"Soy peluquero de vocación desde muy pequeño"

Matías es un linense de 42 años que se trasladó a vivir a Bruselas (Bélgica) con sus padres en el año 1960. En vacaciones volvía siempre a su tierra nata, hasta que conoció al amor de su vida en La Línea y regresó para quedarse.

En el año 1998 abrió una peluquería de caballero en la calle Clavel. No obstante, esta profesión ya la practicaba en Bruselas desde los once años, cuando empezó a ayudar a su padre en su negocio. "Soy peluquero de vocación. Me gustaba ayudar a mi padre en su peluquería y allí lo aprendí todo. Además, conseguí el título de formación profesional", comenta Matías".

Durante sus más de tres décadas de profesión, este peluquero se ha encontrado con muchos tipos de clientes. "Mis clientes se han convertido en familias. Por aquí han pasado muchas generaciones. Además, conforme pasan los años el estilo de pelar ha cambiado. Ya no se lleva el pelado clásico; cada cliente tiene un estilo diferente", explica.

Por su establecimiento pasan personas de todas las edades, desde pequeños hasta mayores de 90 años. "La mayoría de mis clientes pasan por aquí para salir media hora de la rutina y olvidarse del trabajo y las crisis", finaliza.