El sur de España, líder en radiación UV: cómo afecta a nuestra piel

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El sur de España, líder en radiación UV: cómo afecta a nuestra piel
El sur de España, líder en radiación UV: cómo afecta a nuestra piel

17 de diciembre 2025 - 00:00

Si vives en el sur de España o pasas muchos días al sol por trabajo o por ocio, seguramente habrás oído más de una advertencia sobre la protección solar. A veces estas recomendaciones se quedan en simples frases que escuchamos cada verano. Pero la radiación solar y sus efectos en la piel no son un tema menor. En esta región, el sol brilla con fuerza durante gran parte del año, debemos entender cómo nos afecta la radiación ultravioleta (UV). Esto es clave para cuidar nuestra salud cutánea.

Vamos a repasar qué pasa en el sur de España. Tan expuesto al sol, qué consecuencias tiene esto para la salud de la piel y, sobre todo, qué medidas podemos tomar para protegernos bien.

Una de las zonas con más sol de Europa

El sur de España es, probablemente, una de las áreas de Europa con mayor cantidad de horas de sol al año. Esto se debe, en parte, a su latitud, su cercanía al ecuador y la ausencia de grandes barreras montañosas que detengan la luz solar. De hecho, partes de la costa mediterránea como Alicante o Málaga figuran entre las zonas con más horas de sol del continente.

Y no es solo cuestión de días despejados. Aquí el sol brilla fuerte la mayoría de los meses. Incluso fuera del verano, una radiación UV que puede alcanzar niveles altos con facilidad, especialmente en las horas centrales del día.

Además, el cambio climático está alterando los patrones meteorológicos. En muchos casos, aumentando la intensidad de la radiación que llega a la superficie terrestre. Eso significa que la piel está más tiempo expuesta a radiación que, con el paso de los años, puede acumular daño.

Consecuencias sanitarias: más casos de daño solar y cáncer de piel

Incidencia creciente del melanoma y de otros cánceres de piel

Los datos confirman una tendencia preocupante: el cáncer de piel está aumentando en España. Según estimaciones de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en 2024 se diagnosticaron cerca de 21.000 nuevos casos de cáncer cutáneo en nuestro país.

Este grupo incluye tanto melanomas como otros tipos de tumores de piel, y es una cifra que no para de subir con los años.

Una parte sustancial de estos casos se registra precisamente en las regiones más soleadas del país. Entre ellas numerosas provincias del sur, donde la radiación solar es más intensa durante más meses.

Por ejemplo, en la provincia de Málaga se registran cada año más de 6.000 nuevos diagnósticos de cáncer de piel. Una proporción significativa corresponde a melanoma, el tipo más agresivo de estos tumores.

Factores de riesgo propios de la zona

La radiación ultravioleta es, con diferencia, el principal factor de riesgo para que una persona desarrolle un cáncer de piel. El sol emite rayos UV que dañan el ADN de las células cutáneas, y con el tiempo ese daño acumulado puede evolucionar hacia lesiones malignas.

En el sur de España, este riesgo se ve reforzado por varios factores:

  • Clima y sol intenso: gran cantidad de días con radiación fuerte.
  • Estilo de vida activo al aire libre: más tiempo en playas, terrazas y actividades de ocio que aumentan la exposición diaria.
  • Trabajos exteriores: personas que pasan mucho tiempo bajo el sol por motivos laborales (agricultores, construcción, deportes, etc.). Estudios locales, han observado que las personas que trabajan muchas horas expuestos, tienen tasas más altas de quemaduras solares.
  • Cultura del bronceado: muchas personas asocian el bronceado con bienestar o salud. Lo que puede llevar a exponerse sin la protección adecuada.

Riesgos durante todo el año: no desaparece en invierno

Es frecuente escuchar a alguien decir: “En invierno el sol no quema”. Pero esto es un error común. Aunque el calor no sea tan intenso, la radiación UV sigue estando presente, y puede dañar la piel incluso en días nublados o fríos.

La radiación UV no está solo relacionada con la temperatura que sentimos. Su intensidad depende de la posición del sol y de factores atmosféricos, no de si hace frío o calor. Esto explica por qué incluso durante el otoño, la primavera o días nublados podemos recibir radiación que contribuye al daño acumulado.

Además, en zonas costeras como buena parte del sur, el reflejo de la luz solar sobre el agua y la arena puede aumentar la exposición. Esto puede llegar a afectar a zonas que creemos protegidas.

Qué podemos hacer: guía práctica de protegerse todo el año

Proteger la piel no tiene por qué ser complicado. Se trata de incorporar hábitos sencillos con resultados a largo plazo.

1. Protector solar diario

Lo primero es elegir un fotoprotector de amplio espectro (UVA + UVB) con un SPF de 30 o más si vamos a estar mucho tiempo al aire libre. No basta con una sola aplicación por la mañana: lo correcto es reaplicarlo cada dos o tres horas, especialmente si hemos sudado o nadado.

Puede parecer tedioso, pero es uno de los gestos más eficaces para reducir el daño solar acumulado.

2. Ropa y accesorios inteligentes

Las camisetas de tejido grueso, los sombreros de ala ancha, las gafas con filtro UV y las camisetas con protección solar no solo son útiles en verano. Podemos usarlos al pasear, al hacer deporte o incluso en trayectos cortos al aire libre. Ayuda a reducir la cantidad de radiación que llega directamente a la piel.

3. Revisiones dermatológicas y autoexploración

La piel cambia con el tiempo, y algunas señales tempranas de melanoma o de otros problemas pueden pasar desapercibidas si no las buscamos. Una revisión dermatológica al menos una vez al año ayuda a detectar lesiones sospechosas antes de que evolucionen. Asimismo, la autoexploración periódica permite familiarizarse con los lunares y manchas propias.

Un cambio de hábitos para una región muy expuesta

Los especialistas insisten en que la prevención es el pilar más importante para reducir la carga de daño solar y de cáncer de piel. Eso significa:

  • Incorporar fotoprotección diaria, no solo en vacaciones o verano.
  • Educar desde la infancia sobre los riesgos reales de la radiación UV.
  • Desmontar mitos, como la idea de que el bronceado “es saludable”.
  • Facilitar el acceso a controles dermatológicos para toda la población.

En muchas ciudades del sur ya se están tomando medidas innovadoras. Por ejemplo, en la Costa del Sol se han instalado “solmáforos”. Son sensores que indican en tiempo real el nivel de radiación UV para que la población pueda tomar decisiones informadas antes de exponerse.

No se trata de vivir a la sombra, sino de convivir con el sol de forma inteligente. Se debe disfrutar de nuestras playas, terrazas y campos, pero con herramientas prácticas para minimizar el daño.

La radiación UV no es una broma

Vivimos en una de las regiones más soleadas de Europa, y eso tiene ventajas claras. Pero también implica una responsabilidad con nuestra piel. Las cifras de cáncer cutáneo en España cada año decenas de miles de diagnósticos. Nos recuerdan que la exposición solar sin protección tiene consecuencias reales.

Pequeños gestos cotidianos pueden marcar una gran diferencia. Algo tan sencillo como aplicar protección solar todos los días, usar ropa adecuada y revisar la piel de forma regular puede reducir notablemente el riesgo de daño severo.

El sol puede seguir acompañándonos con su energía, pero con sentido común y prevención. Así cuidamos nuestra piel hoy… y también nuestra salud mañana.

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