Una plaza emblemática de La Línea

'Cruz Herrera', cuya remodelación finalizó en 2011 con polémica, es el epicentro del ocio en la ciudadl historia Este enclave lleva el nombre del artista más ilustre de la localidad, el pintor José Cruz Herrera, nacido en octubre de 1890.

Imagen de la plaza de Cruz Herrera, tomada ayer.
Imagen de la plaza de Cruz Herrera, tomada ayer.
E. Reyes / La Línea

14 de enero 2012 - 01:00

La plaza de Cruz Herrera es uno de los enclaves más emblemáticos del centro de La Línea de la Concepción. Este lugar lleva el nombre del ilustre pintor José Cruz Herrera, posiblemente el artista local más importante.

Nacido en la calle Real del municipio el 1 de octubre de 1890, en un edificio que el Ayuntamiento lamentablemente optó por derribar hace algunos años, José Cruz Herrera descansa en el cementerio local de San José a pesar de que su fallecimiento se produjo en Casablanca en 1972.

La parte trasera de la casa natal del pintor daba precisamente a esta plaza, que desde hace décadas es el epicentro del ocio en La Línea. Los bares y pubs cambian y fluctúan, pero aún así este enclave sigue concentrando a buena parte de los que deciden disfrutar en la calle de las horas nocturnas.

Además, la plaza de Cruz Herrera cuenta con varios locales gastronómicos que mantienen la actividad durante el día, aunque ésta es mucho menos bulliciosa que la noctámbula.

A principios del año pasado terminaron las obras de remodelación de esta plaza, en las que participaron económicamente la Junta de Andalucía, la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar y el Ayuntamiento. El presupuesto rondó los 500.000 euros.

Sin embargo, estos trabajos, que reformaron todo el firme de la plaza e incluyeron también la instalación de nuevo mobiliario urbano, finalizaron llenos de polémica.

Y es que la restauración de la fuente central, incluida también en el proyecto, que tardó años en materializarse, sustituyó los azulejos originales de 1928, con el agravante de que ni el propio Ayuntamiento sabía dónde habían ido a parar las piezas originales.

El propio Alfonso Escuadra, que entonces ostentaba la concejalía de Cultura, expresó públicamente su indignación por una actuación municipal que, en su opinión, debería haber consistido en la restauración de los azulejos originales con el fin de preservar el escaso patrimonio con el que cuenta La Línea.

La única voz crítica que se escuchó entonces no fue la del exconcejal del Partido Popular (PP), ya que partidos políticos en la oposición y otros sin representación municipal, asociaciones vecinales y del patrimonio y ciudadanos también expresaron su malestar por lo ocurrido.

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