sociedad

Una patada a la violencia de género

  • Medio centenar de mujeres acude al taller de defensa personal impartido por policías barreños

Mucho ambiente y mucha patada en el taller de defensa personal que estos días imparten agentes del Grupo Operativo de Apoyo y Prevención (GOAP) de la Policía Local de Los Barrios en el polideportivo San Rafael. Un año más, la delegación de Asuntos Sociales ha programado esta acción formativa como una de las iniciativas incluidas en el programa previo con el que se conmemora el día contra la violencia de género, el 25 de noviembre.

Medio centenar de mujeres, de distintas edades y condición social, participan en este curso de tres días que tiene como principal objetivo conseguir su autoprotección, mejorar la forma física y aumentar su autoestima.

Asistimos al segundo día de taller que se desarrolla en el pabellón cubierto y las mujeres están poniendo en práctica todas las técnicas que los agentes de la policía barreña les han enseñado. Los policías aguantan, una tras otra, las patadas y puñetazos que les propinan las alumnas que, en fila, ensayan cómo salir de una posible situación de agresión.

Para los miembros del GOAP lo más importante de este curso es proporcionar a las mujeres una toma de conciencia, y que reconozcan e identifiquen sus capacidades para la autodefensa.

"Buscamos que este taller sea práctico, intuitivo, sencillo y fácil de aplicar. Estas son las claves de un buen sistema de defensa personal como el que cada vez demandan más mujeres para que salgan con fuerza para afrontar situaciones de estrés y evitar que el temor a su maltratador las paralice", comenta Daniel Rodríguez, uno de los agentes.

El contenido de este programa está ideado para que las mujeres adquieran capacidades que les ayuden a reaccionar, tanto física como mentalmente, ante una agresión. Mediante técnicas fáciles y eficaces están recibiendo ayuda para que estén preparadas ante situaciones de peligro, además de conocer técnicas de golpeo, defensa y escape ante situaciones de agarres.

Lola Maye, una de las alumnas, está en el curso gracias a su hija, que fue quien la animó. Su trabajo como integradora y animadora social, con refugiados o mujeres maltratadas, le hizo pensar que estar formada en defensa personal era una buena opción tanto personal como profesional, y ello le ayudaría a enseñar a otras mujeres a evitar la violencia de género. "Aunque mi físico ya no me da para mucho, he aprendido a usar lo poco que tengo. Me ha parecido muy interesante y muy útil", comenta.

Mariam, de 18 años, declara que quiso acudir al taller para defenderse ante cualquier peligro que le pueda surgir. Saber qué hacer, escapar y defenderse. "Nunca me he visto en una situación violenta, pero en Marruecos vivo en un barrio muy problemático, con muchas peleas y quiero estar preparada ante cualquier situación. Hasta ahora no me ha pasado, pero eso no quiere decir que no me pueda ocurrir", confiesta esta joven marroquí, que vive en España desde los cinco años, pero que regresa a su país de origen en distintas épocas del año para ver a la familia.

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