Un pastor evangelista vende obras que atribuye a Goya para crear un comedor social en el Campo de Gibraltar
José María Jiménez Santiago atesora una docena de cuadros que atribuye al pintor aragonés y los sacará a la venta para abrir un albergue en La Línea que atenderá a ancianos y toxicómanos
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Sevilla/El veterano coleccionista, anticuario y pastor evangelista José María Jiménez Santiago, de 71 años, ha dedicado cincuenta de su vida a buscar cuadros de Goya, de los que atesora una docena de cuya autoría está convencido y que ahora sacará a la venta para financiar un albergue y un comedor social para el Campo de Gibraltar.
Jiménez Santiago, acompañado por sus colaboradores José María Blanco y Cristóbal Amaya, también pastores evangélicos que ya mantienen un comedor social en La Línea de la Concepción que da entre 60 y 80 comidas diarias, además de cenas y desayunos, ha mostrado a EFE los dos primeros cuadros que atribuye a Goya y que ha destinado a este fin social, una Corrida nocturna y una Escena de barbería.
El primero de estos cuadros mide 45,5 por 59,5 centímetros, y el segundo 42 por 60, el primero lo adquirió en una feria de antigüedades de Valencia, en cuya provincia reside habitualmente, y el segundo lo compró a un particular de Sevilla hace solo tres años, y son tan distintos entre sí porque el primero lo atribuye su propietario a la época de juventud de Goya y el segundo a su plena madurez pictórica.
Autodidacta como tantos anticuarios y coleccionistas, Jiménez Santiago, se considera discípulo de Antonio Perales Martínez, miembro del Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (ICRBC) ya fallecido y quien hace quince años sostuvo una polémica con especialistas del Museo del Prado acerca de si las obras de Goya contenían unos grafismos o microfirmas inapreciables a simple vista.
En busca de Goya
Este hallazgo que Perales Martínez, que también fue restaurador del Ministerio de Cultura, registró como propio nunca encontró respaldo en el mundo académico, por lo que Jiménez Santiago siempre lo alentó a seguir buscando obras que pudieran pertenecer a Goya.
Y Jiménez Santiago, que siempre tuvo vocación por Goya como coleccionista y anticuario, ha reforzado sus esfuerzos durante los últimos treinta años con constantes visitas -además de rastreos por internet- a ferias de antigüedades de toda España y del sur de Francia, de modo que en las proximidades de Burdeos, donde Goya estuvo exiliado, asegura haber encontrado varias obras.
Jiménez Santiago recuerda que la teoría de las microfirmas de Goya está avalada por el experto canadiense Rolph Z. Medgessy y por Agustín de la Herrán, quien publicó varios libros entre 1956 y 1962 sobre el simbolismo de Goya, entre otros especialistas en pintura de la época.
También cuenta Jiménez Santiago con un certificado de una investigadora de la Universidad de Gerona especializada en el estudio de lienzos con la aplicación de las últimas tecnologías, cuyo nombre no cita por razones de confidencialidad, en el que afirma que en uno de los cuadros presentados por el coleccionista contiene "un número elevado de grafismos superpuestos formando la palabra Goya, juntos o aislados".
Retrato de una Reina de España
Esa profesora de la Universidad de Gerona confirmó en un informe la existencia de las microfirmas en uno de los cuadros que Jiménez Santiago considera de los mejores, un retrato de cuerpo entero de la reina de España María Isabel de Borbón y Braganza, de 1,6 por 86 centímetros, que los técnicos del Museo del Prado descartaron hace años que perteneciera a Goya.
Los cuadros de Goya subastados en los últimos años en el extranjero han alcanzado cifras millonarias, pese a lo cual Jiménez Santiago no busca el respaldo del mundo académico, escarmentado porque en una ocasión un juzgado le retuvo un cuadro durante ocho años -se trataba de una Piedad que él también atribuye a Goya y uno de los de mayor tamaño de su colección-.
Entre los cuadros que tiene previsto sacar a la venta para costear el futuro centro que se denominará Amor al Prójimo en la Línea de la Concepción, y del que aspira que además de comedor y albergue agrupe un centro de día para ancianos y otro de atención a toxicómanos, hay también una Agustina de Aragón retratada en pleno fragor de la batalla.
Igualmente posee una Inmaculada, plasmada con los brazos abiertos y, entre otros, uno denominado La primera caída de Cristo, que es de los de mayor tamaño, 1,68 por 1,25 centímetros.
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