PERSONAJES HISTÓRICOS DEL CAMPO DE GIBRALTAR

Hastein, el vikingo que asoló Algeciras

  • Al comienzo del verano de 859, la flota liderada por el hijo del legendario Ragnar Lodbrok asoló y quemó Algeciras

  • Cuando los vikingos volvieron dos años más tarde, los musulmanes rechazaron la agresión

Naves vikingas. Acuarela de R. Monleón (Museo Naval de Madrid).

Naves vikingas. Acuarela de R. Monleón (Museo Naval de Madrid).

Hastein fue un famoso caudillo vikingo, hijo del legendario Ragnar Lodbrok, rey de Noruega, Suecia y Dinamarca en la primera mitad del siglo IX. Había nacido en el año 810. Desde la costa danesa, con su padre y su hermano Bjorn Brazo o Costado de Hierro, había realizado numerosas incursiones de saqueo en el litoral de Inglaterra, apoderándose de la isla de Thanet, en la costa sureste de las Islas Británicas, en el actual condado de Kent, entre los años 851 y 854, territorio que utilizó, luego, como base de sus  expediciones navales por las costas de la Península Ibérica y el mar Mediterráneo.

En el año 843 atacó y saqueó la isla francesa de Noirmoutier y, unos años más tarde, ascendió por el río Loira para arrasar las aldeas situadas en sus orillas. En la primavera del  año 859, acompañado de su hermano Bjorn y desde su base de la isla de Thanet, inició una gran expedición, al mando de sesenta y dos bajeles y más de cuatro mil guerreros, que se prolongó durante tres años, hasta el otoño del 862.

En el transcurso de esta expedición asoló las costas del reino de Asturias y las musulmanas de Portugal, del sur de al-Andalus y las Baleares, atacando la ciudad comercial marroquí de Nakur, e invernando, en el 860, en la región francesa de la Camargue. Según las crónicas anglosajonas, en el viaje de retorno a Thanet volvió a atacar el litoral marroquí, llevándose numerosos cautivos que vendió, luego, en Irlanda.

Un drakkar vikingo en expedición predatoria. Detalle del Tapiz de Bayeux (siglo XI). Un drakkar vikingo en expedición predatoria. Detalle del Tapiz de Bayeux (siglo XI).

Un drakkar vikingo en expedición predatoria. Detalle del Tapiz de Bayeux (siglo XI).

A inicios del verano del año 859, la flota, mandada por Hastein, arribó a la bahía de Algeciras después de haber mantenido un encuentro cerca de la costa del Algarve con la escuadra musulmana que el emir había puesto en la vigilancia del mar prevenido por el terrible desastre que, cinco años antes, sufrió Lisboa y, después,  Sevilla, cuando los  vikingos, navegando por el río Guadalquivir, saquearon la ciudad durante siete días.

Según  el historiador Ibn ‘Idari, los vikingos “se apoderaron de Algeciras e incendiaron la mezquita aljama”. Ibn al Atir añade que, antes de entrar en la ciudad, “acamparon alrededor de ella para, desde allí, entablar el combate”. El compilador Al-Himyari ―siguiendo a al-Idrisi― asegura que la mezquita de las Banderas de Algeciras recibió ese nombre porque los normandos colocaron en ella sus enseñas cuando asaltaron y saquearon la ciudad. Añade este autor que los bastidores de una de las puertas de la reconstruida mezquita se hicieron con la madera de los barcos normandos capturados. Según la Crónica General de España, los vikingos combatieron Algeciras durante tres días, “et prisieronla et quemaronla, et levaron grand aver”.

Es probable que los habitantes de la ciudad que lograron escapar del asalto se resguardaran en los montes cercanos y que, tres días más tarde, apoyados por los soldados del ŷund (ejército regular emiral) que estaban establecidos en la vecina región de Sidonia, lograran contraatacar y expulsar a los invasores infringiéndoles la pérdida de algunos de sus bajeles, como refiere al-Himyari. Lo cierto es que el éxito del asalto vikingo a Algeciras demuestra la debilidad de las estructuras defensivas de la ciudad a mediados del siglo IX, así como la escasez de fuerzas existentes en la zona para acometer la defensa dinámica de un puerto de tanta importancia estratégica para el emirato.

