Dos menores migrantes acceden a Ceuta a nado en una noche marcada por la presión migratoria
"Las entradas son constantes, prácticamente diarias”, afirman fuentes policiales

Dos menores migrantes lograron alcanzar la costa de Ceuta nadando desde Marruecos en la madrugada de este sábado, aprovechando la densa niebla que favoreció un repunte en los intentos de entrada irregular tras varios días de relativa calma. La noche anterior, solo un menor había conseguido cruzar.
Los recién llegados serán acogidos por la Ciudad Autónoma, cuyos recursos para menores llevan meses desbordados. Aunque el sistema cuenta oficialmente con 132 plazas, actualmente atiende a cerca de 480 menores, lo que evidencia una situación crítica.
Durante la jornada del viernes, unas 15 personas se presentaron en la Jefatura Superior de Policía para ser identificadas. Las autoridades aún no han determinado si se trata de adultos, por lo que se les han practicado las pruebas correspondientes. “Las entradas son constantes, prácticamente diarias”, afirman fuentes policiales, que señalan que muchas personas aprovechan las condiciones meteorológicas adversas para intentar cruzar a nado sin ser detectadas.
Aunque España no contabiliza oficialmente los intentos de entrada, se estima que podrían ser centenares. Sin embargo, muchos de los llamados “nadadores” no logran alcanzar territorio español debido al férreo control de las fuerzas marroquíes, especialmente la Marina Real, que despliega embarcaciones cada noche para interceptar a los jóvenes que se lanzan al mar.
En el lado español, la Guardia Civil activa diariamente varios equipos: el Servicio Marítimo, patrullas de costa, el Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) y el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS). Estos últimos intervinieron el jueves por la tarde en un nuevo episodio trágico: la recuperación de un cadáver en la zona de Fuente Caballo.
El cuerpo, que flotaba en el agua, pertenecía a un joven de entre 16 y 20 años, de apariencia magrebí. No llevaba traje de neopreno ni aletas, solo ropa de baño, y no portaba documentación. Es el decimonoveno cadáver hallado en el mar en lo que va de año, todos ellos jóvenes varones que perdieron la vida intentando llegar a Ceuta a nado.
Presión constante y recursos al límite
Los accesos irregulares se producen tanto por mar como por la valla fronteriza, y el volumen de trabajo en el área de asilo se ha disparado. Cada día, más de una decena de personas son atendidas por los agentes, quienes les informan de sus derechos y registran sus datos para que puedan acogerse a los sistemas de protección disponibles: los adultos son derivados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), gestionado por el Gobierno central, y los menores a los centros de acogida de la Ciudad Autónoma.
La administración local admite que sus instalaciones están saturadas, mientras que la Delegación del Gobierno en Ceuta sostiene que el CETI no se encuentra en la misma situación. Según sus cifras, hay unos 600 residentes, aunque fuentes internas del centro aseguran que superan los 800, dato que también confirman fuentes policiales.
Para aliviar la presión, la Delegación organiza traslados semanales de residentes del CETI a la península. El último, realizado el jueves, incluyó a 48 personas procedentes principalmente de Argelia, Sudán y Guinea Conakry.
También se esperan traslados en el área de Menores, especialmente a partir del 28 de agosto, cuando comenzarán las negociaciones entre comunidades autónomas para reubicar a unos 3.000 niños migrantes procedentes de Canarias, Ceuta y Melilla. Hace dos semanas, un grupo de 27 menores marroquíes fue trasladado a la península en el marco de un acuerdo de cooperación con la Junta de Andalucía, que contempla reubicaciones puntuales para reducir la presión sobre Ceuta.
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