Algeciras se moviliza por la libertad de Betty Lachgar, activista feminista encarcelada en Marruecos
La concentración, convocada por la plataforma La Fuerza de las Mujeres, se celebrará el 27 de agosto frente al Consulado de Marruecos coincidiendo con la vista judicial que decidirá su futuro
Algeciras será una de las ciudades españolas que el próximo miércoles 27 de agosto acoja movilizaciones para reclamar la puesta en libertad de la activista marroquí Ibtissam “Betty” Lachgar, defensora de los derechos humanos y del colectivo LGTBIQ+. La protesta se celebrará a partir de las 11.00 frente al Consulado de Marruecos, situado en la avenida Villanueva, dentro de una convocatoria nacional impulsada por la plataforma feminista La Fuerza de las Mujeres.
Lachgar, de 50 años, permanece en prisión en Rabat desde el pasado 10 de agosto, tras ser denunciada por un miembro de los Hermanos Musulmanes y acusada de blasfemia. El origen del proceso judicial se remonta a la publicación en redes sociales de una fotografía en la que lucía una camiseta con el lema “Alá es lesbiana”. Su arresto, ordenado por la Fiscalía marroquí, se produjo en Casablanca y desde entonces permanece incomunicada a la espera de juicio.
La protesta en Algeciras coincide con la fecha en la que el tribunal marroquí celebrará la vista judicial para decidir si Lachgar es liberada o si se enfrenta a una condena que podría oscilar entre seis meses y diez años de prisión, en aplicación del artículo 262 del Código Penal marroquí. La plataforma convocante denuncia que se trata de un “proceso político y misógino” que pretende silenciar a las mujeres que luchan por la igualdad en Marruecos y en otros países del Magreb.
El caso de Betty Lachgar ha desatado una fuerte polémica en la sociedad marroquí, reflejando la tensión entre los sectores conservadores y religiosos, que exigen su condena por insultar al islam, y quienes defienden su libertad de conciencia y de expresión. Fundadora del Movimiento Alternativo para las Libertades Individuales, la activista ha sido en otras ocasiones protagonista de campañas públicas que cuestionan los límites de la moral tradicional, como el beso colectivo organizado en 2013 para protestar contra la represión de la diversidad sexual.
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