colonia británica. De la marejada abierta por el Brexit, en vigor desde el 1 de febrero de 2020, no se libran ni el ministro principal gibraltareño, Fabián Picardo, ni el gobernador, Benjamin Bathurst, representante de la corona en la Roca.

El inspector jefe de la Policía Nacional responsable del puesto fronterizo en la Verja que separa La Línea de la Concepción ha dejado constancia de que el ministro principal, acompañado de sus escoltas, y el gobernador han pasado por la Verja -cada uno de ellos en, al menos, una ocasión- entraron en España sin la autorización pertinente a cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.

“El Código de Fronteras Schengen, en su artículo 6, recoge las condiciones de entrada para los nacionales de terceros países, y en su apartado 1. e) recoge que una de las condiciones para poder autorizar la entrada en territorio Schengen de un viajero de un tercer estado es no suponer una amenaza para ...///... las relaciones internacionales de ninguno de los Estados miembros”, indica el citado inspector jefe en un escrito dirigido a sus superiores, al que ha tenido acceso Europa Sur.

La entrada en España de ciudadanos extracomunitarios, recuerda el documento, “adquiere su mayor relevancia cuando la persona que pretende ingresar al espacio Schengen ostenta cierto grado de representación o relevancia política”. “Recuérdese el caso de Brahim Ghali y la crisis internacional que supuso su entrada en España a través de Base Aérea de Zaragoza”, apunta el responsable policial, en referencia al dirigente del Frente Polisario tratado en España en 2021 tras enfermar de Covid y al grave deterioro que, a raíz de ese episodio, se produjo en las relaciones diplomáticas con Marruecos.

“Para evitar estas situaciones hay un protocolo de actuación por el que es el Ministerio de Exteriores el que evalúa la afección a las relaciones internacionales que puede suponer la entrada en espacio Schengen de la personalidad y, si no hay objeción para su entrada en el espacio Schengen, da traslado al Ministerio del Interior”, subraya el jefe policial en la Verja.

En el caso de que la persona que quiera entrar en España vaya acompañado de sus escoltas, como fue el caso de Picardo, “el Ministerio del Interior determina la forma en que se le va a prestar protección, si le corresponde, y da traslado, mediante correo electrónico, al Puesto Fronterizo de la autorización de la entrada, si es acompañado por escoltas, quiénes son estos, si pueden ir armados o no, y si por seguridad conviene facilitarles el tránsito”. “Esta comunicación es un aval para el Puesto Fronterizo por el que se garantiza que la entrada de la personalidad no va a suponer una amenaza para las relaciones de un estado miembro de Schengen y que las escoltas, caso que le acompañaran, se realizan conforme a la legalidad”, añade.

Un partido de fútbol y una visita privada

La entrada del ministro principal gibraltareño a España, según reza en el escrito, tuvo lugar el 15 de noviembre de 2024, “para su asistencia al partido de fútbol entre las selecciones [sub-21] de España y Reino Unido en el estadio municipal de La Línea de la Concepción acompañado de escoltas”. Para ello, según refleja el inspector jefe, sus superiores jerárquicos dieron la correspondiente autorización sin que constase el plácet previo de Exteriores.

Se solicita que en lo sucesivo, la autorización de entrada de cualquier personalidad que pueda suponer un riesgo para las relaciones internacionales de alguno de los estados miembros, se realice siguiendo los cauces establecidos", indica el inspector jefe

Otro tanto pasó días más tarde, el 21 de diciembre, cuando se ordenó que se facilitase la entrada en el espacio Schengen al gobernador de Gibraltar, en ese caso, según las fuentes consultadas, con ocasión de una visita privada de Bathurst a España.

“Como quiera que tanto el Sr. Fabián Picardo como el gobernador de Gibraltar ostentan cargos cuya entrada en el espacio Schengen puede acarrear consecuencias en las relaciones internacionales de alguno de los estados miembros del espacio Schengen, se solicita que, en lo sucesivo, la autorización de entrada de cualquier personalidad que pueda suponer un riesgo para las relaciones internacionales de alguno de los estados miembros, se realice siguiendo los cauces establecidos, permitiendo de esta manera que en este Puesto Fronterizo se actúe con garantías de que la entrada de la personalidad no va a suponer un riesgo en las relaciones internacionales de alguno de los estados miembros del Espacio Schengen”, concluye el inspector jefe.

Bathurst y Picardo, en una fotocomposición.
Bathurst y Picardo, en una fotocomposición.

Denuncia judicial en marcha

El pasado 22 de noviembre, el mismo inspector jefe presentó ante los  juzgados de La Línea de la Concepción una extensa denuncia con su firma en la que detalla que no requerir el pasaporte a los ciudadanos extracomunitarios, como es práctica habitual en la Verja con los gibraltareños que entran en España, es algo claramente contrario al Código de Fronteras Schengen. La denuncia fue admitida a trámite por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 3 de La Línea, cuya titular, Alba Serrano, ha abierto diligencias.

El responsable policial puso el dedo en la llaga al subrayar que los llanitos son los únicos ciudadanos no pertenecientes a uno de los 27 estados de la UE que pueden entrar en ella sin que les pida el pasaporte y sin que, por tanto, se pueda controlar ni su tiempo de estancia en la UE -en España o en cualquier otro país miembro- ni los motivos de su visita.

De forma recíproca y en el marco de esa política de buena vecindad, para procurar sobre todo una fluidez en el paso, Gibraltar permite a su vez a los ciudadanos de la UE acceder a la Roca sin mostrar sus pasaportes, una medida que beneficia de forma muy especial a los 15.000 trabajadores transfronterizos (10.000 de ellos, españoles) residentes en su mayoría en La Línea que tienen sus empleos en el Peñón.

La denuncia del inspector jefe puso el acento en dos aspectos: el riesgo que conlleva para la seguridad de los 27 la puesta en práctica de esos controles laxos y la presunta comisión de un delito de prevaricación que supone ponerla en práctica por parte de los policías nacionales destinados en la Verja. Así lo había reflejado ya el jefe del puesto fronterizo en cuatro escritos previos dirigidos a sus superiores de la Brigada Local de Extranjería y Fronteras -fechados el 13, 20 y 27 de septiembre y 4 de octubre de 2024- que permanecen sin respuesta.

En todos ellos, les reclamaba la “legislación que justifique el proceder con los gibraltareños y, caso de no encontrarse, se den instrucciones firmadas y por escrito en las que se exponga el celo y la ponderación con los que ha de aplicarse el Código de Fronteras Schengen a los referidos ciudadanos de terceros estados”.

El fondo del debate se sitúa en las responsabilidades, incluidas las de carácter penal, que los policías responsables del control de los pasaportes en la Verja pueden afrontar por no llevar a cabo sus funciones de acuerdo a lo estipulado en el Código de Fronteras Schengen: en los artículos 6, sobre las condiciones de entrada para los nacionales de terceros países, y 11, relativo al sellado de los documentos de viaje.

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