La Línea rinde homenaje a Ledesma y Loza, dos estandartes de la Balona del Comando Jaco

Reconocimiento a dos históricos exjugadores de la Real Balompédica Linense. El Ayuntamiento de La Línea ha rendido homenaje a Salvador Ledesma y Miguel Loza por sus respectivas trayectorias como futbolistas en la Balona del pasado siglo. Loza y Ledesma formaron parte del recordado Comando Jaco, aquel equipo dirigido por el inimitable Jaco Zafrani en la temporada 1973/74.

El alcalde de la ciudad, Juan Franco, ha recibido en el Ayuntamiento a una representación de la directiva de la Asociación de Veteranos de la Balona, la Averbal, en un emotivo encuentro en el que ha destacado la personalidad de Loza y Ledesma, a los que ha calificado como dos de los mejores jugadores en sus respectivos puestos del club albinegro.

El regidor les ha agradecido el trabajo realizado, así como la labor que llevan a cabo los veteranos balonos "para mantener viva en la memoria a los jugadores que pasaron por la Balona". Con este acto, el Ayuntamiento se suma a la campaña de reconocimientos que está realizando la Averbal a futbolistas que pasaron por la entidad. Tanto Loza como Ledesma han agradecido a Juan Franco este homenaje en una cita que les posibilitó rememorar los viejos tiempos y a antiguas conocidos.

El linense Salvador José García Ledesma defendió varias campañas la elástica albinegra hasta que en los 80 se enroló en el Estepona. Miguel Loza Gallego, por su parte, nació en Alcazarquivir (Marruecos) y dejó su huella en el Campo de Gibraltar tras pasar cinco temporadas en La Línea con la Balompédica. En el verano de 1975 se enroló en el Algeciras CF, con el que consiguió un histórico ascenso a Segunda División de la mano de Andrés Mateo. Posteriormente dejó la comarca para marcharse al Linares.

El Comando Jaco

Uno de los equipos que guarda un lugar privilegiado en la historia de la Balona es el legendario Comando Jaco de la andadura 73-74. Muchos hinchas balonos recitan todavía de memoria la formación inicial más habitual en aquella etapa. El preparador, que conectó desde el primer día con la calle, trasladó las peculiares normas de trabajo que había introducido en España el entrenador sevillista Marc Merkel. Aquello de los jugadores subiendo las gradas con baterías a cuestas o de acabar las sesiones de trabajo con leche y miel en los vestuarios forma parte de la leyenda de la entidad.

Los resultados obtenidos con aquella peculiar forma de trabajar propició que en 1974 el Recreativo de Huelva se interesase por sus servicios, pero Zafrani decidió quedarse en La Línea. Así titulaba el diario Área el 30 de julio de 1974 su información al respecto: “Jaco Zafrani desestimó la oferta del Huelva. Consistía en un millón de pesetas para el entrenador y tres jugadores para la Balona”.

En el texto se explicaba que el empresario Martín Berrocal había realizado gestiones para contratarle “pero todas las dudas se disiparon cuando Jaco firmó un nuevo contrato por la Real Balompédica Linense, un gesto que habla bien a las claras del sentido del honor que tiene Jaco, pues podría haber aceptado el ofrecimiento onubense, pero tenía empeñada su palabra con la Balona y la cumplió y la afición supo reconocerle siempre este gesto”.

“¿Que hizo quedarse al míster? Fue como una llamada de su misma sangre, de aquellas que derramó tantas tardes en las canchas deportivas por su persona, la que hizo recapacitar hondamente a Jaco Zafrani, al ver en acción a los Ledesma, Mota, García, Loza, Aragón, Pino, Tinajero, Quirós, Vallecillo..., sufrió en su pensamiento una completa metamorfosis”, añadía la información.