El estigma de la enfermedad mental
Un café con Paula
Aproximadamente la mitad de las personas que sufren una enfermedad mental grave pueden hacer una vida completamente normalizada
Para poder entender qué es el estigma social, debemos saber qué es la enfermedad mental.
Cuando hablamos de enfermedad mental nos referimos a trastornos mentales recogidos en las guías de clasificación internacional de enfermedades, como la CIE o el DSM, a nivel general son alteraciones emocionales, del comportamiento o pensamiento, sostenidos en el tiempo que dificultan a la persona su adaptación a su medio cultural o social, generando malestar. 1 de cada 4 personas padece una enfermedad mental a lo largo de su vida, y aún así, sigue habiendo gran desconocimiento sobre ellas. Enfermedades mentales graves, son la esquizofrenia, el trastorno bipolar, la depresión mayor o algunos trastornos de personalidad como el trastorno límite, sin embargo, aproximadamente la mitad de las personas que los sufren pueden hacer una vida completamente normalizada.
Uno de los grandes problemas de la sociedad a la hora de estigmatizar es el desconocimiento, según datos de la Junta un 83% de la población desconoce qué es la esquizofrenia y el 56% confunde la enfermedad mental con la discapacidad intelectual. Por otro lado, el 47% de las personas con una enfermedad mental han sido increpadas por este motivo y el 83% creen que el estigma y la discriminación es el principal obstáculo para su recuperación.
Un estigma es una forma de discriminar, de generar una respuesta negativa hacia una persona por el hecho de pertenecer a una categoría social, en este caso, dentro de la enfermedad mental. En los inicios de la pandemia hemos visto como el ser enfermo de Covid era estigmatizado también de alguna manera, personas que pasaban la enfermedad y eran señaladas, familias que sentían rechazo social e incluso padeciendo comentarios vejatorios. Es por eso que, durante los primeros casos, ha sido un motivo de vergüenza y se han ocultado muchos casos por miedo a ser señalados, lo que ha hecho que aún se propagase más el virus. Si en algo así, el estigma ha producido daños psicológicos a nivel de estrés y trauma, podemos imaginar lo que supone cargar con este estigma toda la vida, las personas con un trastorno mental o sus familias han sentido y sienten vergüenza, convirtiendo la enfermedad en un tema tabú, esto es algo totalmente perjudicial, tanto para la persona como para sus allegados, pues la soledad que se vive es enorme y por tanto es un factor de riesgo para mantener y aumentar los síntomas del enfermo y sus familias. La importancia de hablar de forma sana y natural de este tema es principal para poder tener una buena salud mental.
El desconocimiento hace que la población tenga creencias erróneas sobre estas enfermedades y por tanto sobre las personas que las padecen, como que son personas peligrosas o violentas o que necesitan una institución en la que ser ingresados porque no pueden cuidarse por sí mismos.
Gracias a los avances en la salud mental, la psiquiatría y psicología, hoy sabemos que estas y otras afirmaciones son falsas y basadas en ideas obsoletas del siglo pasado. Sin embargo, sigue existiendo un mensaje público que hace que sigan extendiéndose estas ideas.
Cuando escuchamos noticias sobre delitos o asesinatos de mano de personas con una enfermedad mental, es un titular, como si esta condición estuviese asociada de forma intrínseca con ser una persona violenta. La realidad es bien distinta, el porcentaje de personas con trastorno mental que incurren en delito es mínimo, sin embargo, como el ser humano busca una explicación lógica a todo, un comportamiento despiadado como las agresiones a otros iguales encuentra una explicación social “fácil” en la alteración o enajenación mental. En palabras de una persona con un trastorno mental grave como es la esquizofrenia “podremos estar enfermos, no distinguir en algunos momentos la realidad, pero siempre distinguimos el bien del mal, igual que cualquier persona”.
La OMS no considera la definición de “Salud” sin tener “Salud Mental”, la prevalencia de estos diagnósticos es más común de lo que creemos y necesitamos integrar en todos los ámbitos de nuestra sociedad la normalización de las personas que los padecen. Un gran porcentaje de éstas personas gracias a la buena evolución de la enfermedad y a la multidisciplinariedad de la atención y el tratamiento, llevan una vida totalmente normalizada. Desde la psiquiatría, la psicoterapia, el trabajo y la integración social, se hacen grandes esfuerzos por ello, sin embargo, un gran porcentaje de la mejora y estabilización de la enfermedad es, en gran parte, gracias a poder sentir la pertenencia a la sociedad; conseguir un empleo, tener una red de apoyo incluyendo amigos, pareja y familia.
En todo este proceso, las campañas de sensibilización son primordiales, desde Ministerios de sanidad, bienestar social o igualdad son intervenciones necesarias, y en ellas podrían tener un gran efecto las redes sociales y los medios de comunicación, pues realmente es necesario llegar de forma cercana y sencilla a la población para tener información veraz sobre la enfermedad mental y así desprendernos de esa visión negativa y dañina, del estigma. Últimamente hay programas de televisión en los que cada vez se habla de forma más normalizada sobre la salud mental y acudir a terapia, y eso es lo que necesita la sociedad en parte, que personas de cierta influencia social puedan transmitir de una forma sencilla y en primera persona la normalidad del trastorno mental o de la psicoterapia como vía de gran ayuda para superar o estabilizar sus síntomas.
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