La maestra de educación infantil algecireña Palma García Hormigo ha sido seleccionada para el Global Teacher Award 2019, que tendrá lugar en septiembre en la capital india de Nueva Delhi. Con ella acudirán maestros de 70 países que, para entrar en un proceso de selección basado en méritos previos, han tenido que ser anteriormente nominados por cinco maestros dispuestos a referir sus capacidades como educadores.

Maestra bilingüe en el colegio Puertoblanco desde hace 27 años, Palma lleva buena parte de su trayectoria explorando caminos alternativos para cautivar a los niños en un aprendizaje que, para ellos, no sea más que un juego. Así, es de las pocas expertas universitarias de STEAM en España, una disciplina que combina ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas. Con su experiencia como pedagoga, la docente ha sabido casar estos ámbitos con la enseñanza para dar fruto a proyectos que han sido reconocidos a nivel nacional y europeo.

Parte de la formación de la maestra proviene también de su actividad en el marco de Diverciencia, un proyecto local que tiene por objeto divulgar el conocimiento por medio de iniciativas educativas. "A través de Diverciencia, Ana Villaescusa, su presidenta, nos orienta proponiéndonos cursos dentro y fuera de España", explica. Así, en 2017 fue nombrada representante del programa de desarrollo e innovación Scientix, financiado por la Unión Europea y coordinado por la red European Schoolnet.

Desde entonces, el trabajo de Palma comenzó a cobrar una mayor proyección internacional. El año pasado, el proyecto conjunto de Ana Villaescusa y la maestra de Puertoblanco, titulado 20.000 Leagues Under the Sea, recibió una mención de honor en el Open Science Cambre, y otra en Ciencia en Acción, un concurso internacional de ciencia celebrado en Viladecans (Barcelona). Ha sido, además, ponente en el Primer Congreso Iberoamericano de Docentes (2018) y en las Jornadas Educativas de CaixaForum Sevilla.

Ahora, haber sido seleccionada para acudir al Global Teacher Award produce en ella una "grandísima ilusión". El premio, que celebrará después del verano su segunda edición, aspira a "rendir homenaje y recompensa a educadores sobresalientes por su eminente y efectiva enseñanza, su liderazgo, su compromiso con la comunidad y su potencial para seguir entregando beneficios al desarrollo de sus programas educativos", según indica AKS, la entidad organizadora, en su página web.

Palma asegura hacer todo esto por amor a su profesión. Entre sus misiones está "contribuir a dar visibilidad a las niñas en la ciencia, y que ellas mismas no vean límites a la hora de desarrollar un razonamiento científico". La maestra sigue emocionándose cuando sus exalumnas le dicen que fue para ellas un referente. Pero ella, sin más ambición que la de enseñar, solo trata de que los niños vean en la ciencia algo "manipulativo, lúdico e interactivo".