La voz de ETA

Ana Belén Egües, interna de Botafuegos, sigue como portavoz del frente de 'makos', renovado ahora por el EPPK · La jefa del Comando Madrid ha sido la última etarra en llegar a Algeciras

La voz de ETA
La voz de ETA
J. Jiménez Gálvez / Algeciras

22 de abril 2012 - 01:00

Ana Belén Egües Gurrutxaga, alias Dolores, recaló en Botafuegos en los primeros días de 2012. Apenas había arrancado el año, cuando se convirtió en la última etarra en llegar a la cárcel algecireña. Y así ha continuado hasta ahora. Después de ella, ningún otro preso de la banda terrorista ha ingresado en el centro penitenciario. Egües cerró el grupo de 16 etarras que, actualmente, cumplen sus respectivas penas en el Campo de Gibraltar. Junto a ella, otras dos mujeres y 13 hombres viven en la instalación comarcal.

Cuando arribó a Botafuegos ya ejercía como portavoz del frente de makos -colectivo que integra a los etarras encarcelados- desde 2006. Un cargo que sigue ocupando ahora, tras la remodelación impulsada la semana pasada por el EPPK (Colectivo de Presos Políticos Vascos, en sus siglas en castellano), que congrega a los internos que siguen la doctrina marcada por la dirección de la banda terrorista. Es decir, Egües es parte de la voz de ETA.

El EPPK ha seleccionado a un sector duro de la organización para ejercer de portavoces, ahora que el contexto político cambió a raíz del anuncio del cese definitivo de la violencia. Los seis internos elegidos ocuparon, en su momento, importantes puestos dentro de la banda: fueron jefes de ETA o de sus comandos. Un perfil en el que Ana Belén Egües encaja a la perfección; a quien, además, se le considera como una de las representantes del sector crítico con la evolución de ETA y de su entorno político. Así, los expertos coinciden en que esta composición se puede interpretar como un endurecimiento del mensaje del colectivo de makos.

De hecho, para conocer el carácter de esta etarra tan sólo hace falta rebuscar en la hemeroteca. La guipuzcoana ha protagonizado diferentes incidentes en los tribunales. A menudo, ha acabado con la paciencia de magistrados y fiscales. En los distintos procesos celebrados contra ella, Egües se pasó el tiempo de la vista charlando y riéndose con otros miembros de ETA también acusados. En una ocasión llegó a calificar a los magistrados de la Audiencia Nacional como los "sucesores" del Tribunal de Orden Público existente durante la dictadura franquista. "Ha sido un honor militar en ETA", fue otra de sus polémicas declaraciones pronunciadas en la Audiencia Nacional -en esa ocasión, corría el año 2010-.

SU DETENCIÓN

La interna de Botafuegos dirigía en 2001 el Comando Madrid. Heredera del carácter sanguinario de Iñaki de Juana Chaos, se trasladó en 1999 -en plena tregua- hasta la capital del país para reconstruir esta delegación de ETA. Según la declaración de los miembros del comando en distintos juicios, Egües se encargaba de seleccionar a los objetivos de los atentados hasta su arresto. Una detención que se produjo el 6 de noviembre de 2001, gracias a la colaboración de un héroe anónimo.

La ahora portavoz de makos estacionó ese día un coche bomba en una zona residencial del barrio de Prosperidad. La carga explosionó a las 9:07 horas de aquella mañana; justo cuando pasaba el vehículo oficial del entonces secretario general de la Policía Científica del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Juan Junquera. El alto cargo sufrió sólo lesiones leves, pero la detonación dejó cerca de un centenar de heridos.

En medio del caos, un vecino observó como dos personas -un hombre y una mujer- se dirigían hacia un vehículo, se montaban en éste y abandonaban el lugar. La actitud de ambos levantó las sospechas de éste héroe, que decidió seguirlos por la ciudad. Sus indicaciones resultaron vitales para la inmediata detención de los dos terroristas, que se encontraban armados con una 9 milímetros parabellum.

CONDENA MILENARIA

La etarra, natural de Elduain -un pequeño pueblo de Guipúzcoa, feudo tradicional de la izquierda abertzale- acumula condenas por más de mil años de cárcel. La Audiencia Nacional le impuso la mayor de ellas en octubre de 2005, cuando la sentenció a 1.042 años de prisión por el atentado contra Juan Junquera. Además, el tribunal español también le condenó en 2004 a otros 83 años de prisión por el asesinato, el 10 de julio de 2001, del policía Luis Ortiz de la Rosa, fallecido al explotar un coche-bomba colocado en el barrio de Aluche. A su vez, Egües también resultó sentenciada a 323 años en abril de 2006 por el atentado contra el general Justo Oreja Pedraza -una bici-bomba acabó con su vida el 28 de junio de 2001 e hirió a otras 16 personas-.

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