No cabe duda de que estas incursiones piráticas debieron influir decisivamente en la creación de una escuadra que vigilara las costas de al-Andalus. En ese sentido, refiere Ibn al-Kardabus que durante el emirato de Muhammad I (852-856) “se construyeron seiscientos navíos de guerra”. También se llevaron a cabo obras de construcción de murallas en las ciudades portuarias que habían sido objeto del saqueo. El cordobés Ibn Hayyán refiere que “las murallas de Algeciras fueron edificadas (o reconstruidas) durante el emirato de Muhammad I”. Además de edificarse el recinto defensivo, a la ciudad se la dotó de un puerto militar para que fuese, junto con Almería, arsenal y base de la flota andalusí del mediterráneo.

Según el investigador y arabista Joaquín Vallvé, “los vikingos volvieron a atacar las costas del Estrecho dos años más tarde, en el 861, aunque, en esta ocasión, los musulmanes se hallaban preparados para rechazar la agresión, siendo destruida parte de la flota vikinga en aguas de Barbate”. Para Christine Mazzoli-Guintard, a través de estas expediciones se detecta el escaso nivel de urbanización existente en la zona meridional de al-Andalus lo que posibilitaba los saqueos de ciudades portuarias durante siete o diez días, sin que las fuentes den noticias de una inmediata reacción de sus habitantes.

"Hastein debió morir en torno al año 896, cuando contaba unos 86 años. Las fuentes escritas inglesas de la época lo describen como "lujurioso y terrible viejo guerrero"

Sin embargo, en el caso de Algeciras, una ciudad portuaria de alto valor estratégico para el poder central, por ser el principal puerto de conexión con el Norte de África, la realidad debió ser diferente. Algeciras era, a mediados del siglo IX, un espacio urbanizado, con una población estable (como lo demuestran las fuentes cronísticas emirales y califales), con suficientes riquezas como para atraer a los normandos buscadores de botín, pero carente aún de los adecuados sistemas de defensa dinámica y, sobre todo, estática.

La existencia de una mezquita aljama desde principios del siglo VIII, de, al menos, otra mezquita menor, la temprana presencia de cadíes y reconocidos ulemas: entre los siglos VIII y IX se documenta en Algeciras un total de dieciocho ulemas y cadíes surgidos en el seno de las familias algecireñas de los Banu Badrún y de los Banu Nasih (como han demostrado las arabistas Manuela Marín y Maribel Fierro), la existencia de una actividad mercantil documentada desde principios del siglo IX, el nombramiento de gobernadores desde el mismo instante de la Conquista, etc., demuestran que el proceso de desarrollo urbano-portuario, de creación de unas estructuras político-administrativas y de islamización de Algeciras estaba ya muy avanzado cuando los vikingos desembarcaron en su litoral en el año 859.

A partir del ataque vikingo, restaurada la ciudad, reforzada sus defensas, tanto estática como dinámica, y con el establecimiento en su puerto de barcos de guerra con sus contingentes de marinos y soldados, la ciudad adquirió un auge notable potenciado por el incremento de la actividad comercial y de los aportes económicos que proporcionaban la guarnición, los marinos de la escuadra y las labores desarrolladas en el arsenal. Es muy probable que las viejas atarazanas de la ciudad fueran reformadas y usadas como base para el estacionamiento de la flota emiral como consecuencia del ataque de los vikingos en el verano del 859.

Gracias a los trabajos de investigación de Charles Picard, sabemos que desde los primeros tiempos de al-Andalus existió una intensa relación de la población cristiana y muladí con las actividades navales y mercantiles. Esta preferencia por la actividad marítima está avalada, en el caso de Algeciras, por las abundantes referencias al comercio con la otra orilla mencionadas en las biografías de personajes destacados de la ciudad, por la conversión de su puerto en base de una flota de guerra y por las noticias como lugar de embarque para los musulmanes que emprendían la Peregrinación a la Meca.

Hastein debió morir en torno al año 896, cuando contaba unos ochenta y seis años de edad. Las fuentes escritas inglesas de la época lo describen como "lujurioso y terrible viejo guerrero del Loira y del Somme".

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