El tráfico de mercancías por el puerto de Algeciras (1906-1929)
Estampas de la historia del Campo de Gibraltar
El corcho extraído en los montes de Algeciras, Los Barrios, Alcalá de los Gazules y Jimena suponía el principal ramo de exportación
Con la terminación del primer trozo del muelle de la Galera y la construcción de dos tinglados metálicos, el volumen de la actividad comercial se multiplicó
El tráfico de pasajeros por el Puerto de Algeciras (1906-1929)
Algeciras/La falta de un muelle lo suficientemente amplio como para poder ofrecer a los comerciantes una extensa superficie para depósito de mercancías y su comercialización mediante la importación o la exportación y la cercanía, en la misma bahía, del puerto de Gibraltar que, aunque de carácter militar, había logrado desarrollar, al margen del comercio ilícito que generaba, competitivas actividades mercantiles, así como la cercanía de los puertos de Cádiz y Málaga, obligaron a la Junta de Obras del Puerto, en junio de 1910, a tomar una serie de medidas tendentes a mejorar la competitividad del todavía incipiente puerto de Algeciras con el objetivo de obtener, mediante el cobro de arbitrios e impuestos, la aplicación de cánones y los alquileres, los recursos propios necesarios para el normal desenvolvimiento de sus actividades.
En la sesión celebrada el 11 de junio de 1910 la Junta acordó, en aplicación del Artículo 18 de la Ley de Protección de las Industrias Marítimas, la reducción en un 25 por ciento de las tarifas vigentes de la Compañía del Ferrocarril de Bobadilla a Algeciras y declarar libre de todo impuesto la exportación e importación de mercancías con la plaza de Ceuta y reducir en un 50% los fletes con Melilla y Tánger.
La propuesta de hacer desaparecer los derechos de arancel de exportación al comercio del corcho, "el más importante producto de exportación por el puerto de Algeciras" en palabras del Ingeniero Director, no fue aprobada por entender el Presidente de la Junta que, "aunque parece conveniente lo que se propone para favorecer el desarrollo de la exportación del corcho en planchas, como estas facilidades vienen a contribuir a la muerte de la industria corcho-taponera que ya peligra seriamente por los derechos elevados que otras naciones han puesto al corcho elaborado español, se hace necesaria su no aprobación".
De las palabras pronunciadas por el Presidente de la Junta, de otros testimonios y de la abundante información gráfica conservada, se puede afirmar que, aunque a principios del siglo XX había decaído en parte la exportación del corcho, tanto en bruto como elaborado, por el puerto de Algeciras, todavía era y lo sería en las décadas siguientes, el principal ramo de la exportación por el puerto algecireño.
La extracción en los montes de Algeciras, Los Barrios, Alcalá de los Gazules y Jimena de la materia prima, su traslado hasta Algeciras mediante arriería hasta el año 1892, cuando comenzó a estar operativa la línea del ferrocarril, posibilitó la instalación de varias fábricas de corcho en la ciudad, en las que se preparaban las planchas o se transformaba en tapones para ser exportados a otras naciones desde el puerto, embarcando en los vapores de la Compañía Ybarra o en la bilbaína de los Cabos, que hacían escala semanal en Algeciras. También se tiene constancia del embarque de corcho en buques mercantes italianos como el Recca y el Fiorella.
En el año 1919 se habían alquilado los tinglados metálicos construidos en el muelle de la Galera a la Sociedad Esparto-Corchera Ibérica para el almacenamiento de las balas de corcho que esperaban ser embarcadas. Otras empresas dedicadas a la preparación, transformación y exportación del corcho instaladas en la ciudad fueron Manufacturas del Corcho Armstrong -multinacional americana que fue la primera en establecerse-, la Sociedad Industrial Corchera S. A., la Corchera Española, S. A., Reliable Cork Company y Garriga y Puig.
De la importancia de la industria corchera en la ciudad y su puerto da idea el que, en la sesión de la Junta de 20 de octubre de 1913, los industriales del corcho solicitaran tener un vocal propio en dicha Junta para que los representara (hasta esa fecha eran los vocales nombrados por la Cámara de Comercio los que ejercían la labor de representación de todos los industriales y comerciantes de la ciudad).
En el proyecto de prolongación del muelle de la Galera, redactado por el ingeniero Cástor Rodríguez del Valle en 1920, éste justificaba la anchura que proponía para la prolongación del citado muelle en que "110 metros (de ancho) no es excesivo si se tiene en cuenta que el principal comercio de exportación de este puerto es el de corcho, que requiere para su almacenaje y manipulación, extensas superficies". Consta que en el trienio de 1927 a 1929 se exportaron por el puerto 75.502 toneladas de corcho.
