Las grandes industrias del Campo de Gibraltar aportan el 16% del Valor Añadido Bruto de Cádiz y 35.000 empleos
La AGI reivindica que la comarca debe sentirse "orgullosa" de la riqueza que produce la actividad de sus empresas
Un informe de la UCA refleja el impacto económico de la industria comarcal, que genera el equivalente a más del 7% del empleo de la provincia
Las grandes industrias del Campo de Gibraltar generaron más de 4.000 millones de euros de Valor Añadido Bruto (VAB) en 2024, lo que supone el equivalente al 16% del contabilizado en la provincia de Cádiz en ese período.
Así se desprende del informe sobre el impacto económico de los miembros de la Asociación de Grandes Industrias del Campo de Gibraltar (AGI), elaborado por un equipo de la Universidad de Cádiz (UCA) y que cuenta con el patrocinio de la Diputación de Cádiz. Según sus datos, la producción de estas empresas aportó un Valor Añadido Bruto de 4.164 millones de euros, lo que equivale al 16% del producto interior bruto (PIB) de la provincia y al 2% de Andalucía. El VAB mide el valor de los bienes y servicios producidos por un territorio y se calcula mediante la diferencia entre el valor total de la producción y el valor de los bienes y servicios intermedios consumidos en su elaboración (electricidad, materiales o combustibles, entre otros).
Esta actividad empresarial de la AGI permitió generar 35.502 empleos entre directos, indirectos e inducidos, de los cuales 4.154 son directos. La impresión que deja la industria campogibraltareña alcanza el 7,7% del empleo de la provincia y el 1% de la región. Estos puestos de trabajo se reparten por toda Andalucía.
El estudio que ha permitido extraer los datos de 2024 supone una actualización del original, desarrollado por el equipo de trabajo del departamento de Economía Aplicada de la UCA, que tuvo lugar en 2023. Gracias a sus resultados, la agrupación de las industrias de la comarca pudo extraer unos datos más exactos sobre el impacto económico real de las compañías que la forman, que arrojó un incremento notable respecto a los datos estimados en años anteriores. "Cuando nos dieron la primera cifra, nos dio un subidón", expone el presidente de honor de la entidad, Antonio Moreno.
"Hay que agradecer la participación de todas las empresas de la AGI, porque para elaborar un documento como este hace falta la colaboración de las empresas, que muchas veces son sensibles a aportar datos desagregados", resalta Manuel Acosta, catedrático de Economía Aplicada en la UCA y responsable del equipo de trabajo que ha elaborado el informe.
"Hay empresas de la AGI que lo están pasando realmente mal, entre otras cuestiones, por los costes energéticos y, en la sociedad del Campo de Gibraltar, a veces, no somos conscientes de ello, por eso se pensó en elaborar un estudio que reconociese el valor que aportan estas industrias", apunta Pilar Cañete, secretaria general de la Asociación de Grandes Industrias. "Jamás pensamos que los datos iban a ser tan relevantes", destaca.
La metodología input-output
El principal valor de un informe como el elaborado por el equipo que dirige el profesor Manuel Acosta, según explica el catedrático, reside en el estudio meticuloso del alcance del impacto económico, ya que no solo mide el efecto directo de un conjunto de empresaas, sino también el indirecto y el inducido.
La elaboración de este tipo de informes requiere de varios meses de trabajo y, además de poner negro sobre blanco la contribución económica de una agrupación de empresas como la AGI, permite su comparación directa con otras entidades o polos industriales, como los de Huelva o Tarragona, principales competidores del Campo de Gibraltar y que cuentan con estudios semejantes.
Para poder desgranar todos los detalles, el estudio utiliza, en primer lugar, los datos de empleo, producción y ventas proporcionados por las empresas de la AGI para obtener los efectos directos derivados de su propia actividad. Posteriormente, a través de las tablas input-output, que reflejan las relaciones económicas entre sectores productivos a escala nacional, se calculan los indirectos y los inducidos, como las compras de bienes y servicios derivados de los sueldos de los trabajadores.
