Algeciras, a partir de los años cincuenta experimentará un gran crecimiento tanto en sus aspectos demográficos como económicos y urbanísticos. Este aumento de población hará necesaria la construcción de nuevas iglesias para atender a una potencial feligresía que se extiende por las nuevas barriadas que van surgiendo.

De tal manera que comienzan a erigirse varias parroquias en las barriadas de La Bajadilla, La Piñera, Pescadores, La Granja, El Rinconcillo, Los Pastores y la Cuesta del Rayo, en los años sesenta. Conforme la población crece, siguen erigiéndose nuevos templos en las tres siguientes décadas, en otras modernas barriadas, como La Reconquista, El Saladillo, Las Colinas, San José Artesano, San García y Cortijo de Vides.

Todos estos edificios tienen en común la escasísima imaginería, salvo la imagen de la Virgen y el Crucificado que preside el presbiterio, como era preceptivo según las nuevas normas del Concilio Vaticano II, bastante iconoclasta. La sencillez de líneas arquitectónicas y la carencia de elementos decorativos destacados, así como la poca altura de sus puertas; las procesiones, a partir de finales de los sesenta se hallaban en franca decadencia, de tal manera que al no salir pasos, no eran necesarias grandes puertas.

Parroquia de Sta. María Micaela, en la Bajadilla

Todas carecen de crucero y su planta suele ser rectangular, aunque hay alguna excepción. También son muy poco frecuentes las torres campanarios, solo tres iglesias las construirán: Ntra. Sra. del Carmen, Sta. María Micaela y María Auxiliadora. Con el transcurrir de los años y la recuperación de las procesiones de Semana Santa, y, en cierta manera, de los modelos tridentinos en la Iglesia, algunas de esas parroquias han reformado su primitivo estilo arquitectónico con la adición de elementos más decorativos en altares y capillas, a la vez de con un mayor número de imágenes sagradas o la apertura de grandes puertas para las salidas procesionales de las imágenes que en ellas se veneran.

La iglesia de Sta. María Micaela, en la barriada de Bajadilla será una de las primeras en construirse en los años 60 del siglo pasado, erigida como parroquia en 1959. Se halla enclavada en la plazuela de España. En ella destaca sobre todo su esbelta torre campanario en su esquina derecha, con una gran moldura en forma de cruz en su cara principal y otras en forma de rectángulos en sus caras laterales. Las escaleras conducen a la entrada principal, cuya puerta casi nunca se abre, ya que se accede a su interior por una puerta lateral situada en la fachada de la calle Gerona.

Junto con las parroquias de Ntra. Sra. Del Carmen y de María Auxiliadora, San Isidro es la tercera que cuenta con torre campanario dentro de las modernas edificaciones. Su interior presenta una amplia nave rectangular, en cuyo extremo derecho discurren unas arcadas con arcos escarzanos que dan paso a la capilla del sagrario. Molduras de escaso relieve decoran los vanos de sus ventanas a ambos lados de los paramentos de esta nave central, cuyo techo está segmentado por varios arcos fajones de tipo escarzano. Un gran arco del mismo estilo, a modo de arco toral, da paso al presbiterio, cuyo testero, de gran altura y pintado con varias franjas de diversas tonalidades de azul, está presidido por la imagen de Cristo crucificado.

Durante el mes de mayo, en honor de la Virgen de Fátima, su imagen es traída desde su santuario de la "capelina" hasta esta iglesia y es colocada en dicho presbiterio. Esta excelente imagen es obra del imaginero algecireño Carlos Gómez de Avellaneda Martín, que la talló en madera de cedro y policromó a principios de los años 60 del pasado siglo.

La sensación al entrar en este templo es de gran vaciedad y se percibe demasiado desangelado, a pesar de que con el paso de los años se han agregado más imágenes religiosas. Es la típica iglesia postconciliar de los años sesenta del siglo XX.

La iglesia, más bien, capilla, de San Pedro y San Francisco Javier se encuentra en la barriada de Pescadores, erigida como parroquia en 1959. En ella destaca su fachada, de ladrillo visto, con una portada de arco ojival, que avanza en forma poliédrica con respecto del resto del paramento. En el presbiterio se halla la consabida imagen de Jesús crucificado orlada por una gruesa moldura de sección escalonada cerrada en forma de arco de medio punto.

