¿Feria o fútbol?

La de la tarde de ayer era una decisión difícil para muchos algecireños: ¿fútbol o Feria? ¿Copa del mundo o copa de balón? Para ayudar a los indecisos (y evitar la desbandada) muchos feriantes optaron por la decisión salomónica: combinar fútbol y sevillanas en un mismo espacio. Las televisiones tomaron el recinto ferial para que los visitantes pudieran seguir puntualmente el España-Marruecos, en una mezcla de dos pasiones que tuvo final agridulce con un 2-2 que pocos esperaban.

El Poniente dio la bienvenida ayer al lunes de Feria con mucho, mucho calor. Altas temperaturas y día laborable son una mala combinación para los mediodías en el recinto, que estaba bastante desangelado a la hora del almuerzo, aunque a pesar de ello se vieron algunos trajes de flamenca pasear por el Parque Feria. En algunas casetas sí que había animación, como en la municipal, donde el Ayuntamiento de Algeciras ofrecía su tradicional recepción a las autoridades.

El alcalde, José Ignacio Landaluce, y el equipo de Gobierno ejercían de anfitriones en la caseta situada junto a la portada transmitiendo su alegría por la buena marcha de las primeras horas de feria. Concejales de los grupos municipales del PSOE, Podemos y no adscrito también asistían a un acto que abre la semana de recepciones feriales y en el que hubo representantes autonómicos, portuarios, policiales, de la Universidad y de los medios de comunicación.

Fuera la canícula dejaba poco margen al paseo. Conforme avanzaba la tarde, el recinto fue cobrando animación, con casetas con mucho ambiente y música en directo -de las tradicionales sevillanas a rock andaluz- y ritmos latinos. La fiesta iba tomando cuerpo y llegaba el momento de los más pequeños, que ayer disfrutaban de su día especial con las atracciones al 50%. Ocupaban el espacio dedicado a los cacharritos mientras que los caballistas hacían suyas las calles del recinto ferial desafiando el calor.

A las ocho de la tarde, el panorama era completamente distinto. La capacidad de atracción del Mundial de fútbol volvía a ponerse de relieve, con buena parte del público feriante más pendiente de las pantallas de sus móviles que de otra cosa. La música se mezclaba con el sonido propio de los partidos de fútbol y los algecireños hacían un impasse para continuar la fiesta con un nuevo motivo de celebración. Lo tuvieron: España certificó su pase a octavos de final y el recinto ferial recuperó su ritmo.