OBSERVATORIO DE LA TROCHA | NUESTRO URBANISMO HISTÓRICO

Llega el urbanismo peatonal al barrio de San Isidro en la Algeciras de los años 60

  • Un recorrido por estas calles humanizadas y ecológicas en cuya construcción hubo una clara ambición estética

Escudo en la calle Libertad de Algeciras

Escudo en la calle Libertad de Algeciras / M. C. I. C.

El barrio de San Isidro es uno de los cuatro barrios históricos de la nueva Algeciras, que resurge de sus históricas cenizas en el siglo XVIII. Está situado al noroeste de lo que fuera la muralla histórica de la ciudad primitiva andalusí, que fue incorporada durante un breve período por Castilla y León (1344-1369) y destruida al igual que el resto de la ciudad, por el sultán granadino Muhammad V en 1375.

A principios del siglo XVIII cuando Algeciras renacía de sus cenizas, gracias a la pérdida de Gibraltar (1704) y al largo cerco marroquí de Ceuta (1694-1727), ¡siempre hay que mirar el lado positivo de la historia!, en lo que hoy es el barrio de San Isidro y en la época Matagorda, sólo había constancia de las ruinas de un castillo, según testificaron el padre Juan Bautista Labat, que visitó el nuevo emplazamiento en 1705 y el ingeniero militar Jorge Próspero de Verboom a partir de 1721, que dejó constancia de su crecimiento a través de los primeros planos que se conservan de ella.

La renacida ciudad crecía de manera orgánica, a pesar de los bien intencionados planos ortogonales de Verboom y los ingenieros militares que le siguieron. La primera expansión se va a llevar a cabo entre el puerto y el límite de la colina, que podríamos situar en la que desde entonces se llama calle Sevilla. Esta parte del nuevo emporio establecido en la bahía, en el que pronto se convertiría la nueva Algeciras, podríamos decir que se va poblando, ya de manera clara, a partir de la tercera década del siglo de las luces.

Plano de la serie Verboom, donde se ha indicado el barrio de Matagorda / San Isidro. Plano de la serie Verboom, donde se ha indicado el barrio de Matagorda / San Isidro.

Plano de la serie Verboom, donde se ha indicado el barrio de Matagorda / San Isidro.

El núcleo de este barrio histórico estaría delimitado por la calle Sevilla al este, la calle Teniente Miranda al oeste, la calle San Antonio al norte y al sur por la calle Montereros. El eje trasversal de este núcleo, de norte a sur, lo tiene la calle José Román, que en su tramo final hacia la calle Carretas aún conserva, el nombre primitivo de calle Jesús. En la cumbre de la colina se encuentra la plaza de San Isidro, a 36 m snm (metros sobre el nivel del mar). De ella parte hacia la calle Teniente Miranda (la popular calle Matadero), la calle Alférez García del Valle. Sólo quedarían por nombrar la calle Gloria, en sentido norte-sur desde la calle Carretas (General Castaños) a la de San Antonio y la calle(juela) Cristo de Medinaceli. Entre estas calles se va a desarrollar el nudo de este artículo.

En su toponimia se cruzan nombres antiguos como los de las calles Sevilla, San Antonio, Gloria o Montereros, que provienen del siglo XVIII y modernos como Libertad, que se puso como concesión política en 1904 a la antigua denominación de Ánimas; Teniente Miranda y Alférez García del Valle, en las que se recuerda a los héroes locales de la guerra de África (hacia 1921), la primera sustituyó a la primitiva calle Nueva después llamada Matadero y la segunda a la calle de los Guardas; Ruiz Tagle, es el nombre con el que se rebautizaría la calle Jerez en 1903 y supone el reconocimiento al político por el distrito durante la IIª Restauración borbónica (1874-1931). En 1913 se sustituyó el nombre de la calle Jesús por el de José Román y con ello la ciudad le reconoció su generosa y desinteresada entrega para las actividades que supo encauzar en ella. En el caso de la calle Cristo de Medinaceli, se sustituyó el antiguo nombre de calle Carraca por el de la devoción del barrio, por lo que es la transformación más moderna del callejero. Los cambios de titularidad en el callejero son fruto de la dinámica histórica, que todo lo modifica a su paso, según los tiempos políticos.

Mosaico con mariposas “naif” y al fondo, fecha 1960. Mosaico con mariposas “naif” y al fondo, fecha 1960.

Mosaico con mariposas “naif” y al fondo, fecha 1960.

Para llegar a la plaza del barrio de San Isidro, en la cumbre de la colina, lo que era la Matagorda histórica, desde la calle Sevilla, hay que subir varias calles en cuesta. Subimos para arriba, como se dice coloquialmente, como no podía ser de otra manera, aunque nada que ver con las calles en cuesta de San Roque o Jimena. Pues bien, desde ella hasta el cruce con la calle José Román se encuentran las calles a las que va destinado este artículo sobre el entramado urbano central del barrio de la Matagorda/San Isidro.

