"La profesión de afilador está al borde de la extinción"

Cuando suena el silbido de su armónica ya se sabe que el afilador de cuchillos anda por la zona. "De eso se trata, de que con este sonido sepan que eres tú y digan: ya está aquí el afilaor", comenta Jesús Santiago con una sonrisa, miembro de una de las familias de afiladores más veteranos de Algeciras.

La música la aprendió de su padre: "Es propia de nuestra familia", explica Jesús, que empezó con 14 años a recorrer las calles algecireñas con su bicicleta dando filo a todo tipo de utensilios cortantes.

Una profesión que heredó de su padre y que asegura "está al borde de la extinción". Según Jesús, antes la gente afilaba los cuchillos pero hoy día prefiere comprarlos nuevos debido a los costes tan bajos a los que hemos llegado. Trabaja seis días en semana y la moto es su compañera de oficio, en la cual lleva adosada la máquina afiladora. Cobra el servicio a tres euros y se ha desplazado incluso hasta Barbate y Alcalá para desempeñar su trabajo. "Me movía cuando era más joven, ya prefiero quedarme por aquí", dice Jesús, quien además de afilar en Algeciras también acude a La Línea y Tarifa.

"Quiero hacer bien mi trabajo, que viene de herencia y se está perdiendo. Mis hijos no quieren dedicarse a ésto. Ya no merece la pena".