Historias de Algeciras

Algeciras, entre los liberales de Cádiz y el Comandante General

  • El consejo algecireño, además de sufrir presiones a través del Jefe Político liberal, debía atender la autoridad militar que continuaba ostentando el Gobernador del Campo

El fondeadero local aún no podía acogerse a su condición de habilitado.

El fondeadero local aún no podía acogerse a su condición de habilitado.

Al mismo tiempo que las autoridades locales de nuestra ciudad intentan imponer la habilitación del puerto otorgada por las Cortes, nuestro representante ante las instituciones liberales gaditanas Joaquín Abreu propone: “Que para adornar el salón de sesiones […] se mande colocar en su testero un retrato de la diosa Ceres, pues siendo la institución de estas Corporaciones promover el adelanto de la industria, agricultura y comercio, para que reine la abundancia es la deidad cuyos atributos tienen más analogía á tal objeto”. La proposición fue admitida: “Y se acordó adornar el testero […] conforme al pensamiento del Sr. vocal proponente”. Se ha de suponer que para tal colocación habría que “descolocar” otro retrato que simbolizara el régimen anterior. Mientras los retratos y los políticos cambiaban, para los ciudadanos sus problemas se mantenían en el tiempo.

Mientras Ceres ocupaba su destacado puesto, los algecireños con la esperanza de solventar sus problemas burocráticos insisten en registrar sus escritos peticionarios: “Instancia de Don Ramón Lagares, vecino de Algeciras, de fecha 30 de noviembre en que recuerda una solicitud, que dice fue remitida á informe de este Ayuntamiento, sobre rebaja del arriendo del arbitrio municipal de tripería y matadero; y se acordó librar orden de este Ayuntamiento, previniéndole el breve despacho de este asunto”.

En otro orden de asuntos, el consistorio algecireño preocupado por la violación del orden público en su termino se dirige a instancias superiores por escrito, expresando: “Oficio del Ayuntamiento de Algeciras de 29 de Noviembre, consultando varias dudas que le ocurren, sobre la organización de la Milicia Nacional pidiendo se le faciliten fusiles y fornituras (correaje y cartucheras)”. Posteriormente el consistorio recibiría el siguiente oficio: “Se acuerda contestar á dicho Ayuntamiento que en cuanto el armamento que ha pedido el Excmo. Sr. Gefe Político de la Provincia le sea remitido, dispondrá lo conveniente. Es indudable que la Compañía de Voluntarios debe permanecer independiente en el estado de organización y fuerza que tengan, conforme al artículo trece del Reglamento de Milicia Nacional”.

Entre las instituciones seguían antiguos “usos y con costumbres” pese al cambio de sistema

El consejo algecireño, además de sufrir las presiones de las autoridades liberales capitalinas, a través del Jefe Político del Partido de Algeciras, también debía atender la autoridad militar que seguía ostentando el Gobernador del Campo, como así lo demuestra el siguiente documento, y que esta alta autoridad remite al consistorio local: “En vista de un oficio de 22 de Noviembre del Sr. Comandante General del Campo, y de una instancia que acompaña Don Manuel Álvarez, sargento retirado vecino de Algeciras, en queja de no dársele posesión de unas tierras que dice le fueron repartidas, se remite al Ayuntamiento para que disponga lo conveniente sobre dicha queja e informe sin dilación lo que hubiere obrado á virtud de lo que manifiesta el interesado al haber presente al mismo Ayuntamiento con anterioridad en 8 de Octubre”. El asunto no resulta baladí, pues documentalmente se demuestra la competencia del orden militar sobre el civil, exigiéndole el estamento primero al segundo que actúe en consecuencia sobre “dicha queja”. En definitiva, se mantienen pese a la liberalidad del cambio de sistema, antiguos “usos y costumbres” entre las instituciones.

Otro viejo asunto que había enfrentado a las dos facciones –liberales y absolutistas–, en el cercano pasado, vuelve a la actualidad por aquellos días: “En vista del oficio de 24 de Noviembre del Ayuntamiento de Algeciras –liberal– dando cuenta de que el Juez de primera instancia Pedro Barte –absolutista– mantiene detenida la correspondencia en el Correo, y recordando la consulta que hizo en 23 de Octubre sobre la ocurrencia sobre el mismo Juez por la inteligencia que dio á la R. O. de 5 de Septiembre; se acuerda estar a la resulta de la sesión de 30 de Noviembre y número 23”.

Extracto oficio plazas de procuradores en Algeciras. Extracto oficio plazas de procuradores en Algeciras.

Extracto oficio plazas de procuradores en Algeciras.

También en el apartado de quejas administrativas, otro tema que resulta cuestionado es el de la plaza de procuradores, de la cual se hizo mención en capítulos anteriores: “Don Francisco Adali Tortolero, en queja del nombramiento de Procuradores que ha hecho el Juez de primera instancia de este partido”. El oficio remitido a las instancias superiores de la provincia es devuelto al Jefe del Partido con residencia en nuestra ciudad, que a su vez lo remite al consistorio local con fecha 27 de noviembre con la coletilla administrativa de “Remisión al Ayuntamiento de Algeciras”. La cobarde decisión promoverá un nuevo desencuentro entre liberales y absolutistas locales.

