El primer geriátrico para mayores sin recursos se inaugura en San Enrique
Unos 130 ancianos ocuparán esta residencia que dirige la Fundación La Milagrosa, que asume todo el mantenimiento · Los 2.200 metros cuadrados de instalaciones cuentan con todas las comodidades
El geriátrico La Milagrosa de San Enrique de Guadiaro, que está destinado a ancianos sin recursos, fue inaugurado ayer por el alcalde, José Vázquez; el obispo de Cádiz, Antonio Ceballos Atienza; y la presidenta de la Fundación La Milagrosa, Dee Anne Hora Zobel. Además, asistieron un centenar de personas, muchos de ellos patronos de La Milagrosa, que ha construido estas instalaciones.
Esta residencia para mayores estará dirigida por esta Fundación, con quien el Ayuntamiento firmó un convenio en abril de 2003, y se ha construido junto al actual centro de salud de San Enrique en unos terrenos municipales con buenas comunicaciones y accesos por la vía que une la barriada de San Enrique.
El centro cuenta con unas 140 plazas aproximadamente, de las que 130 irán destinadas a los ancianos y el resto para las personas que trabajan allí, entre las que se encuentran tres miembros de la congregación religiosa de las hermanas Josefinas de la Caridad, fundada en 1877 en Barcelona.
El edificio dispone de también una capilla y un pequeño tanatorio para las personas que vivan en este centro. Las instalaciones cuentan con 2.200 metros cuadrados de construcción, está homologado por la Junta y posee todos los requisitos y requerimientos propuestos. La inversión ha superado el millón y medio de euros aproximadamente, aportados por la Fundación y el Consistorio.
Estas instalaciones poseen todas las comodidades, desde habitaciones con baño y televisión, hasta un consultorio médico, enfermería, sala de rehabilitación, peluquería y hasta un amplio jardín donde los mayores pueden pasear.
José Vázquez señaló que "gracias a la generosidad de los patronos de La Milagrosa, los ancianos menos pudientes tienen este geriátrico". Recordó el primer edil "la iniciativa del desaparecido Enrique Zobel, que comenzó este proyecto hace años, y que han seguido otros de manera desinteresada".
El obispo agradeció también el gesto de los patronos en construir "este edificio de paz, en el que nuestras religiosas cuidarán de los ancianos". Ceballos Atienza reconoció que "la falta de vocaciones nos ha obligado a realizar un gran esfuerzo para que este centro contara con las Hermanas de la Caridad". Dee Anne Hora Zobel confió en que "el espíritu de San Enrique se expanda en el Campo de Gibraltar".
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