El sueño de un maravilloso pregón se hace realidad

Juani abre la fiesta con una intervención divertida, original y emocionante, un acto a la altura de su figura

D. C. Algeciras

16 de febrero 2013 - 07:12

Juan Mayor Pozo, Juani para todos, el mítico, la gran y respetada figura carnavalera de Algeciras, regaló ayer al Carnaval Especial un pregón maravilloso. Divertido, original, emocionante. Una bienvenida a la fiesta de 2013 a la altura de un personaje... que en realidad fueron tres.

Fue un sueño, para los que estuvieron en las butacas del teatro Florida y para Juani, el de Juani. El pregonero simuló soñar su intervención, la noche antes del acto, en la que se acostó preocupado por que todo saliera bien.

Nada más coger la cama en una pantalla se proyectó su sueño. Y aparecía Cantinflas, en un guiño al que fuera, en su día, pregonero del Carnaval de Cádiz. Juani le pidió ayuda con su pregón y Cantinflas bajó del cielo con el permiso de San Pedro.

Magia. Cantinflas apareció sobre las tablas para pregonar. Juani era todos, él mismo acostado y soñando, el mexicano con su gracioso acento y la voz grave de San Pedro.

Juani Cantinflas, el chirigotero mayor del reino, se dirigió al público y llegó el momento del que se podría definir como pregón más serio. El algecireño dejó dos mensajes fundamentales. Uno, pidió a las agrupaciones de la ciudad unión y respeto entre todas. Que se aparquen tiranteces. Y dos, reclamó al licenciado Landaluce, el alcalde, y la concejala de Fiestas que se pague a los grupos nada más terminar el Carnaval, no de un año para otro, que cuesta lucir el tipo, que "el que paga descansa, pero el que cobra mucho más".

Juani se acordó del hijo que está en Suiza, de su mujer, de los que se han ido. Los que se han ido volvieron por el proyector, con música de Chico Valdivia.

El algecireño invitó a todas las agrupaciones de la ciudad y, las que pudieron asistir, le cantaron un pasadoble. Como traca final, salieron los compadres de Cantinflas, aquel Cine Cómico inmortal en Algeciras, anoche como un minicoro, un tanguillo y otro pasadoble, para el ya también mítico pregonero.

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