Eduardo Torroja y el Instituto de Algeciras (y II)

Instituto de Estudios Campogibraltareños

La construcción del inmueble y su proyecto fueron aprobados por la Comisión Permanente del Ayuntamiento en enero de 1935

El IES Kursaal de Algeciras.
El IES Kursaal de Algeciras. / Erasmo Fenoy
Antonio Benítez Gallardo

Algeciras, 01 de septiembre 2025 - 04:00

Ni los recursos de los propietarios de las casillas, que se oponían a la declaración de insalubridad y al acuerdo de demolición, ni los escritos de los comerciantes de la plaza de Alfonso XIII (hoy plaza de la Palma), que se quejaban de los perjuicios que les causaba el traslado, evitaron que el acuerdo del pleno se ejecutase.

A principios de octubre un informe del arquitecto municipal desaconsejaba la construcción del nuevo mercado en el mismo lugar porque sería complejo y costoso hacer los sótanos de hasta dos metros previstos en el proyecto “ya que el terreno es pantanoso y, además, está inundado de aguas fecales”. A la vista del informe el Ayuntamiento acordó que el mercado se hiciese en el lugar conocido como Huerta del Ancla. A finales de octubre se adjudicaban las obras de demolición del mercado viejo.

Dos meses y medio antes de que Eduardo Torroja firmase los documentos del proyecto de su instituto para Algeciras el solar de la plaza de Alfonso XIII, lugar donde el ingeniero Eduardo Torroja había proyectado el edificio, estaba preparado.

La memoria elaborada para el proyecto sitúa, en efecto, el edificio “destinado a Instituto de Segunda Enseñanza de Grado Elemental [ ] en la plaza que actualmente ocupa el mercado viejo que por su amplitud y posición céntrica resulta muy apropósito para este fin”.

En la memoria, Torroja describe la implantación: “El edificio se desarrollará longitudinalmente en la parte norte de la plaza dejando así hacia el lado de mediodía un amplio solar que puede utilizarse actualmente para jardín escolar y que permitirá, en el futuro, ampliar este Instituto convirtiéndole en Universitario”.

Detalla la distribución del edificio: “La planta baja se desarrolla en dos grupos alrededor de un gran vestíbulo central a uno y otro lado del cual van emplazadas cuatro aulas con orientación norte. Por el lado sur se extienden lateralmente dos cuerpos transversales, uno para gimnasio y otro para biblioteca. Longitudinalmente al edificio y por el lado de mediodía se dispone una galería de circulación en cuyo extremo se colocan [ ] las escaleras de subida a la planta superior. De este modo se logra que todas las aulas tengan orientación norte [ ] quedando la galería y el jardín al lado de mediodía y obteniendo así por consiguiente las mejores condiciones de higiene. La planta alta queda dividida en dos cuerpos independientes por la cúpula del vestíbulo central. Al lado de levante se dispone la vivienda del director formada por un gran hall, un comedor, un despacho, una sala con acceso a la terraza, una cocina, un cuarto de baño y cinco dormitorios. En el otro lado se colocan las oficinas y la vivienda del conserje. Comprenden las primeras un pasillo central al cual dan dos despachos de oficinas [ ], un despacho para el secretario y, al otro lado, una habitación para el director y otra para sala de profesores. La vivienda del conserje [ ] comprende un comedor, una cocina, dos dormitorios y un retrete”.

Boceto de la fachada.
Boceto de la fachada.

Se ocupa de los usos: “El vestíbulo tiene entrada por la fachada norte desde la calle y por la fachada sur desde el jardín. Junto a la primera puerta se colocan los guardarropas y de este modo la circulación queda cómodamente establecida a todos los servicios del edificio por medio de las galerías y del vestíbulo que sirven también para la estancia holgada de los alumnos entre clases y clase. El vestíbulo está dispuesto de tal forma que puede ser utilizado en los días de fiesta o actos importantes del Instituto como salón de actos, sin más cambios que colocar en él los bancos de las aulas y cerrar las salidas laterales de las galerías con cortinas, quedando la entrada directa del público por la puerta principal. De este modo se obtienen simultáneamente [ ] un amplio vestíbulo y un soberbio salón de actos”.