De esta forma, y contabilizando también las inversiones de las empresas, se obtiene el Valor Añadido Bruto producido por estas industrias y el empleo generado por la actividad.
Aunque para poder reflejar fielmente las relaciones económicas de la AGI con su área de influencia se usan las tablas input-output nacionales, la mayoría de los impactos están localizados en el Campo de Gibraltar, explica Acosta, si bien los efectos de la AGI también trascienden el ámbito local.
"Cuando un trabajador de una empresa de la AGI gasta dinero en la comarca, se queda en la comarca, pero si esa compañía contrata, por ejemplo, unos servicios jurídicos y paga por ello a un gabinete de abogados de Sevilla, esos empleos están en Sevilla, pero los pagan empresas de aquí", ejemplifica el catedrático.
Más valor añadido
La industria del Campo de Gibraltar, a grandes rasgos, desarrolla una actividad parecida a su homóloga onubense, cuyas empresas se agrupan en AIQBE. Aun así, ambos polos mantienen diferencias que, a la luz de los datos del informe, son comparables. "El volumen de facturación de la AGI y AIQBE es semejante, pero el impacto económico es más del doble en el Campo de Gibraltar, 35.502 frente a 16.442 en 2024", resalta Manuel Acosta.
El profesor destaca que el impacto portuario y de la industria petroquímica en la comarca marca la diferencia entre los dos principales polos industriales de Andalucía. El Valor Añadido Bruto también tiene una notable diferencia, con 902 millones en el caso de los onubenses y más de 4.100 para los gaditanos. "Otra de las características de la AGI es que tiene una contratación directa para sus actividades, lo que implica que las empresas de la AGI remuneran muy bien a sus empleados", incide el catedrático. "La AGI genera proporcionalmente más riqueza que empleo, pero aun así genera muchísimo empleo", sentencia.
"Se trata de poner de manifiesto lo que generan estas actividades de cara a la sociedad y a las políticas públicas", agrega Acosta. "La comarca no sabe lo que tenemos, la industria crea riqueza y el Campo de Gibraltar debe sentirse orgulloso", reivindica Antonio Moreno.
De cara a los próximos años, la asociación de grandes industrias se plantea el objetivo de sumar más empresas, lo que podría ampliar su impacto como entidad, al sumar más puestos de trabajo generados. Ante esto, además de la posibilidad de incorporar compañías ya asentadas en la zona que aún no están asociadas, la llegada de otras sociedades que proyectan ambiciosas plantas de producción de hidrógeno puede suponer un impulso. "El objetivo que tenemos es recordar que estamos aquí, que lo que hacemos es importante porque generamos empleo y que nos presten más atención las administraciones", recalca el presidente de honor de la AGI.
La incógnita del hidrógeno
Antonio Moreno se muestra crítico con el planteamiento de la red troncal de hidroductos que distribuirán el hidrógeno por España. El presidente de honor de la AGI recuerda que desde la entidad propusieron un planteamiento alternativo a la u invertida proyectada en principio por Enagás, que unía Huelva y Cartagena pasando por el norte de España. Además de añadir el ramal hasta el Campo de Gibraltar, las industrias plantearon que la red quedase cerrada por el sur, desde la comarca hasta Murcia, pasando por las costas de Málaga, Granada y Almería.
Aun así, en un plano más amplio, Moreno teme que el hidrógeno sea insuficiente para sustituir la cantidad de gas natural que la industria necesita sustituir en sus procesos productivos, además de la necesaria electrificación con energías renovables. "Para lo que no sea electrificable tienes que buscar un combustible alternativo y el gas natural licuado es como el no licuado, con menos azufre y las mismas emisiones, y lo estamos dando como la solución", expone.
Igualmente, el presidente de honor de la AGI critica que en Europa se ha hecho un planteamiento "muy dogmático" en lo relativo al H2, por los requisitos de producción para que se considere verde en un contexto industrial donde fábricas como las de Acerinox, Indorama o Moeve tienen un gran consumo gasístico. "Con los requisitos actuales, no podemos producir metanol verde para las necesidades de gas que tenemos", insiste.
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