Parroquia de San Pedro y San Francisco Javier, barriada de Pescadores

Su techo es plano y se apoya en gruesos pilares adosados a sus muros laterales. En su ala derecha se abren pequeñas capillas enmarcadas con arcos de medio punto, con una hornacina en forma de venera en la central, donde se venera la pequeña imagen de Ntra. Sra. del Carmen. En la pared opuesta se abren dos vidrieras muy alargadas, con vidrios de colores y arco de medio punto.

La tercera parroquia erigida en el mismo año es la de San Agustín, de la barriada de Los Pastores, junto a la N 340, en la que destaca su sencillez arquitectónica. Su fachada muestra una portada con arco ojival en un paramento pintado de blanco. Es de medianas proporciones y su interior consta de una sola nave rectangular cubierta con un techo generado por un arco escarzano.

En sus paredes laterales se abren varias ventanas con arcos triangulares, decorados con vidrios coloreados. El testero de su presbiterio está presidido por la imagen de Cristo crucificado sobre un gran panel construido con ladrillo visto, que cubre todo el centro de dicho testero.

Parroquia de San Agustín, barriada de Los Pastores

Otra parroquia de la misma época es la de San Miguel Arcángel, de la barriada de la Granja, se halla en una elevación del terreno cercana a la autovía a Málaga. Es de medianas dimensiones y su planta también es rectangular. Su portada, a la cual se accede por una escalinata, luce una gran cruz de mampostería que da paso a una especie de pequeño atrio. Su interior consta de una sola nave; en la parte superior de sus paredes laterales se abren ventanas rectangulares con vidrios de colores, que proporcionan luminosidad al interior; se cubre por una techumbre plana.

Su presbiterio está presidido por la imagen de Jesús crucificado sobre un paramento revestido de losas de mármol color ocre y orlado por una moldura. A ambos lados se encuentran dos hornacinas sobre las que reposan sendas imágenes sagradas. A los pies del templo hay una repisa con la imagen de la Virgen del Carmen.

Parroquia de San Miguel Arcángel, Barriada de la Granja

Hace ya varios años esta parroquia acogió las sagradas imágenes de la cofradía de la Sagrada Mortaja: Cristo de la Caridad y Ntra. Sra. de la Piedad, cuyo autor es Miguel Ángel Valverde, las cuales se encontraban antes en la capilla de San José del antiguo asilo y que ahora se encuentran en la parroquia de San Antonio de Padua.

Otra de las iglesias de principio de los años sesenta, muy sencilla en su forma, es la parroquia de Ntra. Sra. de los Milagros, en la barriada de El Rinconcillo. Se encuentra junto al colegio del mismo nombre. Consta de una sola nave de planta rectangular, de cierta amplitud. Sobre la fachada frontal se levanta un copete en forma escalonada, con un hueco para la campana.

Está cubierta por un techo plano y en sus paredes laterales se abren varias ventanas con arcos ojivales. En el testero de su altar mayor se hallan dos paneles de azulejos vidriados, orlados por sendas molduras terminadas en arco de medio punto a cada lado de la imagen de Cristo crucificado, que preside su centro. La de la derecha representa la imagen de Nuestra Señora de los Milagros, bajo cuya advocación está erigido el templo, y la de la izquierda, la de San Juan de Mata, fundador de la orden trinitaria, que rige esta parroquia. 

Parroquia de Ntra. Señora de Los Milagros, barriada de El Rinconcillo

A cada lado del presbiterio hay unas repisas, adornadas con molduras que se cierran en un arco de medio punto también, sobre las cuales descansan sendas imágenes sagradas, una de ellas la de la Virgen del Carmen. Sobre el dintel de la entrada principal podemos observar una pintura que representa la Última Cena. Atesora este templo una obra singular: la copia del Bautismo de Cristo, de Paolo Caliari, "El Veronés" (1528-1582) realizada por el artista algecireño Luis Guinea Escudero.