Fue el 21 de marzo de 1909 cuando, a instancias de un grupo de industriales y comerciantes reunidos en Algeciras, se firmó una declaración formal para crear la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Algeciras -con el mismo ámbito comarcal que en estos momentos tiene- quedando oficialmente constituida meses después como corporación de derecho público.

Este hecho supuso un nuevo revulsivo para el incipiente desarrollo alcanzado con la celebración de la Conferencia Internacional de Algeciras y la creación de la Junta de Obras del Puerto, que permitirían la proyección nacional e internacional de este enclave y un importante impulso a su crecimiento socioeconómico.

Al abrigo de esta situación y del decreto fundacional de las Cámaras firmado por el Gobierno central en 1886, los empresarios confiaron en la creación de esta institución como órgano que velara por la defensa de los intereses generales del comercio, la industria y la navegación.

Y esta es precisamente la esencia de las cámaras: son entidades creadas por y para las empresas. Porque es en la defensa de los intereses legítimos de la actividad empresarial, y en el reconocimiento de esta labor por parte de la Administración habilitándolas como órganos consultivos y atribuyéndoles funciones públicas, donde estas entidades han cumplido y cumplen un papel destacado en la sociedad.

Nuestro trabajo avala esta trayectoria. Una trayectoria larga que siempre ha corrido paralela al devenir de los tiempos. Pocos organismos y organizaciones cuentan con una historia tan dilatada como las cámaras, entidades centenarias que han sabido adaptarse a un entorno político y socioeconómico cambiante para responder a las necesidades del mundo empresarial y al interés general de la economía a través de las empresas.

Y todo este trabajo es fruto del esfuerzo de decenas de empresarios que han conformado los órganos de gobierno de la Cámara y de los muchos profesionales que han desarrollado con rigor y dedicación estos fines.

De esta forma, y siempre con la firme intención de contribuir al progreso económico y social de esta comarca, la Cámara ha sido portavoz de muchas de sus inquietudes y reivindicaciones expresadas a lo largo de estos más de cien años. Algunas de ellas se han conseguido. En el caso de otras, simplemente continuamos en la batalla, tomando la iniciativa y acudiendo a todos los foros donde la Cámara es reclamada.

Pero además de este papel representativo, y en línea con nuestro fuerte compromiso con el tejido empresarial, hemos sabido evolucionar y convertirnos en entidades prestadoras de servicios avanzados y de calidad.

Innovación, internacionalización, formación o emprendimiento son áreas en las que apoyamos a las empresas, fundamentalmente a las pymes, procurando asistirlas en el reto de ser más productivas y competitivas en el mercado. Hoy proyectos como TICCámaras, Innocámaras o nuestro Programa Internacional de Promoción son referentes para el tejido económico por nuestra capacidad para responder a sus inquietudes.

Y en definitiva este ha sido y es nuestro papel en la sociedad. Después de 110 años de compromiso y trabajo, nos sentimos parte de la empresa y de la comarca.