Alternativas propone una estación móvil del SIVE y "recuperar la barrera"

Francisco Mena lamenta el "respaldo que estas actividades tienen en la sociedad cuando trae mal para todos, hasta para ellos".

Óscar Lezameta

18 de mayo 2014 - 09:17

Francisco Mena lleva toda su vida peleando por paliar los efectos de las drogas. Ahora lucha por erradicar sus causas. Al frente de la coordinadora comarcal Alternativas, posa delante de una valla que, según él, "era la solución ideal para evitar el tráfico de estas embarcaciones, pero mira lo que queda, ni el motor está ya" y señala hacia unos restos de una caseta desvencijada que cobijaba en su momento el mecanismo que permitía la apertura del control del tráfico; "de todas formas, no había nada que mover ya, porque la valla, desde el año 2000 aproximadamente, comenzó a ser desvalijada".

La crisis económica, la falta de salidas a un paro que corroe más que el óxido al metal, es la eterna justificación para quienes prefieren mirar para otro lado e incluso justificar unos delitos realizados por "unas criaturas que no tienen otro modo de vivir". Son las peculiaridades de una comarca que "tan solo se escandaliza cuando se refieren a alijos de cocaína; ahí si que parece que hay un poco más de conciencia, pero cuando se habla del hachís, siempre se ponen excusas como que de algo hay que vivir, que tan poco es tan malo o que se tiene que legalizar pronto".

Mena pone sobre la mesa una posible alternativa: "podrían poner una estación de SIVE móvil, más pequeña que la habitual y que detecte de manera inmediata a las embarcaciones tan pronto como salgan al río; estaría vigilada por un grupo de agentes que irían moviéndose a lo largo de las dos orillas para hacerlo lo más complicado posible para las personas que se dedican a esto". Bueno, eso y "volver a instalar la valla y hacerla operativa; es fundamental que vuelva a rehabilitarse porque desde que no está, estas actividades han ido el aumento de una manera dramática". Es consciente del terreno que pisa, ya que en este caso "y pese a que la instaló el llamado Ministerio de Costas, eran los ayuntamientos los encargados de su mantenimiento; lo que sucede es que tal y como están las cosas y con la falta de dinero que hay en todas partes, es un asunto más que complicado. La valla aseguraría que estas embarcaciones no circulasen a la velocidad que lo hacen y se podría conjugar con las pretensiones de los vecinos de sacar sus barcos de recreo tranquilamente con lo que también se evitarían accidentes como los que ya han ocurrido".

El objetivo está claro, desterrar cualquier rastro de complicidad de una actividad de la que está convencido que "hace mucho daño a todos" y volver a recuperar esa extraña mezcla de paraíso y paisaje industrial que enmarca la silueta de la térmica y volver a recuperar el río para quienes de él disfrutan, no para aquellos "que se aprovechan de todo para ejercer una actividad que no hace nada bueno para nadie; ni para ellos tampoco".

stats