Algeciras

La justicia reconoce a los Escalona la propiedad de su histórico molino en Algeciras

  • La Audiencia Provincial de Algeciras considera acreditado que la familia explota la instalación desde 1908

El molino de Escalona.

El molino de Escalona. / Erasmo Fenoy

Corría el año 1908 cuando Blas Escalona Villalba arrendó al ya exalcalde Emilio Santacana un molino situado en el curso alto del río de la Miel, cerca de El Cobre, que había sido construido en 1758 para el presbítero José Rodríguez Pajares, párroco de Los Barrios. Desde entonces, los Escalona han explotado la instalación, que adquirieron a The Andalusia Water Company Limited en 1921. Allí se muele la harina con la que se elabora la mayoría del pan macho que se vende en la provincia de Cádiz. También, la que la propia familia usa en su obrador del Cobre para elaborar los productos que venden en su tienda del mercado, entre otros puntos. Ahora, 101 años después de que este emblemático lugar de Algeciras se ligara definitivamente a esta familia de artesanos del pan, la justicia ha reconocido la propiedad del molino a los Escalona tras un litigio que ha durado varios años.

La Sección de Algeciras de la Audiencia Provincial de Cádiz falló el pasado 26 de julio que Blas Escalona Palenzuela "es el dueño en pleno dominio, con carácter privativo, del conocido como Molino de Escalona". Blas es el nieto de aquel otro Blas que arrendó la instalación a Santacana en 1908 y había presentado un recurso contra la sentencia del Juzgado de Instrucción número 1 de Algeciras que desestimaba la petición de que se le reconociera la propiedad con la oposición del Ayuntamiento de Algeciras.

El falló considera acreditado que los Escalona han ejercido como propietarios del molino desde hace más de un siglo, pese a que en el Registro de la Propiedad de Algeciras figura como dueña todavía The Andalusia Water Company, que a principios del siglo XX se encargó de suministrar de agua a la ciudad e inscribió el lugar el 25 de noviembre de 1921. El 27 de debrero de 1954 se dio cuenta en el Pleno del Ayuntamiento de que la empresa donó la finca a su acalde, Ángel Silva Cernuda, para que pudieran pasar allí los meses de verano los funcionarios municipales más humildes. Sin embargo, no existe documento alguno de aquella cesión y se sabe que los trabajadores del Ayuntamiento nunca llegaron a pasar sus vacaciones allí.La compañía despareció en aquellos años. Además, la Audiencia Provincial resalta que nunca el Consistorio ha realizado acto de dominio alguno sobre el lugar.

Junto al río de la Miel se hace la harina de casi todo el pan macho de la provincia

En cambio, los Escalona aportan una convocatoria para una asamblea de industriales propietarios de molinos maquileros de septiembre de 1952. También, el abono del Impuesto Industrial del año 1961, el pago de la cuota trimestral a la Cámara Oficial de Comercio y las comunicaciones de la Compañía Sevilla de Electricidad desde 1959 a 1995. Otro documento importante es una notificación de la gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Algeciras en la que, el 26 de enero de 2000, requiere a los herederos de Blas Escalon a llevar a cabo las obras necesarias para la conservación de un molino del que le reconoce la propiedad y que está incluido en el Catálogo de Bienes de Especial Protección del Plan General de Ordenación Urbana de Algeciras. También se reconoce la propiedad de molino a los Escalona en una notificación de 1.998 del director del Parque Natural de Los Alcornocales y en el Catálogo de Patrimonio Histórico de Algeciras. La familia aportó además el libro El Cobre, escrito por Molina y Díaz Cote con el patrocinio de la Fundación Municipal de Cultura, los recibos del IBI e incluso un reportaje publicado en Europa Sur.

Según queda acreditado, el 6 de octubre de 1995, el matrimonio formado por Blas Escalona Cruz -hijo de Escalona Villalba- y Dolores Palenzuela Díaz, cedieron el inmueble a Blas Escalona Palenzuela.

Desde hace muchos años, el de Escalona es el único molino que viene funcionando de los muchos que existían en la ciudad, como El Águila y El Trueno, El Papel, San José y Las Cuevas, en Botafuegos. El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) tiene también catalogado el Molino de Escalona. Se trata de una institución científica de investigación y desarrollo adscrita a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

Según acreditó en 2012 la Asociación en Defensa del Patrimonio La Trocha, el 10 de diciembre de 1768 Manuel Morillo Morales adquirió este molino y lo restauró. Anteriormente, había pertenecido al párroco de Los Barrios, quien legó una tercera parte de la propiedad a una Orden religiosa de la Villa a cambio de que se ordenasen misas por el descanso de su alma tras su fallecimiento.

El 27 de febrero de 1840 Francisco de la Peña, administrador de los bienes de Juana Morilla y de Juan Morillo, hijo y otros herederos de Fernando Morillo, padre de este ya difunto, arrendaron a José Guijón el molino por tres años y cinco fanegas de trigo mensual.

El 19 de junio de 1879, Teresa Morales Ruiz inscribió por herencia el molino a nombre de su hijo Manuel Morillo Morales. El 30 de junio de 1879, la mujer acudió al Juzgado para vender el molino en pública subasta por encontrarse en ruina y éste se remató a favor de Juana García Vázquez por 1.000 pesetas.

El 3 de marzo de 1896 Juana García Vázquez, viuda de 65 años de Algeciras, vendió por 3.500 pesetas y una renta vitalicia de 1 peseta diaria a Manuel Domínguez Medina, de 32 años, industrial de Algeciras, el entonces llamado molino Pajares, situado en el monte llamado Huecos del Río, de dos asientos o pasadas de piedras con su casa, fábrica y demás dependencias que tenía para desahogo un pedazo de tierra de una fanega, o sea, 64 hectáreas, 40 centímetros siendo linderos por el norte y sur con el Barranco llamado del Hierro y por el levante y poniente con la Mojea de Comares, propiedad de los Larios de Gibraltar.

Este molino lo había comprado Juana Vázquez a Manuel Morillo y Morales, asistido de su madre Teresa Morales Rey, por ser menor de edad. Juana lo había rematado en subasta pública el 16 de julio de 1879. El molino estaba gravado con una cuarta parte al pago de una misa anual cantada y sermón en la iglesia de Los Barrios el día de la festividad de San Antonio de Padua en manifiesto de su Divina Majestad. Esta carga la impuso el presbítero José Rodríguez Pajares el 10 de diciembre de 1778 sustituyéndola como agregación a la capellanía que fundó María de los Santos Pecino.

El 17 de octubre de 1900 falleció Manuel Domínguez, sin testar, por lo que fueron declarados herederos abintestato sus hijos Juan, Manuel, María de la Concepción y Olimpia Domínguez Pérez, todos menores de edad.

A principios del siglo XX el molino era propiedad de Emilio Santacana. En 1908, Blas Escalona Villalva lo arrendó y al cabo de los años acabó por adquirirlo. Ahora, un siglo después, su familia es oficialmente la propietaria.

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