Afortunadamente en sus calles aún se conserva un buen número de casas tradicionales de una sola planta y cubiertas de tejas a dos aguas, aunque en sus difíciles orígenes no se cubrieron más que con cañas y junto a ellas aún se mantiene algún histórico patio. Pues bien, en varias de sus calles se va a instalar una de las grandes proyecciones de la urbanística contemporánea: las calles peatonales desde principios de los años sesenta del anterior siglo. Estas calles a las que nos vamos a referir sufrieron una remodelación, que juzgamos para bien de los transeúntes y la quietud de los vecinos. No eran calles comerciales, sólo eran y son residenciales y ello facilitó su transformación, amén de que estuvieran o no adaptadas al tráfico rodado, que tampoco lo facilitaban.

Entre la calle Sevilla, al este y José Román, al oeste, se encuentran en paralelo, tres de estas calles, que de norte a sur son La calle Libertad, la calle Rocha y la calle Ruiz Tagle. Dos de estas calles, la calle Libertad en 1962 y la calle Rocha en 1960, conservan la fecha de su transformación en calles peatonales, no así la calle Ruiz Tagle, aunque por la fisonomía de su peatonalización, paralela a la de Rocha, podríamos augurar que son prácticamente de la misma fecha. Cronológicamente corresponderían al mandato del alcalde Rafael López Correa (1956-1969) y  a la iniciativa y esfuerzos del concejal Isidoro Visuara Quero.

Mosaico nº 10: tema floral con rosas. Mosaico nº 10: tema floral con rosas.

Mosaico nº 10: tema floral con rosas.

Hoy diríamos que son calles humanizadas y ecológicas ya que al no permitir en su recorrido el rodamiento de vehículos, no dejan ningún resquicio para la expansión de cualquier tipo de gas invernadero, por lo que se adelantaron al tiempo de la crisis climática, que es el que nos ha tocado vivir. Con su implantación en la red urbana histórica de este barrio alto, podemos afirmar que su finalización fue un claro éxito para su época y también para la nuestra, ya que en ellas sí hubo un interés por darles una impronta estética a la zona, y con ello marcar el paso de su época en el entramado urbano de la ciudad.

La calle Libertad tiene en la base de su arranque, en la calle Sevilla hacia la calle José Román, el escudo del municipio, destacando en alto relieve la torre, símbolo de Castilla, y en resalte, con letras metálicas, a sus pies, el nombre de la ciudad, en letras minúsculas, y sobre él la fecha de su nacimiento como calle peatonal: año de 1962.

Tras el escudo de la ciudad, le siguen hacia lo alto, formando el eje de la calle, varias jardineras con sus setos correspondientes. Los naranjos van a ser los protagonistas arbóreos de estas jardineras, parterres o arriates, aunque sólo que aquí tenemos una muy alta y esbelta palmera de tipo abanico mexicana o washingtonia robusta. La solería lateral de la calle está formada por piezas irregulares y grandes, sin intención de formar dibujos o figuras (algo que se repetirá de nuevo en el callejón del Cristo de Medinaceli, la calle Gloria o la travesía de la calle José Román-calle Jesús hacia la calle General Castaños) y entre estas piezas, como enlace entre ellas, se disponen líneas en ladrillo rojo, que sirven para enmarcar las figuras anteriores.

Pero sin duda es la calle Rocha la estrella de estas tres calles emblemáticas de nuestra ciudad y el barrio de San Isidro. El eje de esta calle está formado por un conjunto de 14 mosaicos de guijarros bícromos (blanco / negro), entre las jardineras que los flanquean. Estos mosaicos se distribuyen en 5 tramos. Cada tramo estaría compuesto por 2 mosaicos verticales y 1 horizontal que sirve de separación con el siguiente tramo. Cada tramo se diferencia del anterior por su altura, desde la calle José Román a la de Sevilla hay 14 grandes peldaños, pequeños de altura, pero amplios de extensión, que sirven para salvar el desnivel de la calle. Los tradicionales escalones sólo los encontramos al inicio y culminación de la calle, en los dos sentidos de la marcha.

Tema geométrico en el mosaico nº 4 (calle Rocha). Tema geométrico en el mosaico nº 4 (calle Rocha).

Tema geométrico en el mosaico nº 4 (calle Rocha).

Cuando nombramos estos mosaicos lo hacemos partiendo de la calle Sevilla, si lo hiciéramos desde la calle José Román la nomenclatura sería la contraria. Básicamente los 9 primeros mosaicos y el nº 12 son de carácter geométrico. En unos los fondos son en negro mientras los dibujos y perfiles de cada figura lo son en blanco y en otros la composición es al contrario. Cuadrados, círculos y coronas circulares son las figuras predominantes. No cabe duda que representan el triunfo de la geometría. Sin embargo, los mosaicos números 10, 11 y 13 representan el triunfo de la figuración. No podemos destacar cada uno de los mosaicos, quedémonos por ejemplo con los figurativos.

