"Volver, ¿para qué? ¿Para hacer qué?"

¿Quién no conoce a alguien que haya hecho las maletas y probado suerte en el mercado laboral europeo? Ante la fuerte contracción de la economía, cada vez son más los jóvenes que deciden tantear las capitales europeas en busca de la oportunidad que aquí se les niega. Y es que en el centro de la espiral de la crisis se encuentran más de 1,8 millones de jóvenes españoles de 16 a 29 años sin trabajo y casi 900.000 más de entre 30 y 34 años, según los últimos datos del Observatorio de Emancipación editado por el Consejo de la Juventud de España. Tanto es así que desde 2010 el saldo migratorio en el rango de edad de 30 a 34 años es negativo. Es decir, son más los jóvenes que salen de España para ganarse la vida que los que llegan.

Las jóvenes Paola Rojas y Natividad Pérez entran en estos perfiles. Nacidas en Los Barrios y San Fernando, respectivamente, estas dos jóvenes gaditanas decidieron embarcarse en un vuelo a Berlín en busca de oportunidades. Llegaron por separado y en distintos años aunque el siempre caprichoso destino les ha llevado a conocerse. Actualmente, trabajan juntas en un departamento de marketing para un portal online de venta de todo tipo de productos. Su departamento, de hecho, lo forman cinco chicas, todas andaluzas.

Paola Rojas (24 años), licenciada en Administración y Dirección de Empresas, llegó a Berlín en noviembre de 2012 para sumarse al equipo de la empresa donde Natividad Pérez (30 años), diplomada en Turismo y licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas, ejerce tras haber llegado a la capital alemana hace ahora cinco años. Ambas tuvieron experiencias previas como residentes en Europa gracias al programa universitario Erasmus y, ya con sus títulos bajo el brazo, probaron suerte.

"En 2011 estaba de Erasmus en Varsovia (Polonia) e hice un viaje a Berlín. Desde el momento en que puse un pie fuera del metro quedé prendada de la ciudad. Tenía claro que Berlín sería uno de mis destinos a elegir si debía salir al extranjero en algún momento", explica la joven barreña, que comenzó a buscar trabajo a principios de 2012 desde España. Tras una corta estancia puente en Notingham (Inglaterra) como au pair, fichó como trabajadora en prácticas para el portal de comercio electrónico, como responsable de marketing de la plataforma de ventas para España.

Cuatro años antes (en 2009) había llegado a la capital germana Natividad Pérez. Se estableció igual que Paola Rojas, con la idea de realizar una beca laboral. "Decidí ir a Berlín con una beca Leonardo Da Vinci para realizar una práctica de seis meses y con la idea de cambiar más tarde de país. De eso hace ya cinco años y todavía sigo aquí. Una vez que finalizó mi práctica, me ofrecieron trabajo y decidí quedarme más tiempo", explica la joven natural de San Fernando.

Así, pues, ambas comenzaron su andadura berlinesa gracias a becas laborales. Algo que estiman imprescindible para abrirse hueco en el complejo mercado laboral alemán donde, coinciden, la experiencia previa que se pueda demostrar en España pasa a un segundo término.

"Hay que ser consciente de que venir aquí supone, generalmente, empezar de cero. Lo que muchos no siempre están dispuestos a aceptar. Personalmente, pienso que merece la pena no sólo a nivel económico, sino también profesional", añade Pérez.

"Si vas a encontrar algo, tengo por seguro que serán unas prácticas donde te pagarán 450 euros. Encontrar un puesto de trabajo sin pasar por el trámite de las prácticas es imposible. Imagino que esto será lo que llaman minijobs y de esto sí hay mucho por aquí", detalla la joven de Los Barrios.

Manejar el idioma alemán, si bien no es imprescindible, resulta más que recomendable para ganar opciones de inserción laboral. "Venir a trabajar aquí sin saber alemán es posible, pero dificulta mucho más el proceso", reconocen. "Es importante conocer el idioma y tener experiencia en Alemania. Por ello, aconsejo empezar con lo que sea: prácticas, minijob o trainee en el área que sea de nuestro interés. Aprovechar la oportunidad para demostrar que podemos trabajar tan bien o mejor que ellos", sentencia Natividad Pérez. "Valoran y tienen en cuenta la disposición del trabajador y su grado de compromiso e implicación con la organización. Además, y como no podía ser de otra manera, el idioma es un punto a tener en cuenta. Evidentemente, si hablas alemán, aún cuando no es estrictamente necesario para el desarrollo de tus labores, facilitará tu proceso de búsqueda de empleo e integración social", apuntan. Todo ello, coronado con una buena dosis de decisión y valentía para dar el paso desde España, agrega la joven de Los Barrios, quien apela a la mentalización y recuerda el apoyo de su familia para dar el paso. "Hay que venir cargado de mucha paciencia. Encontrar piso no siempre es fácil. El papeleo alemán puede hacerse a veces un poco cuesta arriba y, obviamente, es otra cultura", apostilla Pérez.

Las dos jóvenes señalan que su vida dentro de la empresa es muy diferente a la que podrían pensar de una compañía española. Horario flexible y, sobre todo, un ambiente de trabajo amigable que ayuda, inspira y motiva. "Tenemos sala de recreo. Se organizan fiestas y desayunos con toda la plantilla. No tiene nada que ver con lo que podemos encontrarnos en España", detalla Paola Rojas. Se consideran, además, integradas en la ciudad y también con la colonia (cada vez más numerosa) de nacionales.

Obviamente, España sigue estando en sus pensamientos pero no resulta sencillo dejar atrás un empleo. "Está en mi mente volver, pero en el corto o medio plazo, rotundamente no. Volver, ¿para qué? ¿Para hacer qué? No voy a dejarlo para volver a España si no tengo garantías", valora la joven barreña.

"No volveré en mucho tiempo. La situación -en España- es trágica y sabiendo que aquí tengo muy buenas oportunidades de trabajo, no veo lógico volver para conseguir un trabajo mal pagado o un contrato temporal. Además, tengo ganas de vivir en otros países", concluye Pérez no sin lamentarse por el estado del país.