Antonio Maíllo: “El piso turístico es incompatible con el derecho a la vivienda”

Entrevista al candidato de Por Andalucía a la Junta

Está convencido de que es posible un cambio de Gobierno en Andalucía en junio

Asegura que le preocupa la cesta de la compra y plantea fondos públicos para estabilizar precios

Maíllo encabeza Por Andalucía para "dar la batalla" contra el desmantelamiento de lo público

Entrevista a Antonio Maíllo / Juan Carlos Vázquez

Está ilusionado ante el “riesgo” que asume como candidato de Por Andalucía a la Junta y defiende que puede convencer a los votantes con argumentos políticos, lo que lo convierte casi en una anomalía en los tiempos actuales. Antonio Maíllo expresa una profunda pasión por Andalucía y el deseo de transmitir esperanza a la gente, defendiendo un modelo que va más allá de los estereotipos y contribuyendo a su relevancia a nivel nacional. Destaca la necesidad del diálogo en política, incluso desde la discrepancia, para evitar una sociedad enferma.

Pregunta.–Cuando en los últimos meses había sugerido que podía volver a la primera línea política, ninguno pensábamos que era en Andalucía. ¿qué ha pasado?

Respuesta.–Esto es también una apuesta muy personal. Siento que puedo ser útil en Andalucía por varias razones. Es mi tierra y la conozco como la palma de mi mano, es para mí una pasión defenderla. Y tenemos que hacer que Andalucía sea el motor de reconstrucción del espacio de la izquierda alternativa. El escenario es complicado. Sí, es complicado. Pero estoy convencido de que en junio va a haber un cambio de Gobierno en Andalucía.

P.–¿De la mano de María Jesús Montero?

R.–Bueno, depende, primero dejemos que los andaluces y las andaluzas voten, ¿no?

P.–Por supuesto.

R.–Es que se establecen unas preconcepciones de lo que va a pasar, que elimina la capacidad de persuasión y de proyecto político que queremos. Hay gente que me ha dicho, ¿cómo abandonas tu zona de confort? Yo no estoy en política para estar en zona de confort ni para calentar escaños. Yo estoy para plantear aquello por lo que yo considero que es más justo para solucionar los graves problemas que tenemos en nuestro país y en Andalucía. Estoy convencido; es quizás la decisión política que he tomado de la que estoy más convencido. Me lo noto hasta con la fuerza con la que estoy desarrollando mi trabajo. Pero puede ocurrir que haya alianzas de fuerzas progresistas que sumemos para hacer Gobierno, y Por Andalucía lo tiene claro: si hay posibilidades de conformar un Gobierno y de formar parte de él, lo vamos a hacer.

P.–O sea que se le han olvidado los sofocones que pasó cuando gobernó con el PSOE.

R.–El contexto político es determinante para las decisiones que uno tome, ¿no? Aquel escenario era radicalmente diferente al que se produce en estos momentos. Estamos satisfechos en la experiencia del Gobierno de España, a pesar de las tensiones lógicas de un Gobierno de coalición. A mí me gustaría tener mayoría absoluta, pero si hay algo sagrado en democracia es aceptar la voluntad popular. La virtud de la política debe ser saber gestionar la realidad que te encuentres, te guste o no.

P.–¿Y la realidad es?

R.–Debemos afrontar con mucha responsabilidad el momento casi fundacional que tenemos en Andalucía en el ámbito autonómico. Si hay una tercera legislatura del PP, la sanidad pública no aguanta una tercera legislatura con Moreno Bonilla al frente, y a mí me parece que hay que decirlo a la sociedad andaluza y que elija.

P.–¿La sociedad andaluza se ha vuelto de derechas?

R.–No lo creo. Lo que sí es verdad que el estímulo electoral en clave conservadora ha tenido una hegemonía en estos ocho años. Pero los andaluces, cuando salta una chispa son los más potentes en la en capacidad de reacción. Y se han producido varios hechos que demuestran la precariedad del Gobierno del PP, el escándalo de los cribados de los cánceres de mama es uno de ellos. Sobre ese hartazgo, hay un cambio en el estado de ánimo de la izquierda y de sectores progresistas y de sectores jóvenes que pueden impulsar ese cambio.

P.–Pues las encuestas dicen que Vox es quien más atrae a los jóvenes.

R.–Vox es minoría entre los jóvenes. Es decir, hay más jóvenes que no votan a Vox o que no muestran simpatías a Vox de los que la muestran. Por tanto, vamos a relativizar esta construcción de un discurso, digamos, identitario porque es perverso y no es real. Sobre todo, no es real. Lo que ha ocurrido es que se ha quebrado el tópico de que los jóvenes estaban situados de manera hegemónica en el la izquierda. Pero hay mucha gente en la izquierda y muchas chicas que no están dispuestas a renunciar a sus a sus derechos conquistados. Ahí hay disputa y nosotros vamos a entrar en esa disputa.

P.–No podemos obviar el impacto de la corrupción en los ciudadanos. ¿Es inevitable?

R.–No estamos condenados a las prácticas corruptas ni mucho menos. Yo creo que estos son estertores de un bipartidismo que tiene casos de corrupción, como lo estamos viendo. Nosotros somos un proyecto que no tiene casos de corrupción, y a mí me parece eso importante para demostrarle a la gente que hay mucha gente honrada, incluso en esos partidos. Pero creo que aquí lo que hay que afrontar es un debate de racionalidad política, y es que el corrupto tiene que saber que se le va a coger tarde o temprano y que va a ir a la cárcel si se comprueba que lo que se ha sido, de lo que ha sido acusado, tiene base penal. Indignados estamos todos y cuando hay desesperación, hay irracionalidad en el análisis político y los elementos populistas pueden tener su caldo de cultivo.

