Jos 'el Gordito', el narco de Europa que vive rodeado de poder y lujo en África mientras le buscan por crímenes atroces

Heredero de una red criminal familiar, acusado de tráfico de 7.000 kilos de cocaína, asesinatos y torturas, Joseph Leijdekkers vive ahora protegido por altos cargos de Sierra Leona

Joseph Johannes Leijdekkers, alias Jos ‘el gordito’, uno de los fugitivos más peligrosos y buscados de Europa.
Joseph Johannes Leijdekkers, alias Jos ‘el gordito’, uno de los fugitivos más peligrosos y buscados de Europa. / Policía Nacional

Con el rostro redondeado y una expresión inocente que contrasta con su historial criminal, Joseph Johannes Leijdekkers, alias Jos ‘el gordito’, es hoy uno de los fugitivos más peligrosos y buscados de Europa. La Policía Nacional española ha sumado sus canales oficiales a la búsqueda, difundiendo un vídeo en redes sociales con el sello de Europol y un mensaje contundente: “Este fugitivo es uno de los más buscados de Europa. Las autoridades de Países Bajos ofrecen 200.000 euros de recompensa” por cualquier pista que permita capturarlo.

Con 33 años, este holandés nacido en Prinsenbeek (Breda), de ojos marrones y 1,82 metros de altura, carga sobre su espalda condenas que suman casi 40 años de cárcel: 24 en Países Bajos y 13 en Bélgica. Los delitos que se le imputan lo sitúan en la cúpula del narcotráfico internacional: introducción de más de 7.000 kilos de cocaína a través de los puertos de Rotterdam y Amberes, blanqueo de capitales a gran escala, vínculos con el contrabando de oro en Surinam y Turquía, y presunta implicación en asesinatos y torturas.

Un rey sin trono en Europa, pero con corona en África

Desde hace meses, Jos ‘el gordito’ vive a la vista de todos en Sierra Leona, al oeste del continente africano. Allí ha sido visto en actos oficiales, a escasos metros del presidente del país, Julius Maada Bio. En un vídeo grabado el 1 de enero de 2025 durante una misa, se le ve acompañado de su prometida, Agnes Bio, hija del presidente, en un lugar reservado a las más altas autoridades del Estado.

Su relación con Sierra Leona no es solo sentimental: el país se ha convertido en una ruta clave del narcotráfico internacional, y Leijdekkers se mueve allí como pez en el agua. Según medios como Africa Confidential o Follow the Money, el narco holandés goza de protección militar, acceso a pistas de aterrizaje privadas y la complicidad de cargos clave del Gobierno.

Un historial de sangre, cocaína y venganza

La historia criminal de Leijdekkers arranca en 2011, cuando, con apenas 19 años, disparó contra dos jóvenes marroquíes en un bar de La Haya tras discutir por un taburete. Fue condenado a seis años, de los que cumplió cuatro. En prisión conoció a uno de sus mentores: Siegfried ‘Piet’ Wortel, narcotraficante vinculado con el vicepresidente de Surinam, Ronnie Brunswijk, un político condenado por narcotráfico en Países Bajos y Francia, pero que jamás ha sido extraditado.

A su salida de prisión, Jos se instaló en un apartamento de Puerto Banús, en la Costa del Sol, donde consolidó su ascenso en el crimen organizado

A su salida de prisión, Jos se instaló en un apartamento de Puerto Banús, en la Costa del Sol, donde consolidó su ascenso en el crimen organizado. De allí saltó a Dubái, luego a Turquía —donde consiguió dos residencias legales con identidades falsas tras invertir en un resort de lujo en Bodrum—, y finalmente se refugió en África.

En Europa, su organización es considerada una de las más violentas. Los mensajes cifrados de la red Sky ECC, interceptados por la policía, lo vinculan al lavado de millones de euros y kilos de oro, a amenazas, secuestros y asesinatos. Entre ellos, el de Naima Jillal, una conocida narcotraficante que residía entre Puerto Banús y Estepona, y que desapareció en 2019 tras subirse a un coche en Ámsterdam. Posteriormente, en un móvil incautado a Ridouan Taghi —enemigo declarado de Jos y líder de la temida Mocro Maffia— se encontraron imágenes de una mujer torturada, presuntamente Jillal, atada a una silla y con los dedos amputados.

También se le acusa de haber ordenado el asesinato de Robin van Ouwerkerk, narco rival que construyó en Países Bajos una cámara de torturas con contenedores marítimos —una historia que dio la vuelta al mundo en 2020—.

“No intente detenerle. Llame a la policía”

Pese a que Leijdekkers se muestra en actos públicos, la Interpol mantiene activa una alerta roja contra él, y la Europol ofrece 200.000 euros de recompensa por información que permita localizarlo. Pero hay una condición: los datos deben incluir la ubicación exacta. Las autoridades insisten en que no se acerque nadie a él bajo ninguna circunstancia.

Las pistas más recientes indican que podría moverse también por otras zonas del continente africano, utilizando jets privados y embarcaciones semisumergibles para mantener su imperio criminal.

El hombre más buscado de Europa está a la vista de todos. Solo que está donde nadie puede tocarlo.

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