Navidad salvaje: Las gaviotas devoran palomas en la Plaza Alta de Algeciras mientras instalan las luces
El vídeo de este último ataque lo ha compartido en sus redes sociales Ramón Triviño, quien capturó la escena mientras paseaba con su hija
Así será el gigantesco árbol de Navidad de 35 metros y 200.000 puntos de luz que presidirá la Plaza Alta de Algeciras
Algeciras está viviendo su propia versión de un documental de naturaleza salvaje. Mientras en la Plaza Alta se instalan las luces de Navidad, las gaviotas han decidido que el menú de fiestas serán unas cuantas palomas. La emblemática fuente de las ranas, bajo la sombra del brillante árbol navideño, se ha convertido en el escenario de un peculiar festín al aire libre.
El último episodio de este drama alado ha ocurrido este martes cuando una gaviota, en plena luz del día, ha devorado a una paloma con la misma destreza con la que Ebenezer Scrooge roba a los pobres. La estrategia del depredador es casi de película: camina sigilosamente entre las desprevenidas palomas, agachándose como si fuera un simple transeúnte inofensivo. Pero cuando la paloma más confiada intenta alzar el vuelo, ¡zas!, un picotazo certero la deja en fuera de juego. Y ahí, en medio de la Navidad que aún está en montaje, la gaviota empieza su almuerzo. En pocos minutos, no queda más que algunas plumas y un par de huesos.
No es la primera vez que las gaviotas toman Algeciras, pero ahora se están haciendo con el territorio que antes pertenecía a las palomas, desplazándolas con una agresividad sin igual. Las calles amanecen cada día como si fueran el escenario de una película de terror: restos de palomas concienzudamente destripadas que marcan el nuevo orden urbano.
El vídeo de este último ataque lo ha compartido en sus redes sociales Ramón Triviño, quien capturó la escena mientras paseaba con su hija. La niña, en un momento de candidez, pregunta: "¿Y cómo se va a comer las alas?". Triviño ha bautizado el vídeo como "Vida salvaje urbana con un poco de inocencia", y parece que no hay mejor resumen para lo que se está viviendo.
Mientras tanto, las autoridades locales parecen estar más centradas en las luces navideñas que en controlar esta invasión alada, y las gaviotas, encantadas con su nuevo buffet libre, siguen haciendo de las suyas.