P.–¿Qué puede hacer desde el Gobierno andaluz para que la vivienda no sea un lujo?

R.–El primer día habrá varias medidas, pero la primera será la aplicación de la Ley Estatal de la Vivienda en Andalucía para que haya topes en los precios de alquiler en las zonas tensionadas.

P.–Pues eso es casi el 90% del territorio andaluz.

R.–Pues en todas ellas se van a establecer topes. O dejamos al mercado la vivienda y hacemos cada vez más inaccesible, o intervenimos desde las administraciones públicas. Yo soy partidario de intervenir. Los que ganen pasta a costa de tener 40 ó 50 viviendas lo verán como un escándalo, pero yo no estoy para eso. Estoy para servir a quienes ahora mismo no pueden pagarla, a quienes están compartiendola, a parejas jóvenes que quieren emanciparse. Ahora mismo hay 40.000 viviendas en régimen de alquiler público, a los que tenemos que garantizarle la prórroga porque cuando alguien se le acaba un contrato, le tiemblan los pies de saber que si no se le renueva, a dónde van a ir. También queremos hacer modificaciones de los módulos al precio de los módulos de vivienda pública. ¿Cómo es posible que aquí se hagan viviendas públicas a 250.000 euros? ¿De qué estamos hablando?.

P.–¿Y la vivienda turística? El turismo es la principal industria.

R.–Una precisión. El turismo es el 12,5% del PIB pero vive sin pisos turísticos, porque lo ha hecho antes de que existiera este fenómeno. Esto es muy importante. El piso turístico es en estos momentos absolutamente incompatible con el derecho humano a la vivienda, porque cada vez que hay un piso turístico, deja de haber una familia con derecho a una vivienda. Y eso se está produciendo en los centros de todas las ciudades; se está expulsando a la gente.

P.–¿Prohibiría los pisos turísticos?

R.–Tendríamos que limitarlos con medidas fiscales para que al propietario le sea más rentable alquilar a familias que poner pisos turísticos.

P.–Es usted un defensor a ultranza de la sanidad pública.

R.–El otro día me recordó una señora en una manifestación que el año pasado dije que el talón de Aquiles en la gestión de Juan Manuel Moreno Bonilla era la sanidad. Tenía que salir por algo y ha salido por un escándalo que es muy transversal y que provoca mucha inseguridad, porque estamos hablando de lo que pensábamos que había escapado al deterioro de la sanidad pública como es el tratamiento del cáncer. Y eso ha quebrado la confianza en el sistema, y ha quebrado la confianza en el yerno perfecto. El yerno se la ha jugado a la familia y ahora veremos si se le perdona o no. Nosotros queremos recuperar la calidad de la sanidad pública Hoy se debate en el Parlamento de Andalucía la iniciativa legislativa popular de 58.000 firmas por la recuperación de la calidad del sistema público.

P.–Ya ha hecho el diagnóstico, pero ¿cuál es la causa?

R.–El origen está muy claro. Ha habido un deterioro consciente de la sanidad pública, desde una convicción de oligarquía neoliberal, de que la sanidad privada tenía que asumir el protagonismo que ahora asume la pública. Ha habido gestores del Servicio Andaluz de Salud que tenían claro que había que hacer una gran transferencia del protagonismo de la sanidad pública a la privada, y ha habido una consciente disminución de recursos en la pública.

P.–Pero hay más dinero que nunca.

R.–Es que eso no es verdad. Es como aquella famosa y querida presentadora Mayra Gómez Kemp que decía en el Un, dos, tres, “no le miento, pero no le digo toda la verdad”. Moreno Bonilla es un poco la Mayra Gómez Kemp de la política andaluza porque lo que siempre se guarda de decir es que hay más dinero que nunca para la sanidad, pero no se atreve a decir que hay más dinero para la sanidad pública, porque no es verdad. Y eso se nota en la atención primaria, se nota en la tardanza de la deliberación clínica. Ahora hay ya más de un millón de pruebas clínicas e intervenciones menores en la sanidad privada en Andalucía. Estamos hablando de un cambio sistémico que nosotros, desde luego, queremos revertir.

P.–Los datos macroeconómicos nos dicen que todo va bien pero la cesta de la compra no opina lo mismo.

R.–Queremos hablar de vivienda, de la cesta de la compra, los servicios públicos y pobreza laboral. Porque los salarios no son suficientes para vivir con dignidad y para llegar a fin de mes. Hay familias que para llenar el frigorífico, tienen que optar por los ultraprocesados. Estamos hablando de consecuencias para la salud a medio y largo plazo. El pescado y la fruta se están convirtiendo en objetos de lujo. Tenemos que intervenir a través de fondos de estabilización que ayuden a la bajada de los precios. La alimentación sana no puede ser un objeto de lujo.

P.–Ya que hablamos de dinero, vamos a la financiación autonómica. ¿Qué opina de la ordinalidad?

R.–Hay una base extraordinaria de acuerdo de financiación autonómica, el Acuerdo de marzo de 2018 en el Parlamento de Andalucía, que votamos todas las fuerzas políticas, menos Ciudadanos, y en el que participaron directamente Juan Manuel Moreno y María Jesús Montero y en el que también intervine yo como ponente en la Comisión. Sobre esa base podemos llegar a un acuerdo aunque no vamos a defender la ordinalidad.

P.–Una pregunta personal. ¿Qué es lo que más ilusión le hace?

R.–Mire, una reflexión personal, ahora que ya nadie nos escucha; me revienta que en Madrid solamente existe Madrid-Barcelona. España es algo más y estoy hasta el gorro de que consideren a Andalucía como una tierra exótica. Si podemos contribuir a que Andalucía esté en primera línea, me doy por satisfecho. Yo voy a darlo todo y asumo la responsabilidad.

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