Ubicada en las proximidades inmediatas de los extensos pantanos del Celemín y Barbate, y enclavada estratégicamente dentro del amplio término municipal de Benalup-Casas Viejas, la majestuosa Sierra Momia se erige como un destacado y revelador exponente de las extraordinarias riquezas naturales y arqueológicas que alberga con esplendor el vasto Parque Natural de los Alcornocales. Este entorno singular y enriquecido por la naturaleza misma aloja de manera profusa y significativa un complejo arqueológico que se traduce en una serie de cuevas o abrigos prehistóricos, cuyas paredes resguardan una abundancia de testimonios palpables de lo que convencionalmente identificamos como pinturas rupestres. Dichas manifestaciones gráficas, meticulosamente plasmadas en las paredes de estas cavidades areniscas, narran historias milenarias y proporcionan una ventana fascinante hacia el pasado remoto.

Adicionalmente, el paisaje de Sierra Momia se caracteriza por la presencia imponente de una serie de tumbas antropomórficas (talladas en piedra, con forma humana) que, en su conjunto, constituyen registros arqueológicos que se remontan a las épocas más antiguas de la humanidad, posiblemente coetáneas con los autores de las pinturas de la zona. Estas estructuras funerarias, con su singularidad y misterio, aportan valiosos indicios sobre las prácticas funerarias y la cosmovisión de las civilizaciones que poblaron este territorio ancestral.

Las notables formaciones geológicas, principalmente conformadas por majestuosas capas de areniscas, dan forma y sustento a una variedad inigualable de abrigos y covachas de distinta índole. Este espectáculo natural es el resultado tangible, sobre todo, de un proceso continuo de erosión eólica que ha modelado y esculpido la roca a lo largo de incontables milenios. No obstante, la grandeza de los yacimientos arqueológicos y las pinturas que adornan las entrañas de estas cuevas se ven empañadas por un ineludible y marcado deterioro, atribuible al desgaste provocado por el abandono sistemático y la inclemente exposición a los variados agentes climáticos.

Los enclaves rupestres esquemáticos del extremo sur peninsular, con una posible datación estimada hacia finales del Neolítico y en todo el periodo de la Edad de los Metales, experimentan un grado de deterioro tal que identificar de manera inequívoca los elementos que fueron inicialmente revelados a la comunidad científica a principios del siglo XX se presenta como un desafío monumental. La combinación de la acción del tiempo y la negligencia humana ha desencadenado un proceso de pérdida gradual de estos tesoros arqueológicos, sumiendo en la dificultad la labor de recuperación y estudio de los enclaves prehistóricos que años atrás fueron primicia en el ámbito científico.

Empezamos a continuación la descripción de este conjunto de cavidades, algunas de reducidas dimensiones pero muy importantes por tener un vínculo de unión entre todas ellas. Este maravilloso conjunto de cuevas está formado por cinco cavidades, ya conocidas cuatro de ellas desde primero del siglo XX por los primeros estudiosos del arte prehistórico en el extremo sur peninsular, en este primer caso hablamos de Juan Cabré y Eduardo Hernández-Pacheco, que plasmaron su estudio en la publicación de 1914 Avance al Estudio de las Pinturas Prehistóricas del Extremo Sur de España (La Laguna de la Janda), como dato curioso, ya se denominaron estas pinturas esquemáticas como del Extremo Sur Peninsular.

La primera de estas covachas marcada con la denominación Pretina I, se localiza al comenzar el ascenso por la Garganta del Cuerno, se trata de una elegante configuración de forma circular con una entrada notablemente espaciosa de aproximadamente unos siete metros de diámetro y una profundidad media de unos seis metros. En la pared del fondo de esta cueva se observa la principal zona de representación gráfica de toda la covacha. En este caso por ser casi imposible tener una panelación clara por la gran amalgama de figuras infrapuestas o superpuesta, realizaremos una descripción de izquierda a derecha de los motivos representados, no en su totalidad pues el estado de conservación general de todas las manifestaciones graficas es penoso.

Vista frontal de las cinco cavidades del conjunto de Pretina, Benalup-Casas Viejas, Cádiz.

Empezando por el extremo izquierdo donde se localizan varios trazos oblicuos paralelos entre sí, a continuación localizamos una agrupación gráfica formada por diversos motivos, antropomorfos y varias figuras zoomorfas así como canidos, cérvidos, etc. algunas muy esquematizadas, lo que nos da una información importante sobre las mismas, que su ejecución se realizó en momentos diferentes. Este conjunto de figuras se mezcla con varias hileras de puntuaciones, algunas de ellas compuestas por varias hileras paralelas entre sí. Estos puntiformes son los que mejor se conservan.

Como nota importante la gran mayoría de las grafías son casi inapreciables al ojo humano, en este caso es necesario para poder observar algo es utilizar el software de tratamiento digital Dstretch. Continuando con el recorrido se localiza varios posibles motivos de manos en positivo, Cabré contabilizo cinco motivos de manos en positivo, actualmente el pigmento en general de todas las manifestaciones graficas está muy desvaído, e incluso varias zonas de la pared ha perdido parte del soporte pétreo. Otro motivo que se aprecia es un arboriforme, muy bien definido en las partes que aún se pueden observar. Además de varios motivos indescriptibles. Se observa muchas superposiciones de motivos en las zonas centrales del panel principal, localizándose zoomorfos parcialmente infrapuestos a otros motivos zoomorfos, además de muchísimas digitaciones que cubren zonas próximas a los diferentes motivos.

