Garzón pone en libertad a cuatro de los detenidos en la Operación Duna

"Garzón, atiende nuestra petición". Esto es lo que clamaban los familiares de los detenidos en la Operación Duna el pasado diciembre, en un encuentro en el barrio del Príncipe. Le habían escrito una carta al magistrado pidiendo clemencia. Pues bien. Dos meses después, parece que aquella carta unida a la labor desempeñada por el abogado Marcos García Montes han surtido efecto. Un auto judicial, dictado ayer mismo por el juez Garzón y al que ha tenido acceso este medio, ordenaba la inmediata puesta en libertad provisional de los cuatro detenidos defendidos por el bufete de García Montes. Los cuatro, entre los que se encuentran los hermanos Abderrahaman, quedan ahora en calidad de procesados en el Sumario 8/07D seguido por integración y colaboración con organización terrorista, a la espera de juicio.

La decisión de Garzón se produce meses después de que el juzgado central de instrucción número 5 del que es titular dictaminara la prórroga de la prisión, al entender que existía peligro de fuga entre quienes la Policía Nacional encuadraba en una de las células islamistas para el desarrollo de supuestas labores de proselitismo de carácter yihadista.

Aquella prórroga se dictaminaba por tiempo indefinido, lo que llevó a las familias a darlo todo por perdido. Eso hasta que ayer tarde-noche se conocía el auto sorpresa de Garzón, que permite el regreso de estos cuatro detenidos a su barriada.

Entre los argumentos manejados por el abogado García Montes para reclamar la puesta en libertad provisional de los patrocinados por su despacho figuraba precisamente el tiempo pasado por éstos en prisión.

"No es nuestra culpa que se haya retrasado este procedimiento, que lleva ya dos años", lamentaba el abogado en recientes declaraciones a este periódico.

El hecho de que el juez Garzón haya dictaminado ahora la puesta en libertad provisional de estos cuatro procesados viene a significar, según fuentes judiciales consultadas, que ya no existe riesgo alguno para que pueda producirse destrucción de pruebas que pudieran servir para avanzar más en la investigación que fue centralizada por el Cuerpo Nacional de Policía, aquel diciembre de 2006.

Precisamente en la prórroga de la detención de los cuatro patrocinados de García Montes había prevalecido la reiteración delictiva, el riesgo fundado de fuga o la ocultación de pruebas. Dichos razonamientos jurídicos fueron aplicados en la misma forma por Garzón para los cuatro defendidos que ahora quedan en libertad provisional.

Curiosamente García Montes también llevó el caso de H'mido, el ceutí que fue preso en Guantánamo, hermano de Yusef y Mustafa, que ahora regresarán a la barriada.