En la sesión de la Junta del 29 de mayo de 1936 el vocal representante de la Cámara de Comercio, don Manuel Benítez Oncala, propietario de una industria de preparación y exportación de corcho en planchas, aseguraba que la misma "está incluida entre las de mayor movimiento en el quinquenio último, según certificado de Aduanas".
No era, por otra parte, desdeñable la exportación de otros productos de diversa tipología para el norte de África, aunque su rendimiento económico para la Junta fuera muy escaso, dadas las exenciones y rebajas tarifarias de las que gozaban las mercancías que se embarcaban con destino a Ceuta, Melilla o Tánger. Como se desprende del análisis de las actas de sesiones de la Junta, el tráfico de mercancías y ganado, tanto de carácter civil como militar, con la otra orilla era muy elevado desde el año 1912. El 9 de octubre de 1915 la Junta reconocía que los efectos militares estaban sujetos al pago de arbitrios, excepto el ganado con destino al ejército de África, acordándose elevar a la Superioridad la petición de que estuvieran exentos de dicho pago todos los efectos militares. En 1922 está documentada la exportación por el ramo de Guerra para Ceuta de unas 58 toneladas de harina y arroz diarias.
En cuanto a las importaciones, desde que estuvo operativa la línea del Ferrocarril de Bobadilla a Algeciras, sería el carbón mineral uno de los más importantes productos desembarcados en el muelle de Madera para abastecer las necesidades de la compañía ferroviaria y sus locomotoras. En 1911 la Compañía del Ferrocarril recibía, a través del puerto de Algeciras entre 10 y 15.000 toneladas de carbón al año.
Entre 1920 y 1924 está documentada la importación por el puerto algecireño de diversas partidas de trigo procedentes de América. En 1929 el Gobierno de la Nación había excluido al puerto de Algeciras de entre los habilitados para la importación de granos y otros productos agrícolas, lo que representó un serio contratiempo para los comerciantes de la ciudad y las actividades de carga y descarga que se realizaban en el muelle. La Junta, en la sesión celebrada el 27 de marzo de 1929, solicitó a la Cámara de Comercio que "realizara gestiones para que el puerto de Algeciras no sufriera esta exclusión, acordándose cooperar en dichas gestiones para que no se merme la importación de grano extranjero, provocando, con ello, la disminución de los ingresos de la Junta. Aunque no lo manifestaron con la suficiente claridad, se intuye de sus palabras que eran otros puertos de la zona -probablemente los de Cádiz y Málaga- los que ejercieron presión ante el Ministerio para que se desposeyera a Algeciras de ese derecho de importación".
Con la terminación del primer trozo del muelle de la Galera en 1917 y la construcción de los dos tinglados metálicos en la cabecera del mismo, el volumen de la actividad comercial se multiplicó, al mismo tiempo que la Junta podía disponer de superficies de muelle e instalaciones anejas para atender las demandas generadas por el comercio local y foráneo. En julio de 1918 la Junta reconoció que el tráfico comercial había aumentado considerablemente en el puerto. Sin embargo, la necesidad de tener que transportar por medio de carros las mercancías llegadas por barco al muelle hasta la Estación del Ferrocarril de la Avenida Agustín Bálsamo, o viceversa, entorpecía y encarecía el tráfico comercial como alega el Ingeniero Director en el proyecto de tendido del enlace ferroviario entre la citada Estación y el muelle de la Galera. Operativo este enlace desde el año 1926, los movimientos de carga y descarga se agilizaron en el puerto, lo que redundó en beneficio para los comerciantes y en una mejora e incremento del tráfico. En el Proyecto Reformado de la vía férrea de enlace de la Estación del Ferrocarril con el muelle de la Galera, suscrito el 15 de septiembre de 1922, el Ingeniero Director refiere que, en ese año, la Compañía Franco-Española de Navegación, S. A. de Barcelona tenía establecida una línea de vapores que unían, con una periodicidad semanal, la ciudad Condal con el puerto de Algeciras por medio de los vapores Ramón y Trini, que atracaban en el lado sur del muelle de la Galera y que tenían que transportar las mercancías desembarcadas hasta la Estación del Ferrocarril por medio de carros, al no llegar aún la vía férrea hasta el citado muelle.
Sin embargo, a raíz de la crisis de 1929 y con la caída del comercio internacional, los tráficos de mercancías por el puerto de Algeciras sufrieron una importante merma que llevó a la Junta, el 13 de septiembre de 1930, a solicitar a la Dirección General de Navegación que "dada la poco próspera situación del puerto que no adquiere el esperado desarrollo, pues el tráfico ha sufrido disminución en vez de aumentar, la rebaja temporal del impuesto de tonelaje como medio más eficaz de que la navegación extranjera afluyese al puerto colocándose en condiciones de competir con el vecino de Gibraltar".
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