Los vecinos de San García sufren otro corte de agua por la rotura de una tubería

Los vecinos de San García llevan semanas sufriendo cortes esporádicos en el suministro de agua potable. Este caso se volvió a dar ayer por la mañana, cuando los residentes de las zonas más altas de la barriada vieron como se reducía el flujo de la conducción a causa, nuevamente, de la rotura de la tubería que canaliza el agua potable a su paso por la urbanización Sotorebolo, según informaron a este diario desde la empresa municipal de aguas (Emalgesa).

Algunos vecinos mostraron su malestar a este diario ante una situación que se lleva padeciendo desde que arrancó el año. No obstante, al igual que en las ocasiones anteriores, el deslizamiento de un talud fue la causa del corte de suministro, ya que al desprenderse el terreno se produjo la rotura de la tubería.

Esta situación siempre tiene el mismo escenario, que es el punto que limita entre la zona residencial de Sotorebolo y la barriada de La Juliana. En el lugar, dada las obras de urbanización, se han registrado movimientos de terreno, por lo que a causa de las lluvias y el viento se han motivado más deslizamientos y, con ello, la rotura de las tuberías que se canalizan por estos terrenos.

Estos incidentes, que en las últimas semanas se han dado con más continuidad, afectan a las zonas altas de San García y a Sotorebolo. Los vecinos ya han mostrado su indignación porque sin conocer las causas y sin previo aviso, sufren los cortes en el suministro. El tiempo estimado de los operarios de Emalgesa en cada arreglo se fija en una media de ocho horas, según explicaron desde la propia empresa.

Asimismo, recordaron que esta tubería tiene alrededor de 25 años y nunca ha dado los problemas que se están registrando en la actualidad, por lo que atribuyeron este hecho a los movimientos de terreno por las obras de urbanización. Además, reconocieron que ya se han registrado varias incidencias por la misma causa.

En definitiva, el corte de agua que volvió a sufrir San García fue subsanado en torno a las cinco de la tarde, después de que por la mañana los vecinos volvieran a alarmarse por la falta de agua potable en sus tuberías, una situación cada vez más cotidiana.