Si tomamos como ejemplo el mosaico nº 10, vemos que está representado por 2 rosas abiertas y contrapuestas, es decir una mira hacia la base de la calle mientras la otra hacia la subida, pero ambas están enlazadas en la base de sus tallos. Las rosas se representan mediante guijarros blancos y tanto sus líneas interiores como exteriores lo son en negro, por lo que claramente estas figuras se corresponden con el mosaico que los romanos denominarían de tipo opus vermiculatum. Las rosas, en el eje del mosaico, se insertan sobre una base rectangular en negro, mientras que el perfil del rectángulo lo hace en blanco.

El mosaico nº 11 representa sobre un fondo blanco, en exclusiva, un amplio y centrado jarrón de 2 asas en negro, del que surge un tronco vertical con 8 hojas simétricas, mientras en la panza del jarrón hay varios pequeños dibujos en blanco que, de lejos, nos recuerdan una cabeza humana sonriente.

El mosaico nº 13 contiene 3 figuras: 2 mariposas con sus alas abiertas y mirando ambas hacia una flor abierta de girasol de 17 pétalos en el centro. Las figuras de nuevo se representan en blanco con sus líneas interiores y borde en negro, al igual que el fondo del rectángulo, mientras que los perfiles del rectángulo lo son en blanco.

El mosaico nº 14 tiene en su centro, con letras en negro y fondo blanco, en letras capitales la fecha que lo data: AÑO 1960 y sobre él a modo de coronamiento una especie de concha de la que se resaltan sus curvaturas fingidas en sentido radial, en alternancia de blanco y negro de nuevo sobre fondo blanco. Junto al monumento que corona este eje se encuentran dos zonas que recuerdan los meandros de un río en blanco sobre fondo negro. 

Este eje musivario de la calle estaba coronado en su tiempo por una esbelta fuente de hierro que hoy se encuentra en el parque de María Cristina y que fue sustituida por la seudo pila bautismal, una moderna imitación románica, que hoy ocupa su lugar.

Los parterres laterales de que acompañan a este eje musivario actúan como marcos vegetales de esta calle singular. Las tres calles podríamos calificarlas como calles peatonales con jardín.

Parecida, aunque con bastante menos empaque, es la calle Ruiz Tagle. En el eje de la base de la calle Sevilla se combinan 4 motivos florales y un cuadrado en posición de rombo en blanco sobre fondo negro entorno a un parterre central en forma de estrella de 6 puntas, en cuyo centro hoy luce un gran jarrón que sirve de sustento a las plantas que lo adornan.

Tras él formando el eje de la calle, hasta enlazar con la calle José Román, hay una sucesión rítmica de jardineras rectangulares y circulares. De nuevo los setos y los naranjos se convierten en los elementos vegetales preponderantes. A cada lado de los parterres, en trama continua sólo se va a desarrollar un mosaico de guijarros, semejando una corriente de meandros fluviales en blanco sobre fondo en negro, muy en la línea de los que nos encontramos en la cabecera del eje de la calle Rocha junto a la calle José Román.

Estos cuadros de mosaicos recuerdan los tapices populares que se hacían, y aún se siguen haciendo, sobre las calles de nuestras ciudades para que el día del Corpus Cristi, por ejemplo, pise esos tapices artísticos de flores el paso de la Custodia. Este tipo de arte efímero se confeccionaba también aquí, pero el tiempo lo alejó definitivamente. Hoy se continúa haciendo este tipo de arte florar efímero, por ejemplo, en Sanlúcar de Barrameda para festejar la salida procesional de la virgen del Cobre, el día de la patrona el 15 de agosto.

Estas calles amén de recordarnos los mosaicos de guijarros blanquinegros del mundo clásico, también nos podrían rememorar las más cercanas calçadas (aceras) artísticas portuguesas, en las que los dibujos de ellas se llevan a cabo en negro sobre fondo blanco.

El mosaico de guijarros tiene su origen en el lithostrotos (suelo preparado con piedras) griego, pero su triunfo llegará en Roma con el mosaico de teselas. El origen del mosaico se remonta al mundo mesopotámico, pero su desarrollo se generalizará en el período helenístico, que es el que va a influir directamente sobre el romano, el responsable directo de que esta obra de las musas, que es lo que significa mosaico, se haya hecho posible en la península ibérica.

Cada época crea patrimonio, sea de la entidad que sea y éste es el caso de nuestras calles peatonales-jardín del barrio de San Isidro/Matagorda.

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