En relación a este controvertido asunto de las plaza de procuradores, el consistorio local, a petición de las instancias gaditanas, elabora el siguiente documento: “Ayuntamiento de Algeciras remite siete oficios que son los informes que se le han pedido sobre las solicitudes á plazas de Procuradores hechas por Dn Juan de Dios Puche, Dn José María Ortiz, Dn Antonio Blanco, Dn Lorenzo Arata, Dn Manuel Delgado, Dn Manuel Ruiz y Dn Diego Carrasco, y manifiesta el mismo Ayuntamiento que los expedientes originales los ha pasado al Juez de primera instancia para su informe […], se acordó que devueltos pasen a la Comisión de Justicia”. Posteriormente, el Ayuntamiento envía un oficio aparte para agregarlo al anterior haciendo constar: “Remisión de instancia por Ayuntamiento de Algeciras de Dn Francisco Romero que solicita una plaza de Procurador”. Lo mismo aconteció con: “Francisco Gómez y Segura, Manuel Delgado y José Casas de Ocaña”. Sobre este último con la siguiente reseña: “Recordando su solicitud sobre el reintegro de las dietas que devengó en el tiempo de su comisión en la población de Los Barrios”.

La comarca se conformaba con el servicio de correos de doce años atrás

En el particular desencuentro político entre liberales y absolutista locales, las autoridades de la provincia dictaminan sobre este asunto: “La solicitud de Dn Juan Barte, Juez de primera instancia de la Ciudad de Algeciras, para que se le paguen los sueldos que tiene devengados”. El Ayuntamiento algecireño, sobre este particular había manifestado: “Estar conforme en verificarlo cuando tenga fondos de que ahora carece, se le prevenga, procure realizar el pago á la mayor brevedad posible”.

En otro orden de asuntos y tan importante como el abastecimiento de alimentos a la ciudad, el cabildo algecireño recibe la siguiente petición: “Que con fecha de 8 de Octubre y número 48, según instancia presentada por José María de Castro, relativa á que se le conceda una moratoria de 5 años para satisfacer la cantidad de trigo que adeuda al Pósito”.

En el siempre controvertido tema religioso, la observancia de las ordenanzas de una hermandad religiosa jerezana por parte de los liberales produce el siguiente efecto administrativo y político: “El gobierno dictaminó Orden que trasladó al Excmo. Sr. Gefe Político de la Provincia en oficio del 21 del mes en curso […] sobre aprobación de las ordenanzas de las hermandades religiosas, y conformándose con el dictamen que sobre ello ha presentado la Comisión de Secretaría, acordó se informe que en concepto de esta Corporación no deben aprobarse tales ordenanzas porque lejos de inclinar el ánimo de los fieles á el buen camino, las exterioridades en que se ocupan redundan en desdoro de Nuestra Santa Religión que sobre todo pide corazones, debiendo ocuparse los hermanos en hacer obras de misericordia allá en lo escondido de sus Casas; y dejarse de espectáculos que solo sirven para mantener la superstición que tanto interesa al Estado destruido”.

Volviendo a la violencia reinante en toda la región, el Jefe Político del Partido algecireño recibe de su superior, el Jefe Político de la Provincia, los siguientes escritos: “Oficio de la Diputación Provincial de Jaén, de fecha 19 de Noviembre último […], para que le informe del pedido que aquella hace de armamento para el servicio de Infantería y Caballería de la Milicia Nacional”. Pocos días atrás, como se ha recogido anteriormente, fue solicitada por el Ayuntamiento de Algeciras, la misma ayuda que Jaén reclamaba para sí.

Siguiendo con las demandas, ahora económicas, las autoridades granadinas reclamaban a los Partidos de la provincia, y por ende al de Algeciras: “Pago de deuda para la Compañía de Escopeteros Voluntarios de Andalucía”.

De vueltas con las reclamaciones, pero esta vez de carácter personal, un vecino de Algeciras presenta ante el registro municipal el siguiente escrito: “Ramón Lagares, vecino de esta […], se queja de habérsele faltado á una parte de lo contratado en la subasta y remate que recayó á su favor de la renta de tripería”.

Dejando atrás y a la espera de respuesta al algecireño Lagares, en su reclamación sobre la subasta de casquería, el representante del Partido de Algeciras ante las instancias provinciales, aportó el siguiente dato histórico sobre el correo: “El Sr. vocal Dn Joaquín Abreu hizo presente en ese acto que antes que los enemigos (franceses) hubiesen sitiado la capital, había establecido correspondencia oficial entre Cádiz y el Campo de Gibraltar dos veces en la semana, y que después de retirados los franceses, quedando evacuadas las Andalucías, se estableció un solo correo semanal único que permanece hasta la fecha, sufriendo el público un notable daño lo mismo que el servicio nacional por esta mezquina circulación, mayormente en el día que está habilitado el Puerto de Algeciras; que por lo tanto no podía prescindir de exponerlo, para que se trate del remedio”.

Afortunadamente, una vez conseguida la colocación del retrato de la diosa Ceres, el diputado y vocal representante del distrito algecireño, Abreu, vuelve a afrontar los problemas de sus representados y reclama: “Al Sr. Gefe Político se sirva solicitar del Gobierno, mande restablecer la correspondencia con el Campo de Gibraltar, en el pie y estado en el que se hallara antes de la invasión de los franceses […], se acuerda se oficie á S. E. á los fines y objeto que propone”. Es decir, en aquellos primeros meses de renovación política, la comarca no exige un servicio de correos –u otros– acorde con los nuevos tiempos; simplemente se conformaba con recuperar el existente doce años atrás y coincidente con la invasión francesa. En definitiva, mucho quedaba pendiente en hacer por los representantes del nuevo orden en servicios tan básicos e importantes para una sociedad moderna, como el asegurar la necesaria comunicación privada e institucional de la comarca con el resto las poblaciones del nuevo Estado liberal.

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