La lenta agonía del Asilo de San José 15 años después de su cierre
El emblemático edificio, clausurado en noviembre de 2010 por motivos de seguridad, se mantiene en pie a duras penas a la espera de un proyecto de rehabilitación que no termina de cristalizar
El edificio del antiguo Asilo de San José de Algeciras cerraba sus puertas hace ahora 15 años, marcando el inicio de una larga batalla por su futuro en una ciudad que ha visto desaparecer buena parte de su patrimonio histórico. Lo que comenzó como una clausura temporal por razones de seguridad se ha convertido en una herida abierta en el centro de la ciudad, donde hoy sigue en pie a duras penas un edificio que fue un referente arquitectónico y social de la localidad y que aún tiene un futuro incierto.
La clausura del único edificio neogótico de la ciudad tuvo lugar a primeros de noviembre de 2010. Los técnicos municipales constataron que el edificio no reunía las condiciones mínimas de habitabilidad y el Ayuntamiento cerró sus puertas por razones de seguridad. Gabriel Orihuela, concejal de Patrimonio en aquella época con el PSOE, confirmó esta decisión explicando que el deterioro estructural del edificio había hecho inevitable la actuación.
El cierre afectó directamente a dos entidades que mantenían su sede en el interior: la Tertulia Cofrade La Levantá y la Asociación de Belenistas de Algeciras. Orihuela subrayó en ese momento que nunca se contempló la demolición de la capilla y destacó que el objetivo era detener su deterioro y que cualquier obra futura giraría en torno a ella.
Por aquellos días, el Partido Popular -entonces en la oposición- denunció que la política del gobierno municipal parecía buscar la ruina del edificio. Los populares alertaron sobre el deterioro de elementos patrimoniales valiosos: el preciado retablo con ornamentación gótica, la balconada sobre el altar mayor y las vidrieras de gran acierto artístico. Advirtieron que el agravamiento causado por las filtraciones de agua amenazaba este patrimonio irrecuperable.
La capilla se mantuvo abierta al culto hasta el año 2008, aunque las Hermanitas de los Desamparados ya se habían trasladado al nuevo asilo situado en la barriada de San García. Su capellán fue el padre Sebastián González Araújo, tras haberse jubilado como párroco titular de la iglesia de Nuestra Señora de la Palma. La capilla también fue sede de la Hermandad de la Sagrada Mortaja en sus primeros años de existencia.
Lo que resistió del edificio fueron sus alas laterales, que fueron objeto de una restauración parcial. En una de ellas continúa la sede de la coordinadora Barrio Vivo. En la otra se instaló la Escuela Oficial de Idiomas, después de que previamente albergara la Escuela de Turismo y Trabajo Social. Entre ambas alas, la capilla permanece clausurada, sus vidrieras protegidas pero ocultas, aguardando un futuro que sigue siendo incierto.
Los años siguientes transcurrieron en un aparente letargo administrativo. En agosto de 2016, el alcalde, José Ignacio Landaluce, expresó el deseo municipal de acometer una actuación de envergadura que dotara al inmueble de un uso ciudadano acorde a su valor histórico. Sin embargo, reconoció que una intervención de ese alcance se podría contar en millones de euros, algo que el Ayuntamiento no estaba en posición de afrontar en ese momento.
Las últimas imágenes de su interior que se han podido ver datan de 2021, cuando Víctor Raúl Urbex , especializado en docuentar lugares abandonados, publicó algunas fotografías en sus redes sociales del estado de abandono del edificio.
Proyectos sobre el papel
A partir de 2020, comenzaron a perfilarse distintas iniciativas para rescatar el edificio del olvido. En abril de 2020, el Ayuntamiento y la Universidad de Cádiz avanzaron en un proyecto ambicioso: la conversión del asilo en una residencia universitaria. Con más de 700 estudiantes de fuera de la comarca matriculados en el Campus Bahía de Algeciras, la necesidad era evidente. La empresa Acciona Campus, que gestiona residencias de estudiantes en varias ciudades españolas, mostró interés inicial en el proyecto, aunque las reuniones posteriores no terminaron de cristalizar.
En julio de 2021, el pleno del Ayuntamiento aprobó por unanimidad una moción presentada por Adelante Algeciras que instaba a rehabilitar el edificio y a llevar a cabo una reparación urgente de la capilla. La propuesta también comprometía al Ayuntamiento a modificar el catálogo de edificios a conservar en el Plan General de Ordenación Urbana, ya que el asilo de San José no se encuentra en el Catálogo de Conjunto, Elementos, Sitios y Bienes de Especial Protección del PGOU. Cuatro años después, esa moción sigue sin llevarse a cabo.
A lo largo de 2023, el Ayuntamiento continuó trabajando en distintos proyectos. Landaluce mencionó que el Ayuntamiento llevaba más de seis años de gestiones previas. El proyecto que manejaba el equipo de gobierno consistía en la recuperación de la capilla para su desacralización y conversión en espacio cultural, manteniendo las vidrieras y el altar, de alto valor patrimonial. En las otras dos alas, además de la residencia universitaria, también se había planteado la posibilidad de instalar una a residencia de ancianos.
En 2019, el Ayuntamiento y el Obispado de Cádiz y Ceuta también hablaron de la restauración del retablo y su traslado a la iglesia de La Palma, otro proyecto que también sigue en un cajón.
Un edificio en la Lista Roja
En septiembre de 2019, el Asilo de San José fue incluido en la Lista Roja de Hispania Nostra, la plataforma que vela por el patrimonio en riesgo en España. Los motivos de su inclusión fueron patrimoniales y artísticos: una capilla de estilo único en el Campo de Gibraltar, fruto del intercambio con la comunidad británica local; una construcción más que centenaria, y un interés artístico excepcional en sus vidrieras. La inclusión reflejaba una realidad incómoda: en una ciudad como Algeciras que ha perdido la mayoría de su patrimonio histórico, no podía permitirse seguir perdiendo más de su identidad.
Una historia centenaria
El edificio nace de las aspiraciones de una Algeciras progresista. El Libro de Actas Capitulares del Ayuntamiento recoge que en la sesión del 8 de septiembre de 1905 se aprobó la colocación de la primera piedra del asilo. No fue hasta 1914, sin embargo, cuando comenzó a funcionar bajo la dirección de las Hermanas de los Ancianos Desamparados. El inmueble, ubicado en los altos del Calvario, fue diseñado por William Thomson, el mismo arquitecto que proyectó el emblemático hotel Reina Cristina, dato que habla de la importancia que se le otorgaba a la construcción.
Las religiosas llegaron a trasladarse desde el antiguo hogar de la calle Sol al nuevo edificio, que fue objeto de sucesivas ampliaciones a lo largo del tiempo. En sus últimos años de funcionamiento, la residencia acogía a más de 150 ancianos, consolidándose como un pilar fundamental de la asistencia social algecireña.
Este carácter municipal se formalizó en 1999, cuando el asilo pasó a ser propiedad del Ayuntamiento de Algeciras tras un convenio con la congregación religiosa. En contraprestación, la ciudad cedió a las Hermanas de los Ancianos Desamparados el terreno de San García, donde construyeron un nuevo hogar.
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