Cruzada ¿sólo? contra los decibelios

El Ayuntamiento de Los Barrios prepara una nueva ordenanza sobre el ruido inspirada en la Ley GICA · Pasará por pleno en octubre, lo que condicionará futuras protestas sindicales

A. R. / Los Barrios

20 de septiembre 2010 - 08:00

El Ayuntamiento de Los Barrios busca poner freno a la contaminación acústica y para ello prepara una nueva ordenanza municipal que será llevada a pleno el próximo mes de octubre. El texto sustituirá al actual, de septiembre de 1980 (totalmente obsoleto), y se inspira en los criterios marcados por la Ley de Gestión Integral de la Calidad Ambiental (GICA), si bien el texto andaluz está a falta de la publicación de los reglamentos que permitan su desarrollo integral.

A nadie se le escapa que, actualmente, el lugar con más carga de decibelios es precisamente la puerta del Ayuntamiento entre las 9:30 y 10:30 horas con las protestas sindicales por el impago de las nóminas. Y es que el ruido que emite la bocina de un coche asciende a 90 decibelios cuando el límite para comenzar a sentir dolor es de 140. Un avión sobrevolando una ciudad son, aproximadamente, 130 decibelios.

Volviendo a la Villa, no es difícil imaginar que las protestas (basada en el uso masivo de bocinas de automóvil sobre un carrito alimentado con baterías de coche) superen con creces el límite a pesar del uso de tapones entre los manifestantes. De hecho, los vecinos del entorno consultados por este diario aceptan con una mezcla de resignación e impotencia el "concierto" matutino mientras que los sindicatos han acusado en varias ocasiones al Gobierno de ordenar a la Policía Local personarse para levantar acta por las molestias. Desde el Consistorio aseveran que cualquier actuación sobre las centrales se motiva siempre por la llamada de algún perjudicado, si bien es conocido que el propio alcalde, Juan Montedeoca, ha intentado sin éxito alzar su voz sobre las bocinas para reclamar el cese del estruendo alegando que impiden el trabajo. A esa hora es imposible realizar trámites en la planta baja (ventanilla única y registro de vivienda) sin desgañitarse.

La aprobación de la ordenanza llevará consigo la obligación de confeccionar un mapa de ruido en la localidad que deberá revisarse cada cinco años con el fin de poder trazar tanto las medidas correctoras como las sancionadoras. Nadie lo admite pero los sindicatos pasarán a ser un blanco fácil. "Los Barrios todavía es un municipio donde el ruido no es un problema acuciante, pero empieza a haberlos de manera puntual", sostiene el concejal de Medio Ambiente, Alfonso Pecino, quien señala que las zonas ruidosas son vox populi. Se trata del entorno industrial (Acerinox), carreteras, parques comerciales y áreas de ocio como el recinto ferial o la plaza de toros cuando se celebran eventos con masiva afluencia de público. "La reducción del ruido comienza por uno mismo", comenta Pecino con una frase que puede ser leída como un mensaje velado a los sindicatos o una máxima cuasifilosófica. Tan relativa como lo que para unos es ruido, para otros suena a música celestial.

La carretera A-7 es otro de los puntos candentes en cuanto a contaminación acústica en el municipio. Por el tramo de la localidad (Palmones, Guadacorte y Los Cortijillos) pasan al día 60.000 vehículos. Pese al trabajo desarrollado por el Ministerio de Fomento hace año y medio con la colocación de paneles antirruido, éstos están siendo retirados por la presión vecinal y de los negocios del entorno. "Creo que es un error. Fue una de las primeras medidas y su instalación estuvo avalada por estudios técnicos", lamenta Pecino.

Para determinar qué zonas deben ser especialmente vigiladas se contará con la colaboración de técnicos especializados de la Diputación Provincial de Cádiz que harán sonometrías a lo largo del término municipal junto con la Policía Local. "Tendrán valor probatorio y de atestado", sostiene Pecino. Pero el concejal insiste en que las ordenanzas, aunque contemplen un apartado de sanciones, buscarán primero la educación cívica antes que el mero factor punitivo. En función del ruido registrado en las sonometrías (bien motivadas por denuncias ciudadanas o por actuación policial), la sanción prevista variará según la catalogación de la zona en la que se cometa la infracción -fijada en el mapa de ruido-. También fija los valores máximos para el tráfico.

"De todas formas, no queremos sacar el aspecto puramente punitivo. Haremos una campaña de concienciación en los colegios, a través de los medios municipales y con los comerciantes locales, especialmente los de ocio. A veces el hombre se pone zancadillas y se resta calidad de vida con sus propias acciones. Es difícil controlar, así que mejor es concienciar", insiste Pecino.

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