Adelantándose al futuro, propone también la solución para una previsible ampliación de la capacidad del instituto, que justifica la disposición abierta empleada para el diseño del Instituto Elemental: “Es evidente que la pujante actividad de Algeciras exigirá dentro de poco la ampliación de este Instituto Elemental al Grado Universitario [ ]. Pensando en que esta ampliación no debe en su día romper en modo alguno la unidad espiritual y arquitectónica nos hemos adelantado a estudiar el posible desarrollo de la misma [ ] a base de otro cuerpo de edificio análogo al proyectado y dispuesto simétricamente en la parte sur de la plaza [ ] dejando en el centro un gran patio de recreo y formando la parte universitaria del Instituto por un vestíbulo central y cuatro aulas en la planta baja, y un cuerpo de oficinas en la parte alta y otro para museo, sala de estudio, laboratorio, etc”.

La memoria se extiende en otras consideraciones sobre detalles constructivos de la obra: Cementación y estructura, de hormigón; solerías con productos a base de supercementos; terrazas también de hormigón armado; los paramentos exterio- res, revocados con cal y cemento en tono claro, con “pequeñas líneas de decoración de la fachada [ ] con ladrillo o piedra artificial poco saliente; carpintería de pino rojo; barandas y verjas de hierro; saneamientos; suministro de servicios (agua, electricidad, saneamiento, incluso previsión de agua caliente para instalación de radiadores “que por el momento no se considera necesaria por la bondad del clima”)..

El final del proyecto

Lo elaborado del proyecto del instituto hace pensar que los contactos entre el Ayuntamiento de Algeciras y Torroja, de los que no existe ninguna información en las actas de pleno ni en las de la comisión permanente, debieron tener lugar a lo largo del verano del año 1929, aprobado el empréstito para obras y acordada la demolición de las casillas del mercado viejo, con lo que se podía disponer de los recursos económicos necesarios y del lugar elegido para la construcción del edificio. Sin embargo, poco después de que Eduardo Torroja firmara la memoria como ingeniero del proyecto (aparece también lugar para la firma de un arquitecto que no firma), el alcalde Laureano Ortega, promotor de las obras del empréstito, desaparecía de la vida pública desde el día 22 de enero, tras haber pedido licencia por tener que ausentarse a Madrid, por más de ocho días, para solventar asuntos de gran interés para la ciudad. El día 30 de enero dimitía el general Primo de Rivera y el gobierno del general Berenguer “se esforzaba en recomponer el Estado: En su primera semana de vida [ ] constituyó nuevos Ayuntamientos y Diputaciones Provinciales en espera de elecciones”. El día 26 de febrero se procedía a la formación del nuevo Ayuntamiento en Algeciras, compuesto la mitad por ex concejales y la mitad por mayores contribuyentes. En la siguiente sesión de pleno, celebrada el día 3 de marzo, las críticas al empréstito —calificado de “ruinoso”, “hecho a espaldas del pueblo”, “de resultado gravísimo para la ciudad”— y a las obras y proyectos con él relacionados fueron generalizadas, adhiriéndose todos los presentes a la propuesta de que “se verifique una inspección de las obras, que se lleve el Mercado a donde estuvo, que se lleven a cabo sólo las obras imprescindibles”. Habría que esperar hasta el año 1935 para que uno de los proyectos más emblemáticos de Torroja, el mercado, se levantara en el solar para el que proyectó su instituto. También habría que esperar a la primavera de 1935 para que se pusiera, en el Cerro del Mercado, la primera piedra de un nuevo proyecto de edificio que sería, tras el final de la Guerra Civil, el Instituto Nacional de Enseñanza Media de Algeciras, hoy Instituto de Secundaria “Kursaal”.

Artículo publicado en el número 36 de Almoraima. Revista de Estudios Campogibraltareños

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