Un neumático sin aire y que no se pincha, la revolución del mundo del motor
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Michelin ya ha puesto a prueba su neumático UPTIS que se pondrá a la venta en 2024 y que no tiene aire ni se pinchará jamás
Pensar en un neumático sin aire y que no se pincha puede parecer ciencia ficción, pero Michelin lleva años desarrollándolo. Esta rueda ultrarresistente no necesite inflarse, nunca se pincha y soporta todos los golpes, de ahí que sea más duradera que un neumático tradicional, no en vano lleva 16 años en desarrollo.
El fabricante de neumáticos lleva trabajando en este proyecto desde 2005 y, tras más de una década de trabajo, está más cerca de hacerlo realidad: la compañía francesa ha probado este tipo de neumáticos antipinchazos en un vehículo eléctrico. La empresa quiere fabricar neumáticos sin aire, recargables, conectados y más sostenibles para coches de pasajeros.
En colaboración con General Motors, el Unique Punctureproof TIre System (UPTIS) se ha convertido en el neumático sin aire que, gracias a su diseño único, no necesita inflarse y tampoco se pincha nunca. UPTIS combina una rueda de aluminio y tiene una estructura de carga flexible que está hecha de plástico reforzado con fibra de vidrio. Los dos fabricantes están negociando con las autoridades su aprobación para comenzar a venderlo en 2024.
Cómo es esta rueda de coche revolucionaria
Presentada en el salón del automóvil de Munich y aunque su fabricación requiere más recursos que la de los neumáticos convencionales, el UPTIS también podría utilizarse más de una vez añadiendo una nueva banda de rodadura a la base del neumático cuando la original se haya desgastado, limitando así su huella de carbono global.
El neumático no funciona como uno tradicional puesto que no hay cámara de aire interna ni, obviamente, nivel de presión. La arquitectura interna ofrece el mismo confort que una rueda tradicional, pero la diferencia es que no requiere de ningún mantenimiento. Michelin también asegura que soporta los impactos mucho mejor que un neumático tradicional, lo que evitará las explosiones.
Por otro lado, tampoco añade resistencia en la conducción y, en teoría, es mejor para evitar el aquaplanning, el temido efecto de derrape al frenar sobre pavimentos mojados. Todavía no se conoce el rango de precios de estos neumáticos, pero seguro que cuando lleguen al mercado en 2024 serán todo un éxito. Por el momento, habrá que seguir comprando los diferentes neumáticos que ofrece Michelin en sitios como por ejemplo 1001Neumáticos, un sitio fiable para comparar precios y conseguir la mejor calidad en cualquier momento y desde cualquier lugar.
Apuesta sostenible y mayor ahorro para el consumidor
Esta nueva rueda no solo conlleva un importante ahorro para el consumidor final, puesto que, al ser más duradera y resistente, no habrá que cambiarla tan a menudo; sino que también supone una apuesta sostenible de cara a proteger el medioambiente. En primer lugar, esta propuesta acabaría con los más de 200 millones de neumáticos que acaban en vertederos cada año debido a pinchazos irreparables. En segundo lugar, al ser más duraderas se necesitará fabricar menor cantidad, con lo que se generará menor huella de CO2, algo muy significativo.
En este sentido, hay que tener presente que la huella de carbono sirve para medir los gases que contribuyen al efecto invernadero y al cambio climático, con la multitud de consecuencias negativas que ello implica. Algunas de estas son los cambios en los ecosistemas, fenómenos meteorológicos extremos, migraciones masivas, extinción de especies, acidificación y subida del nivel del mar, etc.
Los neumáticos figuran entre los contaminantes plásticos más habituales del planeta. Un estudio de 2017 de Pieter Jan Kole de la Universidad Abierta de los Países Bajos y publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health estimaba que “los neumáticos representan hasta un 10 por ciento del total de microplásticos presentes en los mares del mundo”.
Hoy en día, los neumáticos constan de casi un 19 por ciento de caucho natural y un 24 por ciento de caucho sintético, que es un polímero plástico. El resto de la composición es metal y otros materiales. La producción de neumáticos aún tiene grandes consecuencias medioambientales, como la deforestación continua, el empleo de combustibles fósiles perjudiciales en la fabricación de cauchos sintéticos o el proceso de ensamblaje. La fabricación de neumáticos modernos gasta en torno a 32 litros de petróleo, mientras que los neumáticos de los camiones consumen 100 litros.
Pero lo que queda cada vez más claro es que, conforme el caucho se desgasta, se desprenden pequeños polímeros plásticos de los neumáticos que suelen acabar como contaminantes en los mares y otros cursos de agua. Los neumáticos ocupan un lugar importante en términos de contribución al problema de los microplásticos, por lo tanto, si con esta nueva rueda de Michelin se consigue fabricar menor cantidad de ellos, tanto mejor para el planeta y para todos sus habitantes humanos y no humanos.
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