En la capital aún es posible construir unas 3.000 nuevas viviendas, según el último estudio realizado por el Ayuntamiento de Cádiz. Parece un milagro, porque es difícil encontrar un solar vacío, y alguno de los que están (San Severiano, Casitas Bajas o los terrenos del futuro Hospital), no acaban de salir adelante y cuentan con numerosas trabas, alguna tan relevante como no saber cuál será el uso que se le dé.

En la última etapa de gobierno de José María González se pusieron en marcha actuaciones de vivienda pública que se encontraban paralizadas desde hace años, como en Santiago, García de Sola o Marqués de Crópani, que ahora le corresponde al actual equipo sacar adelante y, a la vez, activar otros suelos públicos.

Entre estos destaca la remodelación integral de la Tácita de Planta, donde se lograrán algunos pisos extras para el parque municipal, además del realojo de los actuales vecinos. Este último es, en todo caso, un proyecto a largo plazo pues supone actuar sobre fincas hoy habitadas lo que obligará a una operación de realojo en la primera de sus fases.

En este mandato debería de iniciarse la primera fase de las 800 viviendas previstas en Navalips y su entorno, en un ambicioso proyecto impulsado por la Zona Franca. En manos públicas está el suelo de Loreto para 212 pisos de protección oficial para los que la Junta no encuentra comprador, hasta el punto que va a lanzar el tercer concurso público de venta.

En el aire están los 612 pisos planteados en el actual solar del Puerta del Mar, aunque para ello habrá que esperar a que se construya el nuevo Hospital Regional, lo que no será posible hasta dentro de bastantes años. Y eso si al final la propiedad de este terreno, el Estado, no cambia de opinión y le da otros usos.

En manos privadas, el Grupo Abu ya está trabajando en sus tres promociones, todas ellas vendidas; mientras el Grupo Q, que ha desembarcado en los Chinchorros, ha puesto en el mercado su promoción de protección oficial pero sigue sin activar la Torre Victoria, de renta libre y que en un principio se iba a lanzar hace unos meses.

Con todo, la gran esperanza del sector inmobiliario, y de muchos de quienes buscan un piso en Cádiz, está en el cambio de modelo del polígono exterior de la Zona Franca. Aquí inmobiliarias y promotores tienen claro que hay que levantar viviendas, aunque compatibilizándolo con industrias limpias y tecnológicas. Ahora, Ayuntamiento y Consorcio tienen previsto sentarse para analizar el futuro de este inmenso terreno. Si finalmente se logra un acuerdo y se amplía el espacio residencial, como ha pasado con Navalips, ese tope de 3.000 viviendas podrá aumentar algo, aunque no lo suficiente para atender a la importante demanda de viviendas que hay en la ciudad.