Calco de Juan Cabré y E. Hernández-Pacheco de la cueva de Pretina I, Benalup-Casas Viejas, Cádiz.

Para terminar en la zona derecha localizamos también varias figuras zoomorfas, principalmente representaciones de canidos, y varios ramiformes en posición horizontal, además de grandes acumulaciones de puntiformes que ocupan gran parte de la superficie de la pared derecha, estos puntiformes varían en este caso dependiendo de la posición en este gran panel, algunos de ellos se observan perfectamente tras aplicar Dstretch incluso se llega a ver con claridad su contorno, no siendo así en las diferentes agrupaciones, por lo que posiblemente podamos decir, que también exista una diferencia de tiempos entre su realización. Para terminar con las manifestaciones graficas de este primer abrigo, hay que señalar varios motivos de gran tamaño y con forma de copa, cruzada por trazos horizontales en su interior, es difícil dar una interpretación a estos motivos por su estado de conservación. Todo lo anterior descrito es una pequeña parte de los motivos que en su momento se representaron este maravilloso enclave rupestre. Mires donde mires en las paredes del abrigo se localizan pequeños trazos, puntos además de restos y manchas de pigmentos.

Pasamos a la siguiente covacha denominada Pretina II, y situada a continuación de Pretina I. En la pared rocosa a cierta altura desde el suelo, se localiza una pequeña hornacina con un corte vertical en su pared exterior derecha, donde se realizaron las grafías, estas están completamente expuestas al exterior. Las grafías se localizan en un único panel, formado por tres motivos identificables y varias manchas o trazos sueltos de pigmento. La primera de estas figuras es un zoomorfo posiblemente un cérvido esquemático, pues parece portar cornamenta en la parte superior pues la zona inferior del motivo está desaparecida pues el soporte rocoso salto en esa zona, la segunda de las figuras es también un zoomorfo, en este caso más naturalista pues se observa la parte interior del cuerpo más voluptuosa, e incluso se llega a percibir el sexo del animal. Y la última de las figuras está formada por un motivo antropomorfo, que al igual que las figuras anteriores presenta zonas desaparecidas por perdida del soporte. Este es el único motivo que describió tanto Cabré como Breuil en sus trabajos. El resto son trazos inconexos y manchas de pigmentos.

Fotografías tratadas de diferentes motivos del conjunto rupestre de Pretina, Benalup-Casas Viejas, Cádiz.

La tercera covacha denominada Pretina III, también de gran tamaño, es muy similar a Pretina I, pero con menos profundidad. En este caso la zona pintada de la cueva es solo la parte izquierda de la misma, además de estar muy mal conservada, solo se observan manchas de pigmentos a las cuales le falta parte del soporte rocoso, lo que imposibilita su identificación, solo se localiza un pequeño motivo antropomorfo el tipo “golondrina”, con el pigmento muy desvaído. J. Cabré habla en su trabajo de figuras antropomorfas estilizadas además de un motivo zoomorfo que describe como “íbice”, un pectiniforme y varios trazos lineales. En la actualidad nada de los motivos descritos por J. Cabré se aprecian en la covacha.

La siguiente cueva es la de Pretina IV con similar formación en la boca de entrada que las anteriores, en este caso con unas medidas aproximadas de unos cinco metros de diámetro y una profundidad media de unos tres metros y medio. En este caso podríamos estar hablando por los motivos conservados que sería la que cuenta con los motivos más antiguos del conjunto, según los conservados en la actualidad. Podríamos hablar de un panel principal donde se centraron los autores en volcar su creatividad pictórica, este panel cuenta con uno de los motivos más importantes del conjunto por su calidad estilística, hablamos de un motivo zoomorfo naturalista, es este caso un posible cérvido hembra de gran tamaño de aproximadamente unos treinta centímetros. La técnica de ejecución utilizada en este motivo es de tintas planas, primero se perfila el contorno y a continuación de rellena el interior con pigmento. Este motivo posiblemente sea cronológicamente el más antiguo conservado en el conjunto rupestre de Pretina.

Próximo al motivo zoomorfo se localizan varios motivos que lo acompañan, localizamos en su parte inferior un ramiforme en posición vertical, en la parte superior derecha se localizan varios motivos antropomorfos de pequeño tamaño. Además de restos de trazos y pigmentos repartidos en las zonas próximas al cérvido. Destacamos que en la parte alta del panel a unos treinta centímetros localizamos un estarcido, cuya técnica consistía en soplar pigmento a través de un objeto perforado. Para terminar se localiza en la parte derecha del panel principal un motivo en zigzag de posición oblicua vertical.

Por último la covacha de Pretina V, de muy reducidas dimensiones, más hornacina que covacha, solo cuenta con un motivo visible en la actualidad, un antropomorfo del tipo brazos en asa muy mal conservado.

Como se puede observar por sus manifestaciones rupestres, este conjunto de cuevas de Pretina, tiene una gran importancia y tenemos que ser consecuentes, es necesario preservar estos enclaves por su valor patrimonial, así como dar a conocer la importancia de estas representaciones que nuestros antepasados plasmaron en las paredes de las cuevas y abrigos del extremo sur peninsular.

Valorar y conocer nuestro patrimonio lo conservará para futuras generaciones.

Hugo Alberto Mira Perales es especialista en arte prehistórico de la Asociación Cultural La Trocha y consejero de número de la 2ª sección (Arqueología, Etnología, Patrimonio y Arquitectura) en el Instituto de Estudios Campogibraltareños, Miembro del comité ejecutivo de la revista 1902 COMMITTEE, Miembro del Proyecto First Art.