Una soldado de El Bujeo pide 220.000 euros por sufrir un accidente

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Una soldado que prestaba servicio hace seis años en el Acuartelamiento El Bujeo ha reclamado al Ministerio de Defensa 220.000 euros de indemnización por las lesiones y secuelas sufridas en un accidente de coche cuando se dirigía a su puesto de trabajo.

El Bufete Osuna, que defiende a la cabo, exige responsabilidad patrimonial al Estado al amparo de los artículos 139 y siguientes de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. Según la defensa, el 27 de enero de 2004 iba la soldado con dos soldados más también mujeres en el coche cuando a las 7:40 horas ocurrieron los hechos.

La afectada viajaba en su vehículo particular para desplazarse al acuartelamiento donde debía incorporarse a la jornada de trabajo en el Mando de la Artillería de Costa y en la N-340 sufrió un accidente grave de circulación.

"Noté perfectamente cómo se me rompía el tobillo. El coche quedó volcado sobre mi puerta. La otra cabo salió por su puerta y yo fui hacia atrás para ayudar a la tercera cabo a salir por la ventana del maletero. Volví a pasar a la parte delantera del coche para quitar las llaves del contacto y salí como puede por la puerta del conductor", expone la afectada en la reclamación.

Asimismo, según informan desde el Bufete Osuna, el suceso le ocasionó importantes lesiones y heridas que, no sólo no se han curado sino que, le obligan en próximas fechas a una nueva intervención quirúrgica.

De hecho, añaden, la afectada ya he pasado por varias operaciones durante estos seis años aunque no ha quedado bien.

En la exposición de los hechos recogida por su abogado se subraya también que en el momento del accidente de circulación queda probado que la joven prestaba servicio, pues se dirigía a prestar las actividades castrenses propias de su categoría.

Igualmente, el Bufete Osuna argumenta que la cifra de 220.000 euros que reclama la afectada al Ministerio de Defensa ha sido obtenida en su concepción global debido a las lesiones, aún no curadas, con perspectivas claras de secuelas e incapacidades irreversibles.

La exposición de los hechos no elude tampoco el daño moral, el sufrimiento que supone llevar varios años de curaciones dolorosas sin un avance sustancial para la recuperación de su calidad de vida anterior, el lucro cesante al percibir que a consecuencia del accidente finaliza toda su proyección profesional, así como los importantes daños psicológicos que produce en la soldado el verse incapacitada.