Algeciras

El obispo de Málaga pide reflexión a las dos hermandades del Corpus

  • Antonio Dorado Soto preside el acto inaugural de la celebración de las bodas de plata de la cofradía de Jesús en la Oración del Huerto y de la hermandad del Rocío, cuyo Simpecado estrena nuevo altar

El obispo de la Diócesis de Málaga, Antonio Dorado Soto, invitó ayer en la parroquia del Corpus Christi a la cofradía de de Nuestro Padre Jesús en la Oración del Huerto y Nuestra Señora del Buen Fin y a la hermandad del Rocío a que reflexionen en el año en el que cumplen sus bodas de plata. Fue ayer cuando ambas cofradías, una de penitencia y la otra de gloria, comenzaron a celebrar los actos conmemorativos del XXV aniversario de su constitución, que se prolongarán hasta el próximo mes de marzo.

La eucaristía estuvo presidida por Dorado Soto porque fue él, cuando era prelado de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, el que erigió canónicamente a la hermandad del Rocío el 3 de diciembre de 1984. La jornada inaugural de ayer sirvió también para bendecir el nuevo altar del Simpecado de la hermandad algecireña.

El obispo recordó que hace 25 años un grupo de personas quiso participar en la vida de la iglesia más allá de los domingos. Fue el germen de la creación de ambas hermandades. Creyó que era el momento de echar la vista atrás para mirar adelante. "Hay que revisar lo que no ha funcionado y reorientar para saber cómo hay que situarse en la iglesia, cómo situarnos para ser buenos cristianos y ser una parroquia viva".

Consideró que la revisión durante el año había de ser crítica. "No es sólo contar las glorias. Hay que reflexionar y ver la palabra de Dios para ver qué nos pide. Es importante en las cofradías que la gente vea que somos felices, a pesar de las dificultades. Es la felicidad de ser cristianos". Recordó que el gran bienhechor de la sociedad es Jesucristo, a pesar de que dijo que hay dificultades para reconocerlo. "La tendencia es una sociedad sin Dios".

Sostuvo que los cofrades tienen que ir al encuentro de Dios, buscarlo en su palabra, en la Biblia. "Para el cofrade la palabra de Dios tiene que ser su libro de cabecera. Hay que estar atento a la llegada de Dios. Deseo que en este año jubilar seáis mejores cofrades, es decir, más enamorados de Jesucrito y de